El partido que enfrentará a Dinamarca y Túnez en el Mundial pondrá frente a frente a uno de los países más críticos con el torneo que organiza Qatar y a una de las cuatro selecciones árabes que compiten.
La cita en el estadio Education City supondrá también el regreso de Christian Eriksen a un gran torneo tras el paro cardiaco que sufrió el año pasado en el Campeonato Europeo.
Dinamarca tiene objetivos muy ambiciosos tras alcanzar las semifinales en la Eurocopa, seguida de una campaña de las eliminatorias casi perfecta, mientras Túnez busca superar la fase de grupos por primera vez en su sexta aparición en una Copa del Mundo. Lea aquí: A “la Scaloneta” le faltó gasolina, Argentina sufre en su debut
Desde su llegada a Qatar, Dinamarca ha estado entrenando con una equipación negra en recuerdo de los trabajadores migrantes que fallecieron durante la construcción de la infraestructura para el torneo.
Dinamarca tenía previsto emplear el brazalete antidiscriminación de la campaña “One Love” junto a otras selecciones europeas, pero los equipos retiraron la campaña luego de que la FIFA amenazó con sancionar su uso con tarjetas amarillas a los capitanes.
“Imagine saltar al campo con una tarjeta amarilla clara para empezar. Eso no es posible y tenemos que asegurarnos de que no depende de los futbolistas tomar esa decisión”, afirmó el seleccionador danés Kasper Hjulmand.
El técnico tunecino Jalal Kadri se refirió la polémica diciendo que “estamos en un país árabe con tradición islámica, tenemos que respetar la cultura de otros pueblos”.