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Las reformas a la vivienda VIS que proponen los expertos

Profesionales en varios campos del sector de la construcción consideran que es necesario repensar el concepto de vivienda de interés social.

Los programas que promuevan la vivienda de interés social deberían estar mejor financiados y abarcar los ámbitos sociales, ambientales y económicos que impulsen la Cartagena resiliente y sustentable y además este tipo de inmuebles debe reformarse. Esas son dos de las conclusiones de la Mesa VIS, convocada por la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), regional Bolívar y conformada por profesionales de diversas áreas del sector de la construcción.

Una nueva visión

“Caja de fósforos”: según Flavio Romero Prieto, arquitecto y miembro de la SCA, así llaman algunos de sus colegas a las VIS, debido a que la mayoría de estas son unidades puramente funcionales, apenas suficientes para atender las necesidades de cientos de familias. Por lo general, son espacios pequeños que bastan para habitar y tener refugio, pero no para tener calidad de vida.

Las circunstancias de la cuarentena por el COVID-19 han evidenciado aún más las deficiencias de este modelo, que se ha quedado corto a la hora de permitir el teletrabajo de manera cómoda y de garantizar que cada miembro de la familia tenga espacios propios para desarrollar sus actividades con la suficiente privacidad y sin distracciones. “Deben convertirse en unidades multifuncionales, porque las casas en esta coyuntura ya no son únicamente para dormir y compartir con la familia”, afirma Romero.

Según el arquitecto, las VIS deberían incluir beneficios garantizados como una buena conexión a internet, espacios para trabajar y otros para ejercitarse; además, cercanía con instituciones que cubran otras necesidades (como hospitales o centros de trabajo). En otras palabras, aparte de un techo, buena ventilación, servicios y demás, deben ser “flexibles y adaptarse a las necesidades de sus usuarios”.

Es por lo anterior que una de las propuestas de la Mesa VIS es “no atar a normas rígidas las áreas mínimas de las unidades, más bien dejar en libertad a los diseñadores para que sean ellos quienes, manejando las variables determinantes de los proyectos, ofrezcan el producto que tenga mayor aceptación de los beneficiarios”, lo que Flavio Romero describe como “ir más allá del cuadrado de 42 x 24 metros cuadrados”.

Cambios como estos no se dan solo a partir de las buenas intenciones, por lo que la sociedad también enfatiza que debe haber un esfuerzo conjunto del Distrito, las entidades encargadas de contribuir al Plan de Ordenamiento Territorial (POT), el Fondo de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana de Cartagena (Corvivienda) y todos los miembros del sector de la construcción.

Deberes de los copropietarios

Así como los funcionarios públicos, constructores y arquitectos deben poner de su parte para asegurar el bienestar de quienes invierten en los proyectos VIS, las familias también deben tener presente las indicaciones para garantizar la convivencia dentro de estos conjuntos residenciales.

La Ley 665 de 2001, llamada “Régimen de Propiedad Horizontal”, establece tanto los derechos como los deberes de todos aquellos interesados en las residencias “donde concurren derechos exclusivos sobre bienes privados y derechos de copropiedad sobre el terreno y los demás bienes comunes”. Además, están las reglas impuestas por las asambleas comunales, que gozan de cierta autonomía dentro de la normatividad colombiana. Ambos preceptos se deben cumplir en los proyectos VIS.

“El Distrito debe formar a los ciudadanos interesados en VIS”, afirma Victoria Rosales Ruiz, abogada y coordinadora de la Mesa de Propiedad Horizontal en Cartagena, pues no son pocos los problemas que en ellos se presentan, sea por falta de información de parte de los copropietarios, por descuido o por malicia.

Uno de los problemas más frecuentes, según Rosales, es la morosidad. Aunque muchas veces hay negligencia, también se dan casos en donde los futuros compradores son engañados. “Les dicen que nunca van a tener que pagar administración; es así como familias de estrato 2 se mudan a proyectos con piscinas y otros lujos, para luego descubrir que les llegó una cuota por un valor insostenible”.

También se presentan situaciones relacionadas con el cambio no autorizado de fachadas, el mal uso de los parqueaderos, la falta de control sobre mascotas, la disposición de basuras en horarios inadecuados y varios otros problemas. Los copropietarios de los conjuntos VIS deben recordar que “comparten los jardines, la portería, el alcantarillado y demás. Si no tienen en cuenta tanto sus deberes como sus derechos, se convierten en generadores de problemas para la comunidad”, recalca la abogada Rosales.

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