Doce esculturas monumentales de la artista Sophia Vari se exhibirán entre la calle 53 y la 62, en Nueva York, desde este 29 de abril.
Sophia Vari es una artista visual reconocida por sus esculturas policromadas, óleos, collages y acuarelas, nacida en Atenas, Grecia, que ha explorado a profundidad el ámbito del espacio dimensional, ya que sus formas geométricas matizadas reflejan la relación entre la construcción del espacio físico y la historia del arte. Su trabajo está basado en el cubismo, artefactos olmecas, esculturas griegas antiguas y por la influencia del artista Piero della Francesca. Le puede interesar: Libertades, guerra y memoria: 3 libros que se presentarán en la FILBO 2023
La exposición se hace posible gracias al impulso de la Galería Nohra Haime de Nueva York, en colaboración con el Comité de escultura de Park Avenue (The Fund for Park Avenue) y el programa Arte en los parques (Art in the Parks) de los Parques de la ciudad de Nueva York (NYC Parks).
Sophia Vari asistió a la Ecole des Beaux Arts de París en 1958. Ha expuesto ampliamente a nivel internacional, y ha tenido cerca de 120 exposiciones individuales en todo el mundo. Algunas de estas en el Museo Ludwig (Koblenz, Alemania); el Palazzo Vecchio (Florencia, Italia); el Palazzo Bricherasio (Turín, Italia); Museo Benaki (Atenas, Gracia); y más recientemente, el Museo Pera (Estambul, Turquía).
El trabajo de Vari está incluido en colecciones públicas internacionales en todo el mundo, tales como: el Museo Nacional y el Museo Alexandros Soultzos, en Atenas, Grecia; la Pinacoteca Nacional y el Museo de Arte Moderno, en Atenas y Andros, Grecia, respectivamente; Fundaçao Calouste Gulbenkian, en Lisboa, Portugal; y Museo de Ponce, en Puerto Rico. Así mismo en el Museo Beelden aan Zee, en La Haya, Holanda; Museo Benaki, en Atenas, Grecia; Fundación Veranneman, Kruishoutem, en Bélgica; y Fundación Basil y Elise Goulandris, Atenas, en Grecia. También lea: Nadia Celis cuenta la verdad oculta tras ‘Crónica de una muerte anunciada’
En Colombia se puede apreciar en la Fundación Botero y Biblioteca Luis Ángel Arango, en Bogotá; y en el Museo de Medellín.
“En la década de los 1960, sus lienzos eran en su mayoría figurativos. Esto cambió en la década de los 1980, cuando sus esculturas sugieren cuerpos humanos, reflejados en sus formas más redondeadas. A mediados de la década de los 1990, aplanó las superficies que ya eran planas y luego les aplicó color, dándoles una dimensión adicional”, señala NH Galería. Lea además: ¡Asiste! Orquesta Sinfónica de Cartagena presenta, ‘Sinfonía de la tierra’
“El color tiene una cualidad táctil que hace que las obras tengan más vitalidad y movimiento, lo cual permite que las esculturas parecieran moverse cuando el público camina alrededor de ellas”. La artista expuso en Cartagena en 2011, y donó una de sus obras a la ciudad.
