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‘El emisario de las aguas’, hasta este fin de semana

Desde diciembre estuvo abierta al público la exposición artística del maestro Gustavo Tatis en torno al mar y sus especies abisales, en el Hotel Las Américas.

La exposición artística denominada ‘El emisario de las aguas’, del periodista Gustavo Tatis, abrió sus puertas el pasado 4 de diciembre en el pasillo principal del Hotel Las Américas, y estará montada hasta el sábado 15 de enero al final de la tarde. El autor explicó que es posible que la exhibición se extienda hasta el domingo 16 de este mes, así que el lunes el público posiblemente se encuentre con otra exposición. Lea aquí: Tatis, la luz de un pintor escondido.

El azul, el mar, la naturaleza...

Son 20 acrílicos en mediano y gran formato que muestran a las criaturas del mar, principalmente las abisales, que son las que viven muy en el fondo de las aguas y no les llega la luz del sol, por ejemplo, el pez luna, el pez linterna, que son especies que tienen que proveer su propia luz.

La primera exposición que realizó Tatis –precisamente con esta misma temática– fue en 2011, es decir, que lleva diez años de estar exponiendo sus obras, que siempre han estado girando en torno al mundo marino.

“Al principio eran más abstractas, pero ahora son como híbridos, que es la mezcla entre lo figurativo y abstracto, o sea, ya el pez está un poco más definido. Más que pintar el pez, me interesa el movimiento, las vibraciones del aire, del agua, del mar, las tonalidades que se producen de manera submarina, las corrientes de agua, y es una obra con mucho movimiento y mucha sensación de algo que pasa”, explicó el maestro Tatis.

Las obras son una abstracción con algunos elementos de figuratividad. Y es que el maestro Tatis siempre ha demostrado que el mar es su principal interés a la hora de pintar. Para él, vivir en Cartagena es la excusa perfecta que le permite retratarlo. Su experiencia en el Caribe demuestra que tiene razones de sobra para plasmar en sus pinturas toda una vida permanente entre el río y el mar. Incluso, pasó sus primeros años cerca del río Sinú.

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“Desde niño tuve una inclinación por los colores, no por el dibujo ni por querer ser pintor, sino que siempre tuve una fascinación por las cosas de color cuando veía que mis abuelas y tías se ponían a cocer y guardaban las tiritas, los retazos de colores, y hacían una colcha hermosa de todos esos colores, entonces esa experiencia se sumó con la de los barriletes que hacía mi papá. Había una relación muy infantil con el color”, recordó el también poeta cordobés.

Si existe algo que a Tatis le genere profunda felicidad y destreza es el arte de pintar. Le relaja tanto que olvida por unos instantes el arduo trabajo de escribir, el cual considera un arte y una pasión desenfrenada pero que a su vez reconoce genera “mucha angustia”. “Escribir muchas veces abruma, entonces el color es una especie de bálsamo. Una compensación. Y cuando entro al color, entro a la palabra, sin intenciones de ser un perfeccionista del dibujo”, añadió el periodista, al tiempo en que explicó que no se considera dibujante sino un aprendiz del color. Siempre buscando la relación con el mar y la naturaleza dentro de esa aparente abstracción.

“En el Caribe siempre el color es básico: está en la naturaleza que nos rodea, en los atardeceres, los pájaros, los pavos reales... hay una gama de colores en el Caribe que son deslumbrantes”.

Gustavo Tatis, poeta.

El público encontrará en el pasillo principal del Hotel Las Américas el común denominador de unos matices color aguamarina, turquesas, la gama de azules que se vislumbra en las islas y en las profundidades del mar. “Cartagena ha perdido esa transparencia del color del mar por la contaminación que entra al agua. En otras regiones se logran ver esos mismos matices de azul”, puntualizó el artista Gustavo Tatis.

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