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Faustino, una muestra del cine experimental del Caribe

Luis Mogollón dejó a Cartagena dos joyas cinematográficas que vale la pena ver. Aquí un recuento de su amor por contar historias.

Por: Haroldo Rodríguez Osorio

En la Cartagena de Indias de los años sesenta del siglo pasado un grupo de profesionales incursionaron en el cine experimental y amateur. Luis Mogollón, a sus 39 años, utilizó su cámara Bolex de 8 mm para filmar su ciudad, sus viajes , su familia. Lea: Fallece el cartagenero Luis Mogollón Zubiría

En los escenarios cotidianos del barrio Bocagrande y en su casa en la carrera cuarta, en los intensos domingos, se dieron cita el acuarelista Hernando Lemaitre, los arquitectos Indalecio Camacho y Gastón Lemaitre, el ‘Ganso’ Morillo y otros amigos, quienes combinaban actividades de pesca, vela, buceo y fiestas en el mar Caribe mientras iban filmando todo lo que sucedía en su entorno.

En la cámara se plasmaba la ciudad que se expandía en sus nuevos barrios mientras el Centro Histórico se rehabilitaba y modernizaba. Lucho, ser sensible y acucioso esteta, rodeado de buenos maestros del espacio y la luz de sus -coequiperos de jornadas creativas-, durante 52 semanas entre los años 1966 y 1967, se adentraron en el universo surreal del rodaje del filme Faustino con la técnica del stop motion.

Desde la primera vez que proyecté Faustino en el museo de Arte Moderno, poco antes de la pandemia del COVID-19, quedé prendado con tanta belleza fílmica. Mientras transcurrían las escenas de la película, imaginaba las puestas en escena, en una especie de detrás de cámaras donde desplegaba la forma en que los protagonistas abordaban el plan de rodaje, las locaciones, la luz que había sido definida como el componente constitutivo de la unidad fotográfica; la dirección de arte, la locación del patio de la casa tupido por los árboles, los elementos decorativos, la quincallería barroca de los set me confirmaban que todo estaba a favor del esplendor de la obra. Lea: Almodóvar, el director que empuja los límites del cine

Me resistía a dejarme atrapar de mi conocimiento del cine para continuar maravillado como un simple espectador porque sentía que estaba viendo un cortometraje de nivel mundial. Luego, desglosando cada escena y cada plano consideraba la creatividad de la escritura del guion, los encuadres precisos, los cortes de planos medios a planos cerrados y en la angulación de la cámara encontraba la prueba fehaciente que uno de los codirectores, Gastón Lemaitre (QEPD), como arquitecto, aportaba a la belleza de los encuadres y demostraba su habilidad con la espacialidad, integrándose armónicamente a la propuesta de la mise en scene (puesta en escena).

Faustino, sin duda alguna, es una pieza fílmica que representa su época. Demuestra la madurez de saber contar historias en la estética lumínica de los patios jungláricos del Caribe y en el diseño desbordante de la colorimetría de las escenas. Lea: Camilo Díaz, el cartagenero que hace cine independiente en EE. UU.

Su público no tiene edad ni tiempo; los niños de edad escolar o los adultos mayores en un centro geriátrico serán sin duda capturados por este ejercicio estético de importancia.

Faustino, una muestra del cine experimental del Caribe

El director

Luis Mogollón de Zubiría nació en 1927 en una casa familiar republicana de la tercera avenida del barrio de Manga de Cartagena de Indias; inició sus estudios en el Colegio La Esperanza de esta ciudad y luego continuó a su formación en Boston (Estados Unidos), en el Colegio Fessenden y su bachillerato preparatorio en la Academia Phillips Exeter.

En plena guerra debió esperar varios años para regresar a Colombia, luego ingresó a la Universidad de Pensilvania, Wharton, y cursó la carrera de economía. En 1951, regresó a su ciudad natal e inició su vida laboral en los Talleres Mogollón.

El proceso de su cinematografía arrancó en Estados Unidos; allí se familiarizó con la técnica, el lenguaje y las tendencias del cine mundial que podía ver en sus salas de cine; antes de su regreso definitivo a Colombia, compró equipos de filmación y una buena cantidad de rollos de 8 mm.

En Cartagena de Indias realizó sus dos filmes emblemáticos: Faustino y Nunca comas flores; este último en compañía de el pintor acuarelista Hernando Lemaitre. A la vez, prosiguió en estos años de navegación a vela, pesca, buceo, aeromodelismo y crónicas familiares, filmando todo en 8 milímetros, en un vasto acervo de cortos familiares, bautismos, viajes, fiestas, secuencias de la ciudad y paseos marítimos.

Luis Mogollón de Zubiría pertenece al grupo de pioneros del cine experimental de Cartagena de Indias, que surgió en los años sesenta del siglo XX, y entre los cuales se cuentan Enrique Grau, Tolin de la Vega, Gastón y Hernando Lemaitre.

A sus casi 96 años partió a la eternidad y desde su último soplo mantuvo casi intacta su lucidez mental y buen humor, producto de una vida activa creativamente y gracias al ahínco con el que abordó su existencia, siempre acompañado en sus sueños y periplo vital por su amada esposa, Yolanda Pupo de Mogollón.

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