<img src="https://sb.scorecardresearch.com/p?c1=2&amp;c2=31822668&amp;cv=2.0&amp;cj=1">

¿Conoces cuál es el territorio literario en Cartagena? Aquí te lo contamos

Este es el barrio popular que se convirtió en territorio literario en Cartagena gracias a las historias de cuentistas y novelistas como Burgos Cantor y García Márquez.

Lo Amador no solo es un barrio popular de Cartagena, sino también un territorio literario. En 1981, Roberto Burgos Cantor publicó el libro ‘Lo Amador y otros cuentos’, que recibió el elogio de García Márquez y Álvaro Mutis. Todos esos cuentos no sólo transcurren en la barriada, sino que además rescatan personajes de Lo Amador, como el mecánico, el boxeador, el pelotero, el cantante, la reina de belleza, la ama de casa, etc. Son historias que tienen que ver con la pobreza, la frustración, la desesperanza, el amor, la fatalidad y la muerte.

Con ese libro Burgos Cantor se reveló como uno de los grandes narradores del Caribe y Colombia. El nombre del barrio aparecería en otras de sus narraciones, cuentos y novelas. Lo Amador, el Pie de La Popa y Manga fueron los territorios literarios de Roberto Burgos Cantor, pero también de Eligio García Márquez, quien en 1985 publicó su novela ‘Para matar el tiempo’, que recrea sus experiencias juveniles en Cartagena, y alude a Lo Amador y el segundo nombre poético de esta comunidad: ‘El barrio plateado por la luna’. Le puede interesar: Beca Héctor Rojas Herazo a la cantadora Totó la Momposina

La experiencia humana de Roberto Burgos Cantor en los barrios Lo Amador, Pie de La Popa, Manga, Getsemaní, Torices, entre otros, aparece en su obra literaria, al igual que Eligio García Márquez, cuya familia vino de Sucre (Sucre) en 1951. Además, vivió en el El Toril, en el Pie de La Popa, en Lo Amador y Manga.

Es paradójico que este breve libro clásico de la literatura regional y nacional como lo es ‘Lo Amador’, de Burgos Cantor, traducido al italiano, no sea leído en las instituciones educativas de Cartagena. La novela de Eligio García, junto a ‘Dos o tres inviernos’, de Alberto Sierra, que convierte el Centro amurallado en territorio literario, y ‘Chambacú, corral de negros’, de Manuel Zapata Olivella, ameritarían nuevas ediciones para que los lean las nuevas generaciones de lectores y escritores. Son libros que deberían estar en el plan lector de Cartagena y el Caribe.

El solo nombre de Lo Amador entraña dos significados. No es solo: Lo que amo. Lo Amador, el que prodiga amor y a su vez, el sujeto que se funde con lo que ama. La tierra y la criatura. El territorio y el ama, el paisaje que le rodea. Lea además: ¡Las mujeres tienen la palabra!

La luz plateada que cae desde lo alto del Convento de la Popa y se derrama sobre el barrio Lo Amador, luz combinada con la luz artificial y el resplandor lunar, hizo de esta comunidad cartagenera un territorio para los nuevos escritores. Cuando el profesor Santiago Felipe Colorado tenía su Taller Candil en la Universidad de Cartagena, realizó varios actos en la Capilla de Lo Amador y en el barrio. De esa heredad hay buenos escritores que están por publicar su obra. Uno de ellos es el narrador Gregorio Álvarez.

Más noticias