Al recibir la noticia del Premio Nobel de Literatura 2021, el escritor de Tanzania, Abdulrazak Gurnah (Zanzíbar, 1948) quedó conmovido y en silencio, y sus primeras palabras en medio del laberinto de sus emociones fueron para dedicarle este premio a los refugiados africanos y del mundo que, como él, llegaron al Reino Unido en 1960. Lea aquí: Novelista tanzano Abdulrazak Gurnah gana Nobel de Literatura
Con su barba nevada y su rostro tallado en caoba profunda, este hombre delgado de 73 años escribe desde sus 21; es autor de una docena de novelas y libros de cuentos, tres de sus novelas han sido traducidas al español: la más conocida es ‘Paraíso’ (1994), que narra episodios de la Primera Guerra Mundial en África Oriental. Ese libro ganó el Premio Booker Prize en ficción, al igual que su novela ‘Deserción’ (2005).
Su nombre no figuraba en la lista de nominados al Premio Nobel de Literatura, mientras sí resonaba el del escritor keniano Ngugiwa Thiong’o, del que Abdulrazak Gurnah es un especialista. Hace poco se jubiló como profesor de Literatura Inglesa y Literatura Poscolonial en la Universidad de Kent, en Canterbury, en donde divulgaba y estudiaba la obra del nigeriano y primer Premio Nobel africano de Literatura, Wole Soyinga, en 1986.
Lo que dijo el jurado
El jurado del Premio Nobel de Literatura se reúne en Estocolmo durante varias sesiones a elegir al mejor escritor del mundo cada año, en un encuentro secreto, en donde cada jurado lleva un nombre o una serie de nombres en un sobre cerrado. Debe ser una tarea dispendiosa leer al tiempo tantos autores de cinco continentes en distintos idiomas y escoger a un grupo de nominados. Esta vez figuraban en la baraja de los nominados el novelista japonés Haruki Murakami, el poeta y novelista rumano Mircea Cartarescu, la escritora francesa Annie Ernaux, el checo Milán Kundera, el dramaturgo noruego Jon Fosse, mientras que un diario noruego propuso entre esa lista de nominados a la mexicana Gloria Gervitz y la colombiana Laura Restrepo. Resuenan en la penumbra nombres latinoamericanos merecedores de ese premio como Ida Vitale y Raúl Zurita.
Sobre la obra narrativa de Abdulrazak Gurnah, el jurado del Premio Nobel de Literatura resaltó que profundiza en el drama humano de los refugiados y abarca la “penetración intransigente y compasiva de los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados en el abismo entre culturas y continentes”. Abdulrazak considera que, tras ganar este premio, “la crisis de los refugiados y el colonialismo serán ahora discutidos” y estarán en la mirada global porque es un drama que viven millones de seres humanos.
Sus novelas
El Premio Nobel de Literatura africano 2021 Abdulrazak Gurnah es autor de las siguientes novelas:
‘El recuerdo de despedida’ (1987), ‘Camino peregrino’ (1988), ‘Dottie’ (1990), ‘Paraíso’ (1994), ‘Precario silencio’ (1996), ‘En la orilla’ (2001), ‘Deserción’ (2005), ‘El último regalo’ (2011), ‘Corazón de Grava’ (2017), ‘Vida después de la muerte’ (2020). También es autor del libro de cuentos breves: ‘Mi madre vivía en una granja en África’ (2006) y del ensayo ‘The Cambridge Companion to Salman Rushdie’ (2007).
El quinto africano
Abdulrazak Gurnah es el quinto escritor africano en ganar en Premio Nobel de Literatura. Anteriormente lo ganaron Wole Soyinka, en 1986; Naguib Mahfouz, de Egipto, en 1988; Nadime Gordimer, en 1991, y John Maxwell Coetzee, en 2003.
Es un estudioso de la literatura africana, al que ha consagrado dos volúmenes ‘Ensayos sobre escritura africana’, pero, además, ha descifrado el mundo cotidiano y emocional de los refugiados, desde su propia experiencia, confrontándola con refugiados de distintos lugares del mundo. Ha estudiado las obras de Naipaul, Salman Rushdie y Zoé Wicomb.
Una visión crítica
La mayoría de las novelas de Gurnah transcurren en en la costa de África Oriental. Su narrativa trasciende más allá de las fronteras africanas y eleva a sus personajes en contextos universales, según la visión del crítico Bruce King. En sus ficciones, África muestra sus profundas heridas, pero también sus inmensos legados a la humanidad.
“Los africanos siempre han sido parte de un mundo más amplio y cambiante”, precisa King. Sus personajes, además de refugiados y desarraigados, son víctimas de las intolerancias del mundo de hoy. Soledad y alienación padecen sus personajes, según Felicity Hand: “La alienación y la soledad que la emigración puede producir y las preguntas de examen de conciencia que da lugar a alrededor de identidades fragmentadas y el propio significado de casa”. Lea además: Nobel premia la mirada de Abdulrazak Gurnah sobre el poscolonialismo
La sorpresa
El nombre del escritor Abdulrazak Gurnah fue una sorpresa desconocida para los escritores de Colombia y España, quienes no han tenido la oportunidad de leerlo. El novelista africano que reside en el Reino Unido escribe en inglés desde sus 21 años. Solo hay tres obras traducidas al español, pero no se conicen sus novelas en Colombia. El Universal consultó a diversos escritores en Cartagena, Bogotá, Madrid, Italia, entre otros, y el común denominador dijo: “No lo he leído. Hasta hoy conozco su nombre”.
Para un novelista consagrado de Colombia como Pablo Montoya, Premio Rómulo Gallegos, el nombre del escritor africano Gurnah ha sido una sorpresa.
“Es un escritor sin ningún premio importante. Profesor universitario y totalmente desconocido en los festivales literarios. Esa academia es bien sorprendente”.
“Es la primera vez que escucho su nombre”, dijo por su parte el narrador colombiano Dasso Saldívar, residente en Madrid y biógrafo de Gabriel García Márquez.
En Cartagena
En Cartagena, en donde se lee y se estudia la literatura africana, gracias a la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Cartagena y del Instituto Internacional de Estudios del Caribe, el nombre del africano ha sido una sorpresa. Pero una de las razones para que la obra del africano no se conozca en Colombia es que prácticamente no ha sido traducido al español, solo tres de sus obras que tampoco circulan en el país. La editorial que lo ha publicado todo en inglés es Bloomsbury.
Epílogo
Con su mansedumbre y su agudeza sensible de hombre que ha conocido las tormentas del refugiado, Abdulrazak Gurnah resultó ser una sorpresa para Internet. El no ser conocido en habla castellana no significa de ninguna manera que su obra no sea merecedora del inmenso honor que recibe luego de una sostenida batalla con las palabras, desde que era un muchacho que nostalgiaba sus días en la isla de Zanzíbar donde transcurrieron sus primeros años.
Al ver sus primeras imágenes a la salida de su casa en Canterbury, este jueves 7 de octubre, luce una camisa gris de mangas largas, pantalones negros, zapatos bien lustrados, está bien encajado, y en la puerta de su casa esplenden unos tiestos de flores amarillas y púrpuras.