Regresar al colegio tras varias semanas de vacaciones no es nada sencillo y puede convertirse en algo caótico, si no se tiene un plan a seguir. Es importante que toda la familia prepare para el nuevo ciclo escolar que se empieza.
El cambio de la rutina debe hacerse de manera paulatina para que el inicio del año lectivo no resulte traumático y sea agradable para sus hijos, por eso le recomendamos seguir estos prácticos consejos.
Si bien no existe un manual de preparación, para los padres, de como debe ser esta transición, se les recomienda que “tengan una buena actitud frente a este cambio, ya que este será un buen indicador para el niño o joven y le dará mas seguridad para afrontar el inicio de las clases”, dijo Francisco García Gómez, psicólogo de la Jornada Escolar Complementaria de un reconocido colegio de Cartagena.
“Los padres de familia junto a los niños deben elaborar una lista de objetivos y nuevas rutinas que serán elementos fundamentales para el año lectivo. Esta le ayudará al niño o joven a ir retomando sus hábitos de estudio, de tal manera que vuelva a incorporarlos a su rutina”, comentó García Gómez y enfatizó en “fijar los horarios de sueño, que son un factor fundamental en el aprendizaje”.
Importante: una merienda balanceada
Lilia Alfonsina Valiente, nutricionista y dietista de la Secretaria de Salud de Bolívar, recomienda armar una lonchera balanceada en la que estén presentes los tres grupos alimentarios básicos: frutas y verduras, carbohidratos y proteínas, con el fin de asegurarse de que el niño esté bien alimentado y evitar problemas de aprendizaje o desmotivación durante la jornada escolar.
“Hay padres que desconocen u olvidan lo que es una lonchera saludable y nutritiva. Muchos piensan que la merienda de un niño es un minirefrigerio y en realidad debe verse como un complemento nutricional. Además, los hábitos alimentarios de una persona en la infancia son decisivos para evitar la malnutrición en la edad adulta”, señala Valiente.
Según la experta, la bebida debe ser agua o zumo de fruta natural sin adición de azúcar.
Un ejemplo de lo que se puede catalogar como una lonchera balanceada es:
- Proteína: una porción de queso o jamón bajo en grasa.
- Carbohidrato: una papa grande o dos medianas.
- Frutas: una porción de banano, papaya o patilla picada. “Para las meriendas no sugiero vegetales, estos van mejor a la hora del almuerzo”, señala la nutricionista.
