<img src="https://sb.scorecardresearch.com/p?c1=2&amp;c2=31822668&amp;cv=2.0&amp;cj=1">

Minellys, una aguerrida luchadora de la vida y del cuadrilátero

Su presea plateada que brilla como oro, la conquistó en los 81 kilogramos, una división en la cual hay muy pocas boxeadoras en Colombia.

Ni quedar embarazada y convertirse en mamá, cuando apenas era una niña, frenó la gestación de sus sueños, esos que aunque no se han cumplido, con fuerza empiezan a hacerse realidad.

Tampoco sufrir por tres años un infierno de maltrato a manos de su ex pareja y tener que transformarse luego en madre soltera, la frustró. “Atrás quedaron las consecuencias de vivir con un hombre machista y bebedor de alcohol”, dice.

Estas duras situaciones la aferraron más a sus metas, además su hijo de 5 año de edad, (Yeikol Andrés), es hoy quien la impulsa al éxito en un campo inusual para una mujer: la práctica del boxeo.

Minellys Blanco Barón nació el 9 de marzo de 2001, creció en el barrio El Porvenir y los corregimientos de Higuerón y Palmira del municipio de San Onofre; también en Sincelejo.

Cuando tenía siete años de edad, sus padres se fueron para Venezuela en busca de un mejor futuro y ella se quedó con su abuela en la capital sucreña, cursando sus estudios de básica primaria.

Cinco años más tarde, sus papás regresaron y la familia integrada también por otras dos hijas, volvió a reunirse, pero Minellys no les hacía caso, estaba rebelde y pasaba en la calle.

Por esta razón sus padres la enviaron nuevamente a Sincelejo, esta vez a laborar en compañía de su tía. Le tocaba cuidar dos niños de una familia, siendo ella también una infante.

Lea aquí: Minellis disputará el oro de los 81 kilogramos, ya aseguró medalla de plata

Pero trabajar desde los 12 años le ayudó a ganar carácter y disciplina, aparte de apoyar a la economía de sus padres, él un experto en construcción de quioscos de manera y ella, una abnegada ama de casa.

A los 14 años inició la práctica del sóftbol llegando a ser Selección Sucre, jugaba como pitcher y jardinera central, pero ella seguía fiel a su ilusión de convertirse en una boxeadora.

Un día participando como aficionada en una velada boxística en el municipio de Los Palmitos, conoció al entrenador Daniel Alvis, quien desde ese momento se convirtió en su principal tutor y forjador.

“Nosotras las mujeres no debemos seguir soportando humillaciones, ni violaciones o maltrato físico y verbal, pues somos capaces de enfrentar la vida sin un hombre” asegura la deportista de alto rendimiento.

Con tan solo catorce meses de estar poniéndose los guantes ya es catalogada como una de las grandes promesas del pugilismo femenino, no solo en la región, sino en el resto del país, dada su gran potencia, disciplina y espíritu de lucha.

“Le demostraría a miles de mujeres que sí podemos salir adelante solas, enfocándonos en nuestra tranquilidad mental y física, sin dejar de lado nuestros sueños”, apostó sin vacilaciones.

En su corta carrera como boxeadora ya ha logrado saborear las mieles de la victoria, fue en el Campeonato Nacional Elite de Chiriguaná (Cesar), allí ganó medalla de plata, aunque casi todos, aficionados y entrenadores, la vieron ganadora.

Su presea plateada que brilla como oro, la conquistó en los 81 kilogramos, una división en la cual hay muy pocas boxeadoras en Colombia. Por eso, los entrenadores de boxeo del país tienen fijada su mirada expectante en esta joven de 20 años y 1.82 de estatura.

“Igualmente para mí, como para muchas mujeres, la vida no está siendo fácil, pues tengo muchas carencias, pues ser deportista, estudiante y madre soltera al mismo tiempo es difícil, sin embargo, prefiero morir en el intento y no con los brazos cruzados”, aseguró.

Sin tapujos los formadores de pugilistas han expresado reiteradamente que Minellys dará mucho de que hablar en los próximos Juegos Deportivos Nacionales y en pocos años será campeona mundial.

“La Negra”, como cariñosamente le dicen en el ámbito del pugilismo sucreño, se va al gimnasio a entrenar de 5:30 a 8:00 de la mañana. Ella se gana la comida y el transporte ayudando en casa de su entrenador a preparar el alimento de toda su familia.

Durante el resto de la mañana, Minellys le ayuda a hacer las tareas a Yeikol y al mediodía lo lleva a la guardería, para en la tarde servir como asistente a su profesor en clases personalizadas y en la noche regresa al gym a continuar su preparación como deportista.

Muchas veces no tiene dinero para pagar el arriendo de su humilde casa del barrio Uribe-Uribe de Sincelejo, pero siempre se las arregla para esquivar los golpes que sin piedad suele lanzar la vida.

“Me estoy preparando para destacarme en los próximos campeonatos nacionales y ser llamada a la Selección Colombia de Mayores, transformarme en la mejor de Colombia y el mundo”, remató.

Reciba noticias de El Universal desde Google News

Más noticias