Dayramir González Vicet (La Habana, 1983) es un músico que lleva el piano en cada pisada. Cuando era niño, sus dedos de cinco años seguían el rumbo de la melodía que escuchaban sus padres en Radio Progreso y Radio Taíno, en La Habana. Y sus dedos tecleaban el piano invisible del aire. Ayer iniciamos una intensa conversación para esta semblanza que haré muy pronto de su fecunda y prodigiosa existencia musical. Lea también: La magia del piano cubano en la Cooperación Española.
Es la primera vez que viene a Cartagena, ciudad que tenía en su mapa de sueños, y desde que aterrizó siente que está en La Habana. A las 6 de esta tarde ofrecerá un concierto, abierto al público, en el Centro de Formación de la Cooperación Española.
Dayramir González Vicet nació en La Habana el 18 de octubre de 1983. Es el hijo del músico habanero Fabián González, trompetista que perteneció a la Sonora Rumba Habana, trabajó junto con Mirta Medina, Caribe Expreso y Laíto y su Sonora. Su madre Maglioris Vicet es santiaguera. De la música que escuchó desde niño nos contará en la faceta que empezaremos a escribir.
En 2007 participó en una gira internacional con Diego El Cigala, Bebo Valdés y Chucho Valdés. Se presentaron en el Zaragoza Jazz Festival. Fue un concierto de tres generaciones. Para él, Chucho Valdés tiene el liderazgo de su banda y lo considera un visionario musical, porque logró integrar en el jazz los tambores batá de la religión yoruba, tambores de Nigeria y Benin. Esa conjunción litúrgica de los tambores partió de las raíces de la música afrocubana. Chano Pozo fue uno de los precursores del cubop que integró las sonoridades de la música afrocubana al jazz.
Luego del concierto en España, se hizo miembro de la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE) en 2007. En 2009 la misma organización convocó a sus miembros a aspirar a estudios universitarios en Berklee. De 3 mil convocados, solo quedaron 7 finalistas, de los cuales, Dayramir era el único músico cubano escogido para esta beca en Berklee (Boston). En septiembre de 2010 ingresó a la prestigiosa universidad musical y su mayor reto, además de entender el inglés académico, leerlo y escribirlo, era solidificar su identidad cubana.
La música del mundo
Dayramir reconoce que antes de entrar a Berklee ya tenía una formidable herencia y formación musical cubana, no solamente de la música clásica cubana, sino clásica europea. Y en esa herencia reconoce el aporte insoslayable de Irakere con sus tambores afrocubanos, el aporte de la danza, la contradanza y el danzón de Ignacio Cervantes y Ernesto Lecuona, el lirismo de la Nueva Trova con Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, y la timba cubana de los años 90. Ante la música del mundo, Dayramir solo se hacía tres preguntas: ¿Quién soy? ¿Qué me hace distinto? y ¿Cómo puedes ayudarme?
Una clase magistral
En Cartagena, Dayramir está dictando clases magistrales desde el lunes, y proseguirá el jueves y viernes, invitado por Comfenalco, en cuya institución se forjó una escuela de música que ha dado frutos en los últimos veinte años. Su taller se denomina “La decisión propia de querer ser buen músico”. Dayramir es un músico planificado, organizado. no bebe ni fuma, ni toma café, se despierta antes de siete de la mañana y se duerme antes de medianoche luego de hacer durante el día y la noche tres sesiones de estudios de su piano. Y antes de cerrar los ojos, escribe el plan del día siguiente. Comienza el día mirando en qué lugar del mundo va a ser sus próximos conciertos, él mismo es el empresario de sus propios sueños y deseos musicales.
En sus clases magistrales logra llegar al corazón de los jóvenes músicos del mundo y los de su país, gracias a la pasión y la coherencia de sus convicciones. Está convencido de que los estudios universitarios de música son básicos por el conocimiento y las técnicas que se comparten, pero es esencial la disciplina diaria del músico y la creación de un plan y control de lo que se quiere y aspira. A eso lo llama “hambre musical”. Los padres pueden ofrecerte herramientas, apoyarte en las iniciativas artísticas, pero al final, “la decisión propia es la tuya”. En las clases magistrales insiste en que cada músico encuentre su propia voz, su melodía individual. Hay mucha responsabilidad en cada músico de pasar de su soledad y encontrar la libertad de su creación para llegar a ser un buen músico.
Cuando tenía 16 años, en 1999, compuso la canción ‘Gozando’, y a los 18 años, ‘Transición’ (2001), que marcaron un antes y un después en su vida musical. En la segunda canción reconoce la influencia de la metalería de Irakere y la timba.
Apenas hemos conversado dos horas, pero hay más historias que Dayramir me ha contado y compartiré pronto en una facetas de su vida y su obra. Por ahora su piano resuena como una maravilla por el mundo.
Travesía musical
Dayramir González Vicet (La Habana, 1983) es pianista, compositor, educador musical y conferencista. Summa Cum Laude en Berklee. Se ha presentado en el Carnegie Hall de Nueva York, con Paquito d’ Rivera, Chucho y Bebo Valdés. Su álbum ‘The Grand Concourse’, fue elegido como uno de los 40 mejores álbumes de 2018, por Jazz Times, y recibió 4.5 estrellas de la revista estadounidense Down Beat. En octubre de 2022 lanzará su tercer álbum: Vida. Dicta talleres y clases magistrales en universidades.En la Universidad de Texas en Austin (UT Austin), Universidad SOAS de Londres, Universidad McGill y festivales como el Festival de Jazz de Detroit, Festival Enjoy Jazz y Festival Internacional de Jazz de La Habana. Está en Cartagena invitado por el Centro de Formación de la Cooperación Española. Dicta un Master Class en Comfenalco.
