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“El Nobel genera tanto interés que no te da tiempo para escribir”

El Nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah habla de su sexta novela ‘A orillas del mar’, un relato sobre los efectos de la colonización europea y que se publicará en Colombia en las próximas semanas.

El mundo editorial se prepara para el retorno a la presencialidad de uno de sus más importantes eventos de la región, con la Feria Internacional del Libro de Bogotá, por lo que las más importantes editoriales preparan sus principales lanzamientos.

Entre ellos, sin duda, uno de los estrenos más esperados será la nueva novela del Premio Nobel de Literatura 2021, Abdulrazak Gurnah, titulada ‘A orillas del mar’.

Es apenas su sexta novela, la misma que fue seleccionada para los prestigiosos premios Booker y Los Angeles Times Book Prize, que ha sido considerada como uno de los relatos más conmovedores que se han escrito sobre los efectos de la colonización europea, la experiencia del exilio y el sentimiento de culpa que ésta acostumbra a llevar aparejada.

Son temas en los cuales, el escritor nacido en Zanzibar, que ahora hace parte de Tanzania, ha tratado y profundizado en buena parte de su obra, la cual ha nutrido fuertemente de su experiencia.

Apenas cruzando la mayoría de edad, terminó siendo uno de los tantos refugiados en Inglaterra, para no ser presa de la revolución que emergió en su tierra natal y la que generó el derrocamiento del sultán y todos los miembros de su gobierno.

Algo similar le ocurre al protagonista de su nueva novela. Huyendo de la vorágine en que se halla sumido su país de origen, mítica tierra de perfumes y especias, Saleh Omar, un antiguo comerciante de sesenta y cinco años, aterriza en el aeropuerto de Gatwick con un pasaporte falso, un cofrecito de caoba con incienso, entre otras pocas pertenencias.

En ella, Abdulrazak Gurnah ofrece un mosaico de culturas milenarias, la india, la árabe, la persa y la africana, al tiempo que sumerge al lector en los abismos de una de las vivencias más traumáticas y desoladoras.

El autor habló sobre su literatura, en especial sobre toda la problemática, tan actual, que desarrolla en ‘A orillas del mar’, que en pocos días estará disponible en las principales librerías del país.

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EL PARTIR

- ¿Su obra se enmarca dentro de la literatura del desarraigo?

El desarraigo es algo que le puede ocurrir a las personas que están a 10 o 15 kilómetros de casa, pero yo estoy interesados en movimientos de personas más amplios, personas que están obligados a abandonar sus países por las situaciones sociales internas, como la guerra, entre otras razones.

También es cierto que hace parte de mi propia experiencia personal, por lo que a lo largo de toda mi vida adulta he tenido que lidiar con ese desarraigo de vivir en otro país. Pero es una situación que se repite en todo el mundo, es un fenómeno global.

- Una experiencia que usted vivió a la edad de 18 años...

Estoy convencido que este tipo de traumas, de tener que salir del lugar que llaman hogar, se transmite de padres a hijos y entre generaciones.

En mi caso, salí rumbo a Inglaterra sin mi familia y a los 18 años, cuando uno ya tiene una vida y es difícil de olvidar. No sé si sea más fácil superar estas cosas cuando uno es más niño, pero lo que sí es seguro es que hubiera sido más fácil adaptarse a todo un entorno diferente al cual estás acostumbrado.

- Los desplazados son clave en buena parte de su obra literaria, justo ahora que se habla del desplazamiento de millones de ucranianos por la guerra...

Lo que siento es compasión. Qué más puede sentir cuando se ve un ataque malévolo sobre los hogares de miles de personas. Es terrible ser testigo de todo esto.

En muchos lugares del mundo, en especial sus vecinos, los han recibido con compasión y afecto, pero no siempre ocurre esto.

CON EL NOBEL

- ¿Le cambió la vida haber ganado el Premio Nobel de Literatura?

No puedo hacer nada para abstraerme de las presiones externas, es un premio de difusión global y desde luego es algo que te cambia la vida, empezando por ser un gran honor y que me ha hecho muy feliz, sumándome a una lista de autores que tanto admiro y ahora hago parte de ese club.

Es maravilloso que tantas personas estén interesadas en leer mi obra, lo cual es el sueño de cualquier autor.

También están las personas que te quieren invitar a diversos proyectos, y por ahora lo disfruto, ya veremos más adelante qué ocurre.

El Premio Nobel genera tanto interés que no te da tiempo para escribir.

- A mediados de los noventa publicó ‘Paraíso’, donde el desplazado es un niño, ¿Una forma distinta de ver el fenómeno de los refugiados?

No estoy seguro si los lectores de hoy son más conscientes o más comprensivos respecto a los refugiados y a las personas desplazadas, pero creo que deben serlo, porque es imposible darle la espalda hoy a estos temas.

Pero ‘Paraíso’ se concentró más en el colonialismo que llegó a esta parte del mundo de la cual yo vengo.

Son muchos los matices que encontramos en temas tan complejos como los refugiados y los desplazados. Aunque Europa ha colonizado muchas partes del mundo, en varias partes de este continente siempre ven el tema de los migrantes con cierta distancia, incluso con racismo, porque los ven como delincuentes, como personas que llegan para hacer daño.

- ¿Cómo ha visto la actitud de fraternidad de Europa frente a los refugiados ucranianos, en contraste a la actitud, que ha llegado a ser hostil, frente a migrantes de otras partes del mundo?

No es nada sorprendente que los europeos muestren más simpatía por los refugiados ucranianos que por los refugiados de otras partes del mundo, porque son sus vecinos y en ocasiones hasta son familia.

- ¿Qué puede aportar la literatura a temas como la migración?

Leemos por el placer de entrar en un texto, así como el deleite de las palabras hermosamente escritas, pero también hay elementos de novedad, que descubres cosas que no conocías, o encontrarse con cosas que ya conocía pero que ahora puede ver de una manera más profunda.

La literatura permite que las personas que ignoran un tema, no por malicia, quizás por distancia o por otras circunstancias, permite humanizar los conocimientos académicos para entender mejor el mundo.

El migrante se enfrenta a estrategias que pueden llegar a ser crueles. Personas que sencillamente no quieren entenderte porque no les gusta tu acento. Pero a la vez, es un mecanismo de defensa del desplazado cuando teme algo. Me pareció interesante como anécdota para contar toda una historia desde el principio de los refugiados.

- En su discurso al recibir el Premio Nobel, hizo énfasis en la relación constante entre la belleza y la fealdad...

Como ser humanos tenemos la capacidad de probar la belleza, entendida como generosidad, pero también somos capaces de lo más feo, como la guerra y la violencia, una capacidad que muy a mi pesar hemos desarrollado más.

Así, cuando encontramos acciones de belleza, con toda su amabilidad y luz, es algo que siempre se debe resaltar y aplaudir, con la esperanza que sean actos que se repliquen.

-¿Cuál ha sido el mayor reto de construir el personaje tan complejo como el protagonista de la novela?

Es humano, y eso hace que no sea tan difícil, porque hay que levantar el rostro y fijarse en los millones de desplazados que están hoy fuera de sus hogares.

En el caso de este personaje, lo ha perdido todo, su hogar, su familia e incluso su país, por lo que había que buscarle la voz a ese personaje para desarrollar el resto.

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