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Caso Vinicius Jr: no hay excusas para no acabar con el racismo

Vinicius Jr., jugador de Real Madrid, ha vuelto a ser víctima de insultos racistas. Análisis de cómo el racismo estructural sigue latente más allá de los estadios.

Por: Karen Ariza Carranza

Fundadora y directora de Tribuna Krizol.

@tribunakrizol

IOC Young Leader 2023-2026

Vinicius Jr. protagoniza un episodio especial en la lucha contra el racismo. El brasileño de 22 años explotó contra los racistas y quienes lo toleran en España. “El campeonato que alguna vez fue de Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi, hoy es de los racistas”, dijo en su cuenta de Instagram. Luego hizo una recopilación de insultos que recibió en cada estadio de La Liga. Así evidenció como gradas enteras lo llaman mono, macaco, entre otras alegorías denigrantes. Lea: Presidente de España defiende a Vinicius: “Tolerancia cero con el racismo”

‘Vini’, como le dicen de cariño, propone gambetas contra rivales dentro y fuera del campo. En el fondo sabíamos que era cuestión de tiempo, que después de varios testimonios de ataques racistas, algún jugador (a) iba a hacer más que incomodar con sus declaraciones.

¿Por qué Vinicius? ¿Por qué ahora?

Este no es el único caso de un jugador negro, ni siquiera el único brasileño, que sufre racismo en el fútbol español. Tampoco el único del Real Madrid, pues los colombianos conocemos del paso frustrado de Fredy Rincón Q.E.P.D. “Me faltó ser blanco”, dijo cuando se le preguntó por qué los propios hinchas merengues lo rechazaron. Entonces, ¿cómo se explica este fenómeno del que hablan amantes y detractores del fútbol por igual? Lea: El racismo que vive hoy Vinicius lo sufrió en peor escala Freddy Rincón

El caso Vinicius es un antes y un después en la lucha contra el racismo en el fútbol. Empecemos por reconocer su figura como deportista: su carrera empezó con 17 años en Flamengo, uno de los clubes más grandes de Brasil. Un año después saltó al Real Madrid, el más ganador e influyente del fútbol, por 46 millones de euros. Hoy es un titular indiscutible, y en este 2023 ha sido el mejor jugador del equipo. Es también titular de la selección brasileña, donde debutó en 2019. Vinicius está en lo más alto de la élite del fútbol: es clave para la selección más ganadora en la historia de los mundiales y es fundamental para el club más ganador.

Caso Vinicius Jr: no hay excusas para no acabar con el racismo

La representación social que Vinicius logra es altísima. Llevado a Madrid desde las favelas de Río de Janeiro, es uno más que logra escapar de la pobreza gracias a sus habilidades con la pelota. Después de las protestas tras su expulsión en Mestalla, estadio de Valencia, donde recibió miles de insultos racistas, las luces del Cristo Redentor se apagaron como muestra del apoyo carioca a su joven estrella. Su compañero de club y selección, Rodrygo, celebró un gol con el puño en alto, como Sócrates en su mítico Corinthians. Raphina, también compatriota y jugador de Barcelona, lució una camiseta con versos de Bob Marley: “Mientras el color de la piel sea más importante que el brillo de los ojos, habrá guerra. Estamos juntos Vini”. Lea: Racismo: A Hugo Rodallega también le llamaron “mono” y explotó

Raphina, también compatriota y jugador de Barcelona, lució una camiseta con versos de Bob Marley: “Mientras el color de la piel sea más importante que el brillo de los ojos, habrá guerra. Estamos juntos Vini”.

Otros brasileños como Dani Alves y Neymar ya habían atacado a directivos de La Liga por la falta de sanciones cuando les lanzaban bananas desde las tribunas, pero Vinicius fue más allá. Tal vez porque los insultos nunca pararon en su contra, o porque se sintió respaldado al no ser el primero ni el único y ya no tenía nada más que perder. Real Madrid veía de lejos las chances de ser campeón (Barcelona terminó celebrando) y el ambiente en Mestalla no podía ser más tenso porque los locales se jugaban el descenso. Fue expulsado por agredir a un rival (luego le retiraron la tarjeta roja debido a la presión), pero la imagen que quedó de ese partido es la de él protestando al árbitro, a la hinchada local y los jugadores de Valencia.

Poder e influencia en el fútbol

Si no quieres cometer los mismos errores, haz cosas distintas. A partir de ahora, Javier Tebas, presidente de la Liga, la propia organización y por supuesto las aficiones en España están llamadas a hacer mucho más contra el racismo. Ahora sí podemos acusarlos de complicidad si las sanciones se quedan cortas.

Es cierto, si no fuese el Real Madrid, tal vez seguiría todo igual. Ya lo vimos con los colombianos Jefferson Lerma y Yerry Mina cuando acusaron a Iago Aspas, capitán de Celta de Vigo y ex selección española de haber lanzado insultos racistas en pleno partido. También le pasó este año a Mayra Ramírez, delantera de la selección Colombia femenina, que recibió ataques racistas en un partido de la Copa de la Reina entre el Levante y el Alhama. “¡Mono Parrales, comes con las manos o qué, animal!” le gritaron desde las gradas.

Este es un problema sociopolítico que se refleja en la cultura. Por eso el capitalismo no puede explicar (mucho menos solucionar) el problema del racismo. La discriminación abarca grupos marginados sistemáticamente y el capitalismo no distingue desigualdades. De ahí que los Vinicius del mundo sigan siendo víctimas, sean o no multimillonarios.

La discriminación abarca grupos marginados sistemáticamente y el capitalismo no distingue desigualdades. De ahí que los Vinicius del mundo sigan siendo víctimas, sean o no multimillonarios.

¿Qué podemos aprender de Vinicius y su rebeldía para mitigar el racismo estructural de Cartagena? Reconocer el problema es el primer paso. La principal crítica social a España pasa porque oculta que existe un racismo estructural en el comportamiento de millones de personas. Esto podemos confirmarlo porque miles en los estadios se atreven a insultar sin vergüenza a un deportista por su color de piel.

Ir más allá sería adoptar lo que ha servido en otros países. Brasil también es referencia. No en vano hablamos de tantos jugadores de la canarinha que, siendo jóvenes, siguen el ejemplo de leyendas como Sócrates, hoy figuras de la resistencia social desde el deporte. En España hablan de replicar la pérdida de puntos para los equipos locales cuando se presenten cánticos y/o actitudes racistas de sus hinchas, como en el Brasileirao. Se dice que el fútbol es un reflejo de la sociedad. Esta frase debería ser acompañada: “El fútbol es una oportunidad para la sociedad”.

Vinicius pudo consagrarse como uno de los mejores del mundo gracias a su talento y disciplina, pero entiéndase que ni en las reglas del juego ni en el transcurrir de un partido es normal que alguien sea juzgado por su color de piel. Lo normal es que sea por su rendimiento en el campo, y en ambos casos, Vinicius tiene todo el derecho de reclamar a quienes infelizmente no lo están apreciando.

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