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La alimentación es clave para preservar los recursos de la Tierra

Gobiernos, comercializadores y agricultores deben acordar medidas hacia un consumo sostenible, de lo contrario no tendremos qué comer para el 2050.

Los alimentos que comemos, o pero aún, aquellos que se producen y no comemos van sumando a una gran factura pendiente con el planeta Tierra y que seguramente pagarán las próximas generaciones cuando se acaben los recursos naturales y deban cambiar de manera drástica su alimentación.

La producción de alimentos en todo el planeta es “una de las actividades que contribuye a la pérdida de biodiversidad y a los cambios en el uso del suelo”, según el Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA) y señala que esta actividad ocupa un 25 % de la superficie habitable, requiere del 70 % del consumo de agua, provoca el 80 % de la deforestación y emite el 30 % de los gases efecto invernadero (GEI).

Un estudio publicado el año pasado y realizado por el Instituto de Recursos Mundiales, el Banco Mundial, el PNUMA y otras organizaciones, advierte que el sistema alimentario mundial debe cambiar urgentemente para abastecer a una población mundial de 10.000 millones de ciudadanos en 2050 sin destruir el medioambiente.

“Millones de agricultores, empresas, consumidores y todos los gobiernos del planeta tendrán que hacer cambios para enfrentar el desafío mundial de la alimentación. En todos los niveles, el sistema alimentario debe estar vinculado a las estrategias climáticas, así como a la protección de los ecosistemas y la prosperidad económica”, dijo Andrew Steer, presidente y director ejecutivo del Instituto de Recursos Mundiales.

Las medidas

El estudio propone las siguientes medidas para lograr un sistema alimentario sostenible a 2050:

- Reducir el aumento en la demanda a través de una disminución de la pérdida y el desperdicio de alimentos, el consumo de dietas más saludables y otras medidas.

- Aumentar la producción de alimentos sin expandir el área de tierra agrícola a través de un incremento en los rendimientos de los cultivos y la cría de ganado.

- Proteger y restaurar los ecosistemas naturales mediante la reducción de la deforestación.

- Aumentar el suministro de peces provenientes de la acuicultura y mejorar la gestión de la pesca silvestre.

- Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción agrícola a través de tecnologías innovadoras y métodos de cultivo.

Hacia una alimentación sostenible

“La sostenibilidad alimentaria es un enfoque que promueve la alimentación saludable, rica en verduras, fomenta el consumo de la producción local, limita el consumo de productos animales y tiene como principio generar la menor cantidad de residuos para proteger el medioambiente y su biodiversidad”, explica George Salgado, director de Abonos Sostenibles, un negocio verde que desarrolla iniciativas de cultivos comunitarios en sectores vulnerables de Cartagena.

Pese a que el concepto puede parecer sencillo y práctico de aplicar, Salgado señala que la alimentación sostenible está basada en economías colaborativas por lo que es crucial planear acciones concretas para la protección, conservación y mejoramiento de los recursos naturales, garantizar dignidad, bienestar y calidad de vida para las personas en zonas rurales y finalmente contar con gobiernos responsables y eficaces. No es un asunto unipersonal relacionado con asumir un estilo de vida vegano o vegetariano.

Es fundamental tener en cuenta las recomendaciones internacionales de nutrición para garantizar una alimentación adecuada , teniendo cuenta la edad, condiciones de salud y factores de riesgo; el costo ambiental del consumo, la producción de alimentos y la adaptabilidad a los contextos económicos, culturales y sociales locales. (Le puede interesar: Recomendaciones para alimentarte y ejercitarte bien durante la cuarentena).

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que las emisiones de gases de efecto invernadero descenderían un 64 % para 2050 si se redujera a la mitad la producción y el consumo de alimentos de origen animal. La producción sostenible disminuiría la desforestación, con lo que se protegería el habitad de especies en riesgo de extinción y también mermaría la pesca indiscriminada para protección de la vida en los cuerpos de agua.

Lo que se debe hacer en Cartagena

Salgado asegura que “interpretar los indicadores de pobreza y la desigualdad de la ciudad es complejo. Cartagena tiene movimientos financieros propios elevados con relación a otras ciudades, casi triplicamos el PIB de Barranquilla, esto nos lleva a pensar que la rueda de la prosperidad económica es inversamente proporcional al bienestar social”.

Según él indica, hace falta invertir en políticas públicas que fortalezcan las economías sociales, circulares, colaborativas, sobre todo, en cuanto a innovación social. “En el mercado de Bazurto todos los días se van al relleno sanitario más de 25 toneladas de residuos orgánicos compostables y más de 2 mil kilos de alimentos que se podrían despulpar y podrían mitigar el hambre de cientos de cartageneros”.

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