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Angélica Vargas vive de declamar poemas en las calles de Colombia

Angélica Vargas, de Huila, vive sacando la poesía a las calles, algo que hizo con esplendor en Cartagena. Acaba de ganar un concurso de declamación en Bogotá.

Su voz irrumpió y calló todo, como ráfaga de viento potente y suave. El brío de sus palabras atrapó la atención unos instantes, los hizo a todos suyos, los doblegó ante aquella prosa de tal forma que al final los aplausos resonaron en esa esquina del barrio San Diego. Lea: ‘Contando los oscuros peldaños del vacío’: el nuevo libro de Fredy Chamorro

El sitio era un restaurante a cielo abierto, de esos pintorescos lugares en el Centro Histórico de Cartagena, y la protagonista de esta historia es Angélica Vargas, una huilense ‘desconocida’, que decidió simplemente presentarse ante comensales de diversos lugares que departían en ese sitio. Declamó ‘Cogollo de ternura’, poema de Sylvia Lorenzo (escritora de Huila), al cabo del último verso su público premió su elocuencia con unas monedas.

Declamar para vivir

He visto gente que baila para ganarse la vida en el Centro. Mapalé, champeta y salsa son los ritmos ambulantes más populares de la Cartagena nocturna, incluyendo también a Shanchiro, imitador de Shakira, cuyo performance aún sobrevive con el ‘Waka waka’, así como a los muchos otros tipos de arte de las calles que hay en la ciudad. Sin embargo, intentar ganarse la vida declamando poemas, no es muy usual, menos en una época en que parecen cada vez más relegados al íntimo acto de leerlos en un libro. Angélica, de 32 años, sabe bien eso y por eso emprendió un titánico periplo, desde su natal Neiva (Huila), para principalmente sacar a la poesía de los libros, y decir que sí, se puede vivir de recitar poemas en las calles, como ella lo hace a menudo. El talento para declamar la posee y eso es algo bastante reconocido en su ciudad, por artistas, por escritores y, especialmente, por personas del común que, de no ser por ella, ignorarían este arte. Lea: Conoce las actividades de la primera Feria del Libro de Valledupar

Aplausos en Bazurto

“Soy tallerista de teatro pero permanentemente estoy en diferentes escenarios culturales y alternativos declamando poesía”, me contó en enero de 2023, en la sala del apartamento donde se alojó en Marbella, a su paso por Cartagena.

¿Cómo comenzaste en la poesía?

Bueno, cuando era muy pequeña, una profesora me hizo aprender ese mismo poema que declamé la otra noche en San Diego. De niña, a la gente le gustaba mucho la forma en que declamaba y seguí haciéndolo, aprendí más poemas.

Angélica Vargas vive de declamar poemas en las calles de Colombia

¿Qué poetas te gustaban?

Primero los de Huila, como José Eustacio Rivera. Luego aprendí de otros como Maruja Vieira, Emily Dickinson. Me inclinaba hacia el tema femenino, después me encontré con poetas muy conocidos como Pablo Neruda, sus poemas agradan mucho cuando los declamo, la gente reconoce los versos y recuerdan cuando los aprendían en el colegio.

De niña, a la gente le gustaba mucho la forma en que declamaba y seguí haciéndolo, aprendí más poemas.

Angélica Vargas.

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Angélica llegó a Cartagena con su compañera de viajes Alejandra Guzmán. Le apasiona declamar en la calle y recibe monedas a cambio. Vive de eso y en las calles de la Heroica -explicó- fue bien recibida. Como también en los buses, en las playas y, especialmente, cuando arribó con un ‘cargamento’ de poemas, a la plaza de mercado más popular de la ciudad. En Bazurto se encontró con la grata sorpresa de no recibir monedas. En cambio, los comerciantes, embelesados con sus declamaciones, le regalaron manos de plátanos, hortalizas y comida, algo que llenó su corazón de emoción. “Hemos viajado como mochileras, no solamente dentro del país, de norte a sur, también fuera. Lo hacemos para poder compartir la poesía. Me gusta declamar en lugares alternativos, las calles, en las plazas, donde la gente se culturice un poquito”, refirió. Le puede interesar: Es taxista y escribe libros del campo y la vida: él es Eusebio Julio

Declamar y escribir

Sacando la poesía a las calles, Angélica aplica sus estudios universitarios. Cursa octavo semestre en licenciatura en educación artística, en la Universidad Surcolombiana, donde aprende técnicas de expresión corporal que utiliza declamando. “Me gusta transmitir a las personas, con muchísimo amor, lo que yo siento con el poema”, narró.

Su talento para declamar es tan inmenso e intenso como para escribir. Fue ganadora en 2022 de una convocatoria del Fondo de Autores Huilenses para financiar la publicación de 500 ejemplares de su primer libro de poemas: ‘El valle de las tristezas’, producto de un viaje por Colombia, donde plasma vivencias propias y que ha sido presentado en la 35 Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Este segundo viaje, que incluyó a Cartagena y al que llamó Ruta 45, es el insumo de inspiración para su segundo poemario: ‘Los paisajes de mi tierra’. “Hay muchos poetas en Colombia maravillosos, de toda mi admiración. Sin embargo, los poetas no se aprenden los poemas y no los declaman. La declamación es un arte completamente perdido en Colombia, no me he encontrado con alguien más que lo haga en estos espacios alternativos. Considero que la poesía hay que ponerla en la calle, con la gente, con el pueblo, hay que mostrarla a los niños, sí, fundamentalmente, y eso es lo que hacemos”, aseguró.

Epílogo

Desde Duitama, Boyacá, han llegado buenas noticias sobre Angélica y su talento para declamar. Acaba de ganar, a finales de mayo, el primer lugar en el Concurso Nacional de Declamación Gabriel García Márquez. Cautivó al jurado y al público con su emotiva declamación del poema ‘Reír llorando’, del reconocido escritor mexicano Juan de Dios Peza. Es solo un peldaño más en una carrera que le augura éxitos.

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