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El piano de Helvia Mendoza encanta a las audiencias del mundo

Su piano virtuoso resuena en ese álbum clásico con la obra para piano del maestro Adolfo Mejía, editado por el Banco de la República en 2001.

Los recuerdos de Helvia Mendoza Orozco están llenos de música. La música está dentro de ella misma, y lo que vibra en las altas colinas del silencio es la música misma que llega como un soplo de luz a su casa. El piano siempre estuvo allí, en una familia de estirpe musical por el lado materno. El abuelo Benjamín Orozco era violinista. El tío Ramón tocaba el piano interpretando tangos y jazz. Mario Mendoza, el padre, era contabilista, “era el mejor hombre del mundo. Vivía para su esposa y sus hijos. Era un ermitaño. No le gustaba salir a ninguna parte. Mientras mi madre, Luisa Orozco, era bien distinta. Le gustaba salir a encontrarse con sus amigas e ir al cine”. Lea: Marie-Ange Nguci: La prodigiosa pianista estuvo presente en el Festival

En estos recuerdos resplandece el genio discreto y silencioso de su maestro Adolfo Mejía, quien murió en 1973 en su casa del barrio San Diego de Cartagena. Helvia no solo fue una de sus más aventajadas alumnas, sino la que mejor interpreta la obra de piano del maestro. Helvia empezó siendo una niña en la Escuela de Música de Cartagena, de la mano de la pianista Josefina de Sanctis, graduada en el Conservatorio de Florencia, Italia. Fue alumna de la profesora Lucía Pérez en el Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia. Recibió su diploma de Pianista Concertista.

Perfeccionó sus estudios con los maestros Olav Roots y Harold Martina. En la Academia Chigiana de Siena (Italia) con el maestro Guido Agosti.

Recibió clases magistrales con Lili Krauss, Iván Drenikov y Herbert Hencke. Ha ejercido la docencia con amorosa devoción y pasión, forjando varias generaciones de pianistas en Colombia. Siendo muy joven ganó el concurso organizado por la Radiodifusora Nacional de Colombia para asistir al Festival Casals de Puerto Rico. Además de virtuosa intérprete del piano y pedagoga por cerca de cuatro décadas, Helvia ha sido una investigadora de la música.

Se destacan dentro de su producción discográfica las grabaciones de Obras para piano de Luis A. Calvo con el Banco de la República (1995), Música en Santafé de Bogotá de 1538 a 1938 con la Alcaldía Mayor de Bogotá (2000), Tiempo de piano con la Universidad Nacional de Colombia (2000) y la grabación de la Obra completa para piano del compositor Adolfo Mejía con el Banco de la República (2001). Lea: Dayramir González suena su piano prodigioso en Cartagena

Helvia rescató quince piezas para piano de Adolfo Mejía, tarea que emprendió junto al investigador Luis Rosensvaig. En uno de sus conciertos en la Sala Luis Ángel Arango, en el Centro Cultural del Banco de la República, en Bogotá, el 4 de octubre de 1989 presentó esos tesoros pianísticos de Mejía.

Sobre esas obras dijo Hernando Caro Mendoza: “Mejía dejó algunas obras para su instrumento y numerosos partituras pianísticas que nunca se preocupó en divulgar y editar”.

Mejía dejó algunas obras para su instrumento y numerosos partituras pianísticas que nunca se preocupó en divulgar y editar”.

Hernando Caro Mendoza.

En esta obra hay “tres preludios en los que se adivina influencia francesa. Cuatro pasillos y tres bambucos del más puro corte ‘cundiboyacense’, que demuestran hasta qué punto éste músico integralmente costeño había asimilado toda la música colombiana. En seguida, una soñadora improvisación, luego, una curiosa samba argentina titulada Manopili, una transparente página El burrito en la que casi se oye la guitarra del maestro Mejía, un vals infantil de gustosos ritmos binarios en la mano izquierda y dos danzas de típico sabor bogotano bautizadas Trini y Pincho. Una curiosa página de un importante compositor”.

Un piano para el mundo

El piano de Helvia ha encantado audiencias en el mundo, ofreciendo recitales como solista invitada de las orquestas Filarmónica de Bogotá, Sinfónica Juvenil de Colombia, Sinfónica de Antioquia, Sinfónica del Valle y Sinfónica de Colombia. Estrenó para Colombia el Primer concierto para piano de Blas Emilio Atehortúa, Los cuatro temperamentos de Paul Hindemith y El concierto de Samuel Barber. En el año 1975 tocó con el Quinteto de Vientos de Nueva York en el auditorio Olav Roots del Conservatorio de la Universidad Nacional.

Helvia Mendoza en 1999. //Foto: Archivo El Universal
Helvia Mendoza en 1999. //Foto: Archivo El Universal

Participó como pianista acompañante en el XII Concurso de Múnich (Alemania). Invitada por la Unión Panamericana al Salón de las Américas en Washington en 1972. Pianista de planta de la Orquesta Sinfónica de Colombia durante 27 años, fue profesora titular de piano en el Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia, cerca de cuatro décadas.

Las manos de Helvia son prodigiosas frente al piano. Es madre de cuatro hijos músicos, siete nietos de los cuales cinco de ellos son músicos, uno de ellos toca el violín, otro es percusionista y otro es productor musical. Tiene tres bisnietos todos músicos, y la mayor de sus bisnietas es cantante y se llama Luna Melo Díaz, tiene 23 años y una voz preciosa.

Helvia es una de las pianistas que ya ha escrito una de las páginas doradas de nuestra música. Rigor y exigencia, pasión y excelencia. En Cartagena, Helvia ha celebrado la aparición del volumen 2 de la Antología de Mejía, que incluye siete canciones para voz y piano, y el rescate de la obra para piano del maestro, gracias al Patronato Colombiano de Artes y Ciencias, y la edición de ‘Pequeña Suite’, su composición más significativa, en Estados Unidos. Para ella esa composición “es incomparable, maravillosa e impresionante”.

El piano de Helvia transmite la belleza monumental y la suprema sutileza de la obra musical de Adolfo Mejía. Frente al piano sus manos despiertan el huidizo misterio y el encanto sobrenatural de ese arte intemporal que es la música.

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