La Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara de Bogotá llegó a la ciudad como una de las que representa a Colombia en el Festival de Música de Cartagena 2022, que este año se denomina ‘El color del sonido’, y le da protagonismo a la música de cámara. La agrupación se presentará los días 8, 9 y 10 de enero, la primera será en el Teatro Adolfo Mejía y las otras dos en el Centro de Convenciones Cartagena, salón Getsemaní. Todas en horario nocturno. Lea aquí: Cartagena Festival de Música: conciertos gratuitos.
El director General de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, David García, llegó a la ciudad y le contó a El Universal algunos detalles que quizá muchas personas desconocen sobre cómo está conformada esta asociación de música, que es la orquesta más grande y más importante que tiene el país.
La Filarmónica de Bogotá está compuesta por 13 orquestas y la principal reúne a 100 músicos expertos de diferentes regiones de Colombia, sin embargo, sumando a los integrantes de esta y las otras orquesta que se han creado en esta asociación, da un total de 800 músicos que tiene la filarmónica a nivel nacional.
Pero no siempre fue así. García explicó que hasta el 2013 la orquesta era una sola composición de músicos, después se convirtió en un sistema dividido por repertorios de coros y bandas de viento para que estuviese mejor distribuido. Fue entonces en el 2014 cuando por fin se organizó la filarmónica teniendo su grupo principal de músicos y otro juvenil.
Incluso en ese 2013, tiempo en que ocurrieron los cambios, David García era director de la filarmónica hasta el 2016. Recientemente la Alcaldía de la capital le propuso ser el director General de la Filarmónica de Bogotá en el marco de sus 55 años de fundada, en 1967, por el maestro Raúl García quien la dirigió durante 23 años hasta 1990, y que además es el padre de David García.
“La Filarmónica de Bogotá surge en un periodo muy especial en la historia de Colombia. En Cartagena se realizó la gran tradición clásica de música entre los años 40 y 50 donde llegaron los músicos más importantes del mundo, como lo fue el pianista polaco Arthur Rubinstein, quizá uno de los más importantes del siglo 20, por mencionar uno”, explicó García, añadiendo que desde allí la idea de seguir contribuyendo a la música clásica con festivales se desplazó a otras ciudades como Barranquilla, Cali, Medellín y después la tradición más importante se arraigó en Bogotá a través de la Orquesta Nacional de Colombia que había en ese entonces.
“A finales de los 60 en Colombia, había gran variedad de músicos destacados que se estaban graduando y no tenían donde tocar, entonces fueron ellos los que conformaron la primera Filarmónica de Bogotá. Desde entonces este conjunto de músicos se ha destacado por su gran variedad de logros y tuvo por muchos años un programa televisivo, ‘Música para todos’, que era de pedagogía y que antecede a los programas famosos en el mundo conocidos como “conciertazo”, explicó.
Lo que define y distingue a la Orquesta Filarmónica de Bogotá, según David, es que se creó con una vocación social: democratizar la cultura, es decir, que esta actividad se convierta en el reflejo del gran esfuerzo no solo de una élite pequeña de la sociedad privilegiada con acceso a la cultura, sino de toda la gente en sí. Esa intensión también se relaciona con el Festival de Música de Cartagena, que en busca de unir a todas las personas, propone estrategias de conciertos privados y gratuitos.
“Un interés de transformar”
Nacido en el seno de una familia de músicos, David García estudió violín en Europa, y luego vivió en Viena (Austria), hasta regresar a su natal Colombia en 2010. Tres años después como director de la Filarmónica, se percató de una situación que estaba ocurriendo con los músicos en el país: se estaban graduando sin tener dónde tocar, algo similar a lo que pasaba en los años 60, entonces empezaron a crear escuelas juveniles con la idea de que quienes se gradúan de estas escuelas les sea posible, de manera remunerada, su experiencia orquestal.
“Me trajo aquí saber que la música es un instrumento de transformación muy poderoso en la sociedad. Creo que estamos en una sociedad con un esfuerzo enorme tratando de salir de por lo menos 7 décadas de guerra que vienen desangrando nuestro país a través de la violencia y con índices de desplazamiento dejando víctimas muy graves. Me motiva muchísimo el valor que tiene la cultura en ese rol de transformación social”, dijo David.
Reciba noticias de El Universal desde Google News “Mi interés no es solo organizar conciertos y orquestas, también formar niños de colegios públicos, que son los de menor acceso, pero todo eso en un proceso más grande y el más macro que es la transformación social”, añadió.
Fue así como se creo la Escuela Filarmónica Juvenil de Cámara -conformada por jóvenes entre 18 y 26 años- que es la invitada a tocar en las próximas fechas en este festival de música. En el tiempo en que se formó, tenían el propósito de interpretar un repertorio que ninguna orquesta estaba haciendo en ese momento en el país, que es la música de cámara del período barroco – siglo 16 y 17 – y la otra Orquesta Filarmónica Juvenil, que en ediciones anteriores también ha participado en el festival de Cartagena, toca el repertorio clásico: el de Mozart que es para orquesta pequeña del siglo 17, 18 y comienzos del 19.
De los 800 músicos de la filarmónica, 400 están dedicados exclusivamente a enseñar a niños en colegios públicos en Bogotá. Tienen un programa de formación musical donde actualmente le dan clases de música a casi 30 mil niños de colegios públicos.
Además de Bogotá, que es un territorio autónomo y se ubica en medio de Cundinamarca, recientemente subscribieron un convenio con ese departamento y con la ciudad de Villavicencio, pues además están en conversaciones con el departamento de Magdalena para apoyar con la filarmónica en los programas de formación musical.
Como cereza del pastel, la Orquesta siempre lleva el orgullo de haber ganado un Grammy en 2008. Por su tamaño, se dedican en un repertorio orquestal para más o menos 100 músicos. El repertorio que los identifica corresponde los siglos 18 y 19.
