<img src="https://sb.scorecardresearch.com/p?c1=2&amp;c2=31822668&amp;cv=2.0&amp;cj=1">

¿Su edificio es seguro y salubre? Estos elementos no le pueden faltar

Cualquier tipo de edificación cubrir ciertas condiciones de salubridad básicas como servicios de acueducto, disposición de residuos y ventilación adecuada.

Un espacio habitable es aquel que cumple con todos los requerimientos que el ser humano necesita para sobrevivir dentro de un contexto específico. Las construcciones modernas están hechas para proveer al ser humano de todo lo que necesita de forma instantánea: techo, sustento vital, espacios para el ocio o el trabajo, entre otros. Para poder hacer esto con el máximo grado de comodidad y sin representar un peligro para quienes los habitan, estos edificios deben cumplir con unos estándares mínimos de medidas de seguridad y salubridad.

En la legislación colombiana, todas esas regulaciones se encuentran en la Ley 9 de 1979 (Código Sanitario) y la Resolución 2400 de 1979, donde se estipulan los lineamientos de todo lo relacionado con alcantarillado, desechos, salud ocupacional, conservación de los alimentos, limpieza, seguridad y demás, que está sujeto a lo que aparezca dispuesto en las guías del Ministerio de Salud y Protección Social, los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) y las entidades locales encargadas.

Como lo sintetiza el arquitecto Juan Sanfeliu Yanes “toda propiedad horizontal debe velar por el manejo adecuado de los residuos que se generen en el edificio, tener un plan de emergencia y sistemas de protección para incendios y temblores, así como su respectivo plan de evacuación, y señalización de salidas de emergencia, rutas de evacuación y zonas de riesgo (por ejemplo, eléctrico o por temperaturas extremas)”.

Conexión al agua potable y acueducto

“El agua para consumo humano debe ser potable, es decir, libre de contaminaciones físicas, químicas y bacteriológicas”, reza el texto de la Resolución 2400. Esto significa que se deberá verificar que ninguna fuente de agua esté cerca de focos de polución y lo mismo aplica para las máquinas encargadas de dispensarla. Además, antes de construir algún edificio, los involucrados deben asegurarse de que este no afecte la integridad de pozos, ríos, lagos y demás.

De acuerdo con el Ministerio de Salud, el agua potable es aquella que ha pasado por un tratamiento mínimo luego de ser recolectada. Si un inmueble no posee medios que permitan hervirla, refrigerarla, almacenarla y asegurar que llegue en estado puro, entonces algo ha fallado en la forma cómo se conectó al sistema de acueducto y alcantarillado de la ciudad (y aún peor es la completa ausencia del mismo).

Sobre estos últimos, es necesario aclarar que no hay un estándar nacional definido en términos de materiales y medidas. Su constitución tiende a variar dependiendo de las características geográficas y climatológicas de la ciudad en cuestión; sin embargo, todos cumplen con el mismo propósito: llevar el agua pura y sacarla cuando ya está contaminada. (Lea aquí: Servicios públicos: el desafío es agua y alcantarillado en los corregimientos)

Desperdicios

La resolución estipula que “se evitará la acumulación de materias susceptibles de descomposición, de producir infección, o en general, nocivas o peligrosas, y se evacuarán o eliminarán por procedimientos adecuados”. Dependiendo de su material y proveniencia, los residuos pueden ser sólidos, líquidos, gaseosos, orgánicos, no orgánicos, industriales o médicos, entre otros.

En todos los edificios deben existir sitios y equipos especiales para disponer de los desechos de forma adecuada, alejados del agua, los reservorios de alimentos y todas las habitaciones del diario vivir o trabajar. Así, según sea el caso, deberán existir contenedores de basura, incineradores, chimeneas que funcionen dentro de la normativa, un alcantarillado en funcionamiento, plantas de reciclado y ventilación adecuada (en términos del tamaño de las habitaciones y de la presencia de ventanas). Como medida adicional, “se deberán tomar medidas efectivas para evitar la entrada o procreación de insectos, roedores u otras plagas”, según el texto de la Resolución 2400.

A nivel macro, esto implica que lugares como los rellenos sanitarios y los desagües deben estar, como mínimo, “dentro de los mil (1.000) metros de distancia horizontal, con respecto al límite del área urbana o suburbana, incluyendo zonas de expansión y crecimiento urbanístico”, según lo estipula el Decreto 1736 de 2015.

Infraestructura, ubicación y riesgos

Ningún edificio debe estar cerca de un foco de polución o en un sitio tal que sus funciones lo convierten en un agente contaminante. Además de eso, deben ser “de construcción segura y firme para evitar el riesgo de desplome; los techos o cercas de estructura metálica, presentarán suficiente resistencia a los efectos del viento, y a su propia carga; los cimientos y pisos presentarán resistencia suficiente para sostener con seguridad las cargas para las cuales han sido calculados, y ningún cimiento o piso será sobrecargado”, según se estipula en la Resolución 2400. (Lea aquí: Así puede reconocer si una vivienda está mal construida)

Además de eso, todos los cables eléctricos deben estar debidamente aislados y alejados de las áreas comunales, los materiales que estén cerca de fuentes de calor deben ser a prueba de fuego y el inmueble debe cumplir con medidas mínimas de sismo-resistencia. En el caso de los hospitales, se deberán tomar precauciones adicionales para evitar el contagio entre los pacientes y hacia el exterior, relacionadas con el “manejo de residuos hospitalarios, el control biológico y el análisis microbiológico y fisicoquímico de superficies, agua y alimentos”, explica el arquitecto Juan Sanfeliu.

Más noticias