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A Catalino Parra lo despidieron con gaita, como él quería

En Soplaviento, cantaron y bailaron a un lado de la casa del maestro Catalino Parra y durante el recorrido de su féretro hasta el cementerio municipal. ¡Adiós Cato, canta desde el cielo!

Don Catalino Parra nació en Soplaviento en el año 1924 y murió en Cartagena el pasado 14 de febrero, acompañado de su familia y amigos. Ya estaba entrado en años, pero su sonrisa permaneció intacta hasta al final. Tras su muerte, variados han sido los homenajes que se le han hecho, y no solo para conmemorar a uno de los grandes de la gaita, sino para despedir el más humilde artista que ha parido Soplaviento.

“Cato es un ícono del folclor nacional y latinoamericano. Representa para nosotros y la gente del Caribe, una identidad cultural. Dejó un legado que perdurará en el tiempo”, dice el profesor Ángel Bahoque, quien recuerda la gracia y la humildad del maestro Catalino. “Soplaviento extrañará el sonido singular y melódico de su tambora”.

Dicen que todo el que lo conoció, sabe que el maestro quería que en su pueblo y en toda Colombia apreciaran lo que es la música de gaita. Según cuenta el joven Catalino Parra, uno de los objetivos de su padre era que los folcloristas enseñaran a las personas que pudieran, “a quien fuera” y que Soplaviento erigiera su Casa de la Cultura.

“Hoy nos queda el temor de que se pierda un legado”, dice por su parte Wilson Parra Zúñiga, quien reafirma que hasta el último día, Catalino se condujo en la búsqueda de personas que lo acompañaran en su sueño y que él mismo, siempre estuvo dispuesto a enseñar, sin cobrar.

La despedida

Desde las 10 de la mañana en Soplaviento, grupos de toda la Costa tocaron sus instrumentos en un callejón cercano a la casa de Catalino, donde se instaló una tarima.

En ese lugar, Cato acostumbraba a hacer un fandango cada diciembre, en homenaje a Inmaculada Concepción de María, virgen de la que era devoto.

El intérprete de ‘Josefa Matía’, ‘Manuelito Barrios’, ‘Cartagena Bonita’, ‘Animalito del Monte’ y ‘El Morrocoyo’ fue transportado desde las 3 de la tarde hacia el cementerio municipal. A lado y lado de la calle, la gente esperó ansiosa para decirle adiós al músico, mientras las gaitas y los tambores inundaban el pueblo con la melodía que tanto amaba.

“Mientras que el resto de las calles parecían desoladas en medio de la fuerte temperatura, la calle del comercio, en Soplaviento, era una fiesta, una fiesta con sabor triste”, cuenta con melancolía la comunicadora Julie Parra Benítez, coterránea del gran Cato.

Gregorio Almeida, quien tocó junto a Catalino con el grupo Sangre en la uña, también estuvo en el homenaje y recordó sus anécdotas junto al artista, sus alegrías y pesares musicales.

Un puente llevará su nombre

La Gobernación de Bolívar en cabeza de Vicente Antonio Blel, anunció que el puente que une a San Estanislao con Soplaviento llevará el nombre del maestro Catalino Parra, pensando en que “así como está obra sirve para unirnos como bolivarenses, su música nos reconoce como hermanos de esta tierra con la gaita”.

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