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Mircea Cartarescu, la gran sorpresa de Filbo

El genial escritor rumano Mircea Cartarescu, autor de la novela ‘Solenoide’, es una de las grandes sorpresas de Filbo 2022.

He sido un asiduo visitante de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) desde que empezó. Tengo recuerdos con escritores fugaces, efímeros y perdurables, gente que no volví a ver jamás, o seres que solo volví a reencontrar en sus propios libros; porque es cierto, y no general decirlo, que a veces hay escritores que solo dan ganas de frecuentar en sus propios libros. Lea aquí: Todo sobre la Feria Internacional del Libro de Bogotá

No siempre son los seres humanos que uno intuye que son, porque a la postre, son imperfectos y con fragilidades como todos los seres humanos, a veces de una imaginación desmesurada como su propio ego; pero también he conocido seres geniales a los que les importa poco el reconocimiento, la fama o eso que llaman éxito, algo tan relativo en la vida de un escritor. Hay muchos de ellos que han recibido los honores póstumos, y duele recordarlo.

Lo mejor de las ferias son los seres humanos que llegan, incluso, los que uno encuentran convocados más allá de la feria.

Mircea Cartarescu (Bucarest, 1956, el más grande poeta y narrador rumano, invitado a Filbo 2022, nominado al Premio Nobel de Literatura, es una de las grandes sorpresas de la feria. He leído su extraordinaria y monumental novela Solenoide, de más de 800 páginas, y he quedado enmudecido ante la magnitud de su genialidad para conjugar planos entre la cotidianidad con la desmesura de la fantasía, en los límites de la locura y la genialidad imaginativa.

Lo han comparado con Kafka y Kundera. Es la historia de un maestro de escuela y escritor frustrado que narra su vida en Bucarest, y adquiere una casa antiquísima en forma de barco construida por un demencial creador de un solenoide, que desde una poltrona de dentista pueblerino es capaz de viajar por realidades extrañas más allá de la realidad, transgrediendo espacio y tiempo, y se enamora de una profesora esotérica que lidera rebeliones nocturnas en los cementerios, y en esos encuentros amorosos el profesor vive en carne viva una serie de alucinaciones. Cuando supe de la existencia del escritor genial salí a la librería a comprar su novela, la única que quedaba en Cartagena, y al pronunciar su nombre ocurrió lo inesperado en la librería y en mi propia vida.

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El hombre de aire juvenil que irrumpía en la librería con su melena sacudida por el viento se puso a mi lado preguntando por un libro inexistente.

Le dije al librero que atendiera primero al señor, mientras lo observaba. Solenoide quedó flotando entre mis labios y en mi corazón. ¿Qué nombre me dijo? Me volvió a preguntar el librero. Susurré: Solenoide, de Cartarescu. El hombre se marchó. Yo quedé golpeado por aquel instante alucinante. Era Cartarescu. Lea además: Curiosidades del español: la letra que más usamos no es la “a”

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