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Las claves para un hogar energéticamente eficiente

Para gastar menos electricidad, no hace falta sacrificar su comodidad y “pasar calor”. A veces, es cuestión de arreglar lo que no está bien hecho o incluso de remodelar su vivienda.

Una casa puede derrochar energía aun cuando solo estén encendidos los electrodomésticos estrictamente necesarios. Si el aislamiento térmico no es el ideal, si los aparatos ya están viejos y perdiendo eficiencia (o si los utiliza mal) y si la ventilación es insuficiente o está mal colocada, entonces es muy probable que para el fin de mes le llegue una factura eléctrica más alta de lo que usted esperaba (Lea también: ¿Facturas costosas? Consejos para reducir el pago de energía).

Desempeño nacional

De acuerdo con las cifras del último Balance Energético Colombiano (BECO) de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), los hogares del país utilizaron 254 mil billones de Julios entre leña (96), energía eléctrica (89), gas natural (51) y gas licuado de petróleo (18) durante el 2019. No destacaron por su buen aprovechamiento de la energía, sino todo lo contrario.

De todo aquello se perdieron 115 mil billones de Julios y se utilizaron otros 88 mil billones ineficientemente. A pesar de que la leña fue el principal culpable, la energía eléctrica para encender las neveras, los aires acondicionados, los televisores, los sistemas de iluminación y demás también contribuyó ampliamente al despilfarro.

¿Qué hacer con los electrodomésticos?

Para evitar el malgasto de energía al utilizarlos, debe tener en cuenta algunas reglas generales para conservarlos en buen estado y tener que reemplazarlos lo menos posible. Según la “Guía para el consumo consciente, racional y eficiente de la energía. Sector Residencial” de la UPME, lo primero es asegurarse de que su conexión sea buena y de que el sistema eléctrico de la casa está bien conservado.

Para comenzar, “su instalación debe tener un sistema de puesta a tierra adecuado, los brakers (interruptores de corriente) deben estar en buen estado, libres de polvo y con la capacidad adecuada a la carga de la casa. Verifique además el estado de los conductores y de los empalmes o uniones; fíjese que no estén sulfatados y que los encintados estén en buenas condiciones”.

Igual de importante es asegurarse de que no haya fugas. Para verificar si las hay, “apague todas las luces, desconecte todos los aparatos eléctricos y verifique si el disco del contador sigue girando o si registra consumo. Si es así, hay pérdidas y es necesario revisar la instalación con un técnico especialista”, puntualiza la guía de la UPME.

Cerciórese también de que el disipador de calor, por donde se “airean” los electrodomésticos, no estén bloqueado ni pegado a una superficie. Si usted está entre quienes pone la ropa a secar detrás de la nevera, deje de hacerlo. Tampoco permita que el sol caiga sobre sus aparatos directamente, en especial el refrigerador.

A la hora de comprar, asegúrese de preguntar por equipos que tengan buenas especificaciones energéticas, pero tampoco se exceda: no compre más de lo que necesita, ni en tamaño ni en potencia. Para recomendaciones más específicas, no dude en consultar la guía de la UPME.

Arquitectura bioclimática

Esta filosofía de construcción se ha formalizado y popularizado cada vez más en los últimos años, aunque siempre estuvo presente en la historia de la humanidad de un modo u otro. En tiempos donde no existían los ventiladores, los aires acondicionados, los termostatos, los radiadores de agua y demás, el único modo universal de construir una casa que se mantuviera a la temperatura adecuada, a todas las horas del día, era adaptarla a las condiciones climáticas del territorio (Puede interesarle: Arquitectura bioclimática: ahorro y confort en su vivienda).

“En Bogotá, por ejemplo, lo importante es construir casas que conserven el calor y requieran del menor uso de calefacción posible. En Cartagena, entretanto, se necesitan casas ventiladas y frescas para reducir el uso de aire acondicionado”, comenta Andrey Montes Jaramillo, arquitecto y magíster en arquitectura bioclimática. Los materiales, la distribución de las habitaciones, la orientación hacia el sol y las corrientes de aire; la arborización y la cantidad de sombra son factores que influyen en la idoneidad de una vivienda para hacerle frente al clima.

Es necesario resaltar los llamados “puentes términos” que, según Montes, son espacios de una construcción donde ocurre un intercambio energético debido a que “hay una mezcla de materiales conductivos con no conductivos. En Cartagena, uno de los principales ocurre cuando se utiliza aluminio en la construcción de las ventanas”. Los puentes térmicos facilitan que el calor se escape o entre. Tienen solución, pero lo mejor es evitarlos en primer lugar.

Para asegurarse de que el diseño de su vivienda cumple con las recomendaciones de eficiencia energética, puede consultar la “Guía práctica para el ahorro y uso eficiente de energía” del Ministerio de Ambiente o contratar a un arquitecto especializado que realice un balance energético de su propiedad.

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