Se conmemoran los 98 años del fallecimiento del escritor polaco Joseph Conrad (1857 – 1924), el próximo 3 de agosto, uno de los clásicos del siglo XX. Conrad vivió intensamente sus 66 años, escribió veinte libros, y sus novelas que transcurren entre inquietantes y sobresaltades soledades y descomunales aventuras oceánicas, se convirtieron en referencia de lo mejor de la literatura de su época. Fue el genio de las letras inglesas. A sus ocho años quedó huérfano de madre y a los doce, huérfano de padre. Se hizo marino desde joven y viajó por todo el mundo. Desde el archipiélago malayo hasta las costas del Caribe colombiano. Le puede interesar: El huracán que pasa por nosotros.
Las aventuras de Conrad “incluyen el contrabando de armas para los carlistas, que en su vida es una noticia oscura e indodumentada, pero que da cuenta de su naturaleza: el hijo de Apollo, ese revolucionario izquierdista, acaba aliado con monárquicos radicales. La aventura era el fin”, escribe Juan Gabriel Vásquez en su biografía sobre Conrad.
Fue contrabandista de armas para los conservadores colombianos que por aquellos años intentaban derrocar el gobierno liberal de Aquileo Parra. Estuvo en Puerro Cabello, en la Guaira “y avistó Cartagena, o quizá llegó a visitarla”. Para crear su novela Nostromo, curiosamente llevada al cine y filmada en Cartagena, hay mucha atmósfera del trópico del Caribe. Precisa Vásquez que “Sulaco debe mucho a Cartagena, don José Avellanos debe mucho a Santiago Pérez Triana, hijo de Santiago Pérez, el liberal que había ocupado la Presidencia de Colombia antes que Parra”.
“Esos viajes proporcionaron a Conrad el conocimiento de las tormentas marinas, una de las experiencias tradicionales de la literatura de aventuras, a las que devolvería el rango mítico y metafísico que habían tenido, por ejemplo, en la Odisea”.
Sus novelas
“La locura de Almayer” (1895), me deslumbró al leerla. Sus imágenes, su intensa y delirante trama narrativa. “Un vagabundo de las islas” (1896), “El Negro del Narciso” (1897), “El corazón de las tinieblas” (1899), es una de sus novelas que más me ha impactado por su conocimiento de la condición humana. “Lord Jim” (1900), “La soga al cuello” (1902), “Nostromo” (1904), “Tifón” (1899), “El agente secreto” (1907), “Bajo la mirada de Occidente” (1911), “Suerte”, (1913), “Victoria” (1915), “La línea de sombra” (1917), “La flecha de oro” (1919), “Salvamento” (1920), “El pirata” (1923), “Suspense”(inacabada, publicada póstumamente en 1925).
Conrad ha dejado un gran influjo en la literatura latinoamericana. Una de sus novelas “El duelo”, marcó al Premio Nobel de Literatura colombiano.
