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Certificaciones virtuales, un nuevo camino hacia el mercado laboral

La novedosa estrategia permite acreditar las capacidades de estudiantes y profesionales. Una universidad con sede en Cartagena es pionera en la iniciativa.

Pronto, cientos de futuros profesionales y trabajadores de Bolívar podrían validar sus destrezas en línea y tener mejores oportunidades de trabajo. “Las insignias digitales son una forma de reconocimiento virtual de logros y habilidades que nuestra institución está utilizando para certificar a sus estudiantes, por medio de la plataforma Acreditta”, explica Patricia Martínez Barrios, rectora nacional de la Fundación Universitaria Los Libertadores, institución que desde hace 18 años está presente en Cartagena. (Lea aquí: Universidad Libre, dos décadas que marcan progreso)

Las insignias virtuales cumplen una doble función: sirven, por un lado, como forma de acreditar al ciudadano; por el otro, permiten una mejor y mayor difusión de las hojas de vida, ya que estas se guardan posteriormente en una base de datos a la que tienen acceso todos los empleadores del país. Así, las empresas pueden buscar candidatos más fácilmente y estos tienen la posibilidad de ser seleccionados para una entrevista sin la necesidad de buscar trabajo con tal o cual empresa, lo cual les permite contactar a organizaciones que no habrían conocido de otro modo.

Beneficios adicionales

“Las credenciales o insignias digitales son representaciones visuales de un logro, competencia, aprendizaje o habilidad desarrollada; verificables en línea y en tiempo real”, afirma la rectora Martínez. “Son seguras y sin riesgo de falsificación al ser registradas en tecnología blockchain, son compatibles para difusión en redes como LinkedIn, Facebook y WhatsApp; por último, contienen toda la información y las evidencias asociadas al logro, competencia, aprendizaje o habilidad certificada”.

Otra ventaja de este tipo de certificaciones es que tienen validez internacional, por lo que resultan ideales para quienes buscan trabajo en el exterior. Es así como “los miembros de nuestra comunidad irán consolidando su pasaporte personal, en el cual sumarán las certificaciones obtenidas de acuerdo con sus intereses de formación académica formal y no formal”, finaliza la rectora. (Lea aquí: Educación y proyección, una dupla para avanzar en la Universidad Libre)

Un recordatorio

Opciones como la anterior son valiosas para los jóvenes desempleados que terminan sus estudios y comienzan a labrarse su camino hacia la independencia. Algunos logran conseguir trabajo, mientras que otros deciden seguir estudiando para aspirar a mejores posiciones. Hay una tercera opción que implica ambas cosas: cursos con inmersión laboral incluida.

Numerosas organizaciones dedicados a la educación continua y a la Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano ofrecen ese tipo de servicio, formando a técnicos y profesionales muy apetecidos por los empleadores de todo el país. En el corto y mediano plazo, estudiar en este tipo de instituciones y conseguir algo de experiencia laboral a través de ellas puede llegar a ser más rentable que algunos tipos de posgrados, particularmente las especializaciones.

“Alguien que pasa por una carrera universitaria adquiere conocimientos durante cuatro o cinco años y adquiere experiencia práctica durante los últimos seis meses”, explica María Clara Esquivia Maquilón, coordinadora académica de un centro de educación continua de la ciudad. Cuando ese tiempo de prácticas no se da, entonces conseguir trabajo es poco probable. Desde la perspectiva de las empresas, no hay garantía de que un estudiante logre aplicar sus conocimientos y adquirir destrezas. Es por esto que contratar una persona recién graduada resulta “poco seguro y riesgoso”.

Una de las opciones para solventar la ausencia de prácticas profesionales, y a la vez ganar más conocimientos y habilidades, es recurrir a la educación continua e iniciar un curso que permita un grado significativo de inmersión laboral. Los futuros trabajadores que lo hagan “se educarán en el saber y también en el saber hacer”, explica la coordinadora Esquivia.

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