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Eduardo Herrán, el lente que perdura

Hoy se cumplen 15 años de la partida del reportero gráfico y artista de la fotografía Eduardo Herrán Garavito. Sus imágenes son perdurables.

En un mundo poseído por la prisa y la velocidad, es curioso encontrar a un reportero gráfico como Eduardo Herrán Garavito que, cuando hacía reportajes, tenía la velocidad para atrapar los acontecimientos vertiginosos, pero a su vez, era capaz de detenerse en el instante y crear un tiempo de espera para lograr que lo captado fuera a la vez noticioso y alcanzara un nivel artístico. Y en esa paradoja a veces iba a cubrir noticias judiciales, un muerto en la vía o una persona que había perdido la vida en un atentado, y al llegar al escenario de los hechos, su lente era capaz de captar el drama, pero a la vez los contrastes inusitados de la humanidad vulnerada. Además de hacer reportería gráfica en la sección de Sucesos o en la página Local, Cultural o de Farándula, lograba niveles artísticos inesperados. Lea aquí: Falleció Héctor Fabio Zamora, fotógrafo de El Tiempo.

De cada imagen trágica guardaba una imagen secreta: la de su mirada artística. El muerto en la hierba, la sangre derramada sobre el verdor en contraste con el cielo azul profundo... eran obras de arte surgidas de la tragedia cotidiana de la violencia en Cartagena. Y Eduardo Herrán era capaz de lograr esos contrastes, algunas de esas imágenes le quedaban para su archivo artístico.

Cuando recorría las barriadas, captaba la mirada de los niños marginados en medio del pantano de la ciénaga, y se metía dentro de las casas y dentro del alma de la gente para fotografiar algo más que caras, lo que descubría eran silencios abismales llenos de inocencia, instantes sacudidos por la impiedad o el desprecio, y también fulgores de esperanza y humanidad en medio de la pobreza.

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Eduardo era como todo caballero andante, un artista que no abandonaba jamás la cámara, ni siquiera en días de descanso o vacaciones. Dejó una heredad de luz y arte en sus imágenes, un amoroso y sabio profesionalismo en su familia y en su hijo Luis Eduardo que prosigue su vocación de reportero gráfico que también queda atrapado cuando en medio de su reportería un estallido de color cruza por el paisaje de sus protagonistas en el lente. Eduardo tenía la virtud de la paciencia en tiempos de prisa para ir tras el aleteo de los pelícanos arrebatando el pescado de los trasmallos del amanecer en Marbella, y la paciencia para esperar que aparecieran todos los colores del mar al final de la tarde. Los retratos humanos de Eduardo eran exigentes y magistrales. Se tardaba todo el tiempo hasta dar con la imagen certera en criaturas de la calle, ejecutivos, ciudadanos de a pie, o personajes de la vida pública. A todos descubría no solo el lado humano, la luz y la sombra, sino el rasgo más oculto en la mirada o en los gestos. Las mejores fotografías que atesoró Eduardo en miles de tomas que guardó en rollos, soñando con publicar algún día el libro de sus fotografías, es un arte de la sagrada lentitud para descubrir la belleza, incluso en paisajes espeluznantes de horror y pesadilla, como es el reino sobrecogedor de la muerte. Eduardo no iba a fotografiar solo al muerto, sino el ambiente humano y natural que lo rodeaban. Y en esa búsqueda encontraba algún elemento que la vida le aportaba a su mirada artística.

15
años se cumple n este 30 de abril, de la partida de artista del lente Eduardo Herrán Garavito.

Eduardo nació un 30 de agosto de 1952 en el barrio El Retiro de Villavicencio. Cumpliría 70 años en este 2022. Arribó temprano a Cartagena, ciudad en donde desarrolló su arte en el diario El Universal, junto a otros fotógrafos como Manuel Pedraza, Germán Molano, Fredy Elles, Óscar Díaz, Maruja Parra, Zenia Valdelamar, entre otros, quienes alternaban con otros fotógrafos de la ciudad como Álvaro Delgado, Bernardo Machado, entre otros.

En la misma sala de redacción coexistían la velocidad temeraria de Germán Molano con la serenidad controlada y estratégica de Eduardo Herrán Garavito. En la mañana del 30 de abril de 2007, Eduardo, de 55 años, cerró sus ojos a la eternidad, en Cartagena. En su cámara aún vibraban las imágenes de los amaneceres en el mar y los últimos fulgores del crepúsculo.

Las huellas del reportero

El reportero gráfico y fotógrafo artístico Eduardo Herrán Garavito (Villavicencio, 1952 - Cartagena, 2007), cumple 15 años de su partida este 30 de abril, y el 23 de agosto, 70 años de su natalicio.

Fue uno de los mejores fotógrafos del diario El Universal y uno de los grandes de Cartagena, por su capacidad para captar belleza incluso en las imágenes tormentosas de la muerte. Le sobrevive su esposa Élida Álvarez y sus cuatro hijos: Luis Eduardo, Francisco Javier, Orlando y Marisol Herrán Álvarez.

Su hija escribió una bella semblanza de su padre y de sus últimos momentos, privilegiando la serenidad que mantuvo hasta el final de cerrar sus ojos a la eternidad.

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