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Educación remota: los padres de familia pasan al tablero

La formación escolar en casa ha develado la importancia de acompañar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje. Especialistas revelan claves para superar este reto en familia.

La educación virtual, a causa de la pandemia, obligó a los padres de familia a enfrentarse con la realidad, de la que muchos rehúyen: son responsables del proceso de aprendizaje de sus hijos y este no depende exclusivamente de las instituciones educativas. (Le puede interesar: Padres extenuados ya no soportan la escuela en casa).

Amparados en las obligaciones laborales y personales, son cientos los casos de acudientes que se desentienden de la educación formal de los más pequeños y lo dejan en manos de maestros, directivos e incluso de profesores particulares que se encargan hasta de guiar las tareas en casa.

Lo anterior provoca que se desconozca el ritmo con el que aprenden los estudiantes, los posibles signos de alarma ante trastornos de aprendizajes o los esfuerzos que hacen para alcanzar sus logros académicos. Para estas familias el desafío de la educación remota es mayor.

Isabel Rojano Hernández, licenciada en educación preescolar y especialista en gerencia educativa, señala que “no es fácil para los padres de familia asumir tantos roles y esforzarse por ser profesores, pero claramente, además de impartir las orientaciones educativas, también tienen la responsabilidad de fomentar la orientación sexual, la educación religiosa, la moralidad, la política de acuerdo a la manera individual, según sus propios criterios”.

Rojano, quien es rectora del Instituto Educativo El Paraíso, comenta que debido a la coyuntura que exige una mayor presencia de las familias, es necesario que desde los colegios se realicen actividades de formación, talleres educativos y escuela de padres que los orienten en el proceso de aprendizaje de sus hijos desde casa. (Lea también: Clases virtuales, un nuevo reto en casa).

Con amor y paciencia

Aunque el gran reto es asumir la responsabilidad de la educación formal de sus hijos, bajo planes de estudios y con herramientas desconocidas, cada familia tiene obstáculos particulares por superar: desde el rol ‘multitareas’, las limitaciones de equipos y conectividad, hasta el impacto en la salud mental que ocasiona la incertidumbre y ansiedad por la crisis mundial.

Para Sumaya Palomino, sicóloga clínica comportamental cognoscitiva, la clave es “ acompañar con amor, tolerancia y paciencia porque los padres están cumpliendo un rol que nunca habían ejercido, enseñar cosas que quizá ya habían olvidado e intentar que los niños se enfoquen”.

Agrega que ser conscientes de cómo llevar el proceso desde casa es vital pues de esta manera también se educa. “Es importante plasmar esos valores y principios que enseñamos a nuestros hijos en el día a día, en medio de este cambio que a muchos los desespera, los altera y provoca violencia física, verbal y psicológica. Los niños siempre aprenden de lo que ven y está a su alrededor”.

Enseñanzas invaluables

El ejercicio de educar desde el hogar es productivo más allá de las metas académicas: “Los padres de familia están conociendo a fondo el proceso académico de sus hijos, las emociones, el estilo, el ritmo de aprendizaje. Ha sido una oportunidad para identificar sus necesidades y no solo quedarse con lo que remite el colegio”, afirma Palomino.

La rectora Rojano anota que a través de esta experiencia los acudientes reconocen “cuáles son los recursos imprescindibles en los hogares para garantizar de que sus hijos continúen en la educación remota a través de la adquisición de dispositivos electrónicos de comunicación e Internet, para que pueden seguir adelante con las actividades que se programen desde las instituciones educativas”, mientras se supera la pandemia.

La educadora apunta a otra importante enseñanza que dejan las clases en casa: “el valioso trabajo de los profesores, descubrir que la verdadera educación se alcanza con ejemplo y responsabilidad, pero en especial con el acompañamiento de los padres en el proceso educativo de los estudiantes”.

Pautas para tener en cuenta

La sicóloga Palomino sugiere estas estrategias a los padres de familia para que el estudio en casa sea productivo y ameno:

- Organizar las rutinas del hogar para que el niño o niña sepa con anticipación en qué momento del día se realizarán las tareas y de cuánto tiempo dispone para ello.

- Ofrecer toda la atención positiva al momento de la tarea y evitar distractores como la televisión, teléfonos, tabletas, etc.

- Acordar los tiempos de trabajo intercalados con descansos y pausas activas.

- Leer el previamente el material a trabajar para despejar dudas, prepararlos y que se sientan seguros al momento de la clase. En caso de que no se entreguen con anticipación, pedirlos a los docentes.

- Tener a la mano todos los materiales requeridos para la clase y evitar interrupciones o cortes innecesarios por lucha de poder con distractores como los juguetes.

- Trabajar en equipo con los docentes y terapeutas si es que el estudiante tiene dificultades o requiere una atención diferenciada por problemas de aprendizaje

- Identificar las emociones en torno al trabajo escolar, para saber cuándo detenerlos y cuándo avanzar.

- Buscar alternativas para explicarles los temas.

- Reconocer sus esfuerzos, alentarlos y aceptar que los pequeños logros también son buenos resultados.

- Comprender que los niños se pueden frustrar porque no entienden o no terminan a tiempo una actividad y alentar más el esfuerzo que el resultado

Con o sin pandemia, el acompañamiento es fundamental

El compromiso de los padres de familia con la formación de los estudiantes tiene implicaciones tanto en el desempeño académico de los niños y jóvenes como en el desarrollo de habilidades socioemocionales.

“El mejor indicador del éxito de los estudiantes es la medida en que las familias fomentan el aprendizaje en casa y se involucran en la educación de los niños”, explica una publicación de la organización Waterford que desarrolla programas comunitarios, escolares y hogareños en búsqueda de la excelencia y equidad para estudiantes en Estados Unidos.

Indica que los niños con padres comprometidos tienen más probabilidades de obtener calificaciones más altas, mejores habilidades sociales y comportamiento en el aula. Además, son menos propensos a tener baja autoestima o presentar problemas de comportamiento.

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