Uno de los cambios favorables que perciben los jóvenes al pasar del colegio a la universidad es la posibilidad de organizar sus materias y horarios, que aunque están sujetos a los créditos obligatorios por semestres, son más flexibles comparados con el rígido itinerario escolar. Esta ventaja se explaya con las electivas, asignaturas que el mismo estudiante escoge para incluir en su pénsum.
Estas materias son pieza clave en la formación de calidad, pues el Ministerio de Educación las contempla como parte del componente de flexibilidad curricular, que exige a las universidades para otorgar el registro calificado a los programas de pregrado.
“Las electivas son un reflejo no solo de la flexibilidad curricular en la educación superior sino también del principio de autonomía como motor del aprendizaje. Son instrumentos para el aprendizaje autónomo y la elección de estas por parte del estudiante debe corresponder a una evaluación de criterios individuales a partir de sus deseos, necesidades, habilidades y proyecciones”, explica Nina Ferrer, decana de la facultad de Derecho de la Universidad de San Buenaventura, seccional Cartagena.
En este sentido, las electivas son transversales y las instituciones de educación superior permiten a los estudiantes escoger entre gran variedad opciones, sin importar el área del conocimiento: por ejemplo, un joven que estudie contaduría, que es una carrera de ciencias económicas, puede escoger una electiva de la faculta de ciencias de la salud. Lo anterior además favorece la interacción entre los universitarios y por lo tanto, la expansión del conocimiento.
Nina Ferrer
Electivas en el pénsum
Los catálogos de electivas de las universidades colombianas ofrecen desde historia del arte, cine, comunicación digital hasta contratación pública, física y hasta yoga. El Mineducación establece que dentro de su autonomía, las instituciones de educación superior asignan los créditos a lo que equivalen las electivas, teniendo en cuenta aspectos como el programa y semestre cursado.
La académica de la USB Cartagena explica que los aspectos que se tienen en cuenta para la oferta de asignaturas libres en las universidades son variados, incluyendo “el concepto que se tenga de la finalidad de las electivas; en algunas instituciones se aprovecha para trabajar las competencias genéricas, en otras para fortalecer la misión institucional”. Le puede interesar: Más que conocimientos, las nuevas exigencias de los empleadores.
Ferrer considera que para que estas materias cumplan con el objetivo de promover el aprendizaje autónomo, se deben tener en cuenta criterios como “el fortalecimiento de competencias transversales, el diálogo interdisciplinario, el desarrollo del pensamiento creativo y crítico”.
¿Cómo aportan a la formación?
Más allá de cómo estructuran las instituciones de educación superior las electivas en sus planes de estudio, es preciso analizar cómo estas impactan en la educación integral de los estudiantes y favorecen el aprendizaje independiente.
Las electivas “permiten un acercamiento complejo a los problemas que habitualmente enfrentan en su disciplina. La realidad no es segmentada ni los asuntos por resolver, comprender, explicar o intervenir, razón por la cual la interdisciplinariedad, el otro enfoque o la otra óptica son necesarios para el ejercicio profesional, indistintamente del área del conocimiento”, destaca la decana de la facultad de Derecho de la USB
A través de estas asignaturas también es posible reforzar las competencias transversales (uso de TIC, innovación, emprendimiento, etc.) y las habilidades blandas (comunicación asertiva, trabajo en equipo, liderazgo, etc.), que en definitiva aportan a la formación global del universitario, le son útiles para escoger el énfasis de su carrera que le gustaría ejercer, además de favorecer el desempeño académico y profesional.
“Es necesario incluir saberes diversos en miradas y perspectivas locales, nacionales y mundiales en asuntos como el cambio climático, producción de energías limpias, conservación ambiental, ciudadanía y democracia, manejo de TIC, geopolítica, derechos humanos, conflictos armados y soberanía alimentaria. También considero que es interesante retomar las humanidades para fortalecer el pensamiento creativo y crítico”, puntualiza la decana Ferrer. Puede leer: ¿Por qué es importante estudiar carreras profesionales?
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