La Comisión Nacional de Disciplina Judicial suspendió por un año a un abogado de Bogotá “por actuar de mala fe” al solicitar a su cliente, un adulto mayor de 77 años, gastos irreales e ilícitos en un proceso de sucesión que no había iniciado.

La jurisprudencia aseguró que el togado se aprovechó del bajo nivel de escolaridad que tenía su cliente, quien necesitaba tramitar la sucesión de sus hermanos fallecidos, para acceder a la propiedad de un inmueble.

El proceso disciplinario inició con la queja del afectado, quien manifestó que el profesional no adelantó el encargo y no le devolvió los documentos entregados en virtud de la gestión profesional requerida.

“Durante el proceso se demostró que el profesional del derecho ideó un artificio para que su cliente le entregara dinero para obtener las escrituras del bien, además, se valió de terceros a quienes presentó como empleados de la Rama Judicial, para dar mayor credibilidad a su engaño y extenderlo en el tiempo”, estableció la Comisión.

A través de la ponencia del magistrado Mauricio Fernando Rodríguez Tamayo, la Comisión Nacional de Disciplina Judicial concluyó que el profesional tuvo la deshonesta intención de obtener dinero del adulto mayor para el pago de gastos de un proceso que no había adelantado.