A pesar de no ser una ciudad lluviosa, en los últimos años se han develado los problemas de Cartagena frente a las precipitaciones. Los daños que dejaron el paso del huracán Iota y la llegada Fenómeno de la Niña en 2020 dejaron amplias pruebas de ello. Es muy posible que las continuas lluvias hayan provocado o revelado algún tipo de desperfecto en su vivienda: goteras, desprendimientos u oxidación de la estructura, sin mencionar la posibilidad de inundaciones. Para que el agua no lo coja desprevenido cuando recomience la temporada de lluvias, puede seguir los siguientes consejos:
1. Si va a construir, que no sea en terrenos vulnerables a la lluvia: según el arquitecto Germán Fonseca Castillo, expresidente de las Sociedad Colombiana de Arquitectos y especialista en medioambiente y desarrollo urbano, “en Cartagena hay dos amenazas que pueden afectar en temporada de lluvia: deslizamiento o remoción en masa e inundaciones. Los terrenos de alta pendiente y suelo suelto, con poca o ninguna vegetación son más vulnerables a los deslizamientos. Las grietas en el terreno facilitan la filtración del agua y provocan una falla que causa desprendimientos. Las inundaciones tienden a ocurrir en terrenos de bajamar, de poca pendiente o cercanos a cuerpos de agua”.
Para proteger contra los deslizamientos, el arquitecto recomienda realizar una “cimentación acorde a la naturaleza del suelo y el tipo de edificación, proteger el terreno para que no se den filtraciones, desviar corrientes, e incrementar la arborización de raíces profundas”. En el caso de las inundaciones, recomienda construir “por encima del umbral máximo de inundación registrado”.
2. Use pendientes y canales para que el agua corra: ¿alguna vez se preguntó por qué los techos y los alerones son inclinados? Es muy sencillo: para que las lluvias se deslicen por ellos instantáneamente en lugar de acumularse. Muchos edificios refuerzan este sistema con una canaleta, lo que permite recoger las aguas pluviales fácilmente y darles un uso posterior. Para que estos elementos cumplan con su función adecuadamente, deben mantenerse limpios, despejados y en buen estado.
3. Asegúrese de que su vivienda esté impermeabilizada correctamente: las sustancias que resguardan del agua se aplican en el espacio entre los techos, en las instalaciones de ventanas, en las superficies porosas y en cualquier otro resquicio por el cual el agua pueda intentar filtrarse.
4. No se olvide del sol: el arquitecto Germán Fonseca añade que “es obligatorio hacer inspecciones y mantenimiento a las pinturas y materiales que se utilicen, pues el fuerte sol de los meses de verano resquebraja láminas, uniones e impermeabilización”. Como regla general, entre más porosa sea una superficie, más refuerzos necesitará para evitar filtraciones, resistir el sol y no quedar expuesta a la intemperie. (Puede leer: Arquitectura bioclimática: ahorro y confort en su vivienda).
5. Rejillas grandes y amplias: el agua puede acumularse en las zonas planas, descubiertas y chapadas con materiales que no permiten filtraciones, como las terrazas y los patios. En estos casos, “la protección la brinda una impermeabilización adecuada acompañada de rejillas o tragantes en número y diámetro acorde al área de aferencia a desalojar”, explica Germán Fonseca. Esta medida, además, evita que se creen ambientes propicios para la cría de vectores como los mosquitos.
6. Refuerce la protección contra el viento: los aleros cumplen otra función, que es evitar que el agua arrastrada por la brisa impacte contra las ventanas. Una buena opción para complementar este sistema es instalar un botaguas y un buen sistema de cerramiento.
7. Sea buen ciudadano: no lance basuras, escombros, ni tierra al sistema de canales y alcantarillado de la ciudad, así permitirá que el agua corra por el terreno cuando empiece a llover. (Le puede interesar: Estos son los canales de Cartagena en los que urge una limpieza).
8. Recuerde las temporadas en las que debe estar más atento: “el clima de Cartagena presenta dos épocas principales y una de transición; la época húmeda o época de lluvias (desde mayo hasta noviembre); la época seca, donde típicamente no hay registros de precipitación (inicia en diciembre y finaliza en abril); y por último, una época de transición donde se presentan lluvias esporádicas y altas temperaturas (junio y julio) conocida como el Veranillo de San Juan”, según aparece en la página del Observatorio Ambiental de Cartagena.
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