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¿Se inclinará la izquierda colombiana hacia Gustavo Petro?

A menos de dos años de la elección presidencial, la izquierda se estaría alineando nuevamente hacia Petro.

En julio de 2003, la izquierda colombiana pareció dar un ‘timonazo’ que políticamente le podría empezar a consolidar como una opción de poder a mediano plazo en el país, la creación del partido Polo Democrático Alternativo, el cual aglutinaba a un grupo de dirigentes de ese sector que en su trabajo individual sumaban electoralmente.

Y había muchas razones para pensarlo, pues en el PDI se aglutinaron bajo la misma bandera figuras claras de la izquierda como Luis Eduardo Garzón que venía del sindicalismo, Antonio Navarro y un amplio sector de la antigua Alianza Democrática M-19. También estaba la Alianza Nacional Popular, Anapo, creada en los 70 por el general Gustavo Rojas Pinilla y su hija ‘la capitana’ María Eugenia Rojas, pero que ya en éste siglo lo orientaban sus hijos Samuel e Iván, quienes unos pocos años después terminaron en la cárcel.

Del PDI hizo parte en ese momento un joven dirigente político de la izquierda, Gustavo Petro, quien venía del M-19 y ya tenía una figuración con dirigente de la oposición desde su condición de representante a la Cámara, en donde denunció entre otros escándalos la bancarota del Banco del Pacífico y el Banco Andino.

Una tendencia más de la izquierda llegó, el Movimiento Obrero Independiente Revolucinario, Moir, dirigido por el docente caldense Jorge Enrique Robledo, quien igualmente llegaría al Congreso de la República.

Esos años del arranque del Polo Democrático Independiente, como el gran movimiento de izquierda permitieron ver a figuras como Ana Teresa Bernal, Carlos Vicente de Roux, Vera Grave, Paul Bromberg, Daniel García Peña y hasta el sacerdote Gustavo Suárez, como miembros de las directivas del partido.

Los réditos electorales no demoraron en tener frutos, Luis Eduardo Garzón como alcalde de Bogotá en 2004 y el exmagistrado Carlos Gaviria Díaz, quien en la elección presidencial de 2006 al perder frente a Álvaro Uribe, quien alcanzó la reelección, tuvo una votación histórica nunca antes vista por candidato alguno de la izquierda, 2.6 millones de votos.

Pero lo que parecía ser un fenómeno político del repunte de la izquierda, empezó a cambiar poco tiempo después, en virtud de los distanciamientos internos y de hechos de corrupción, como el de Samuel Moreno cuando cayó como alcalde de Bogotá, luego de estar comprometido en el cartel de la contratación.

La primer gran ruptura se dio para la elección presidencial de 2010, cuando dos candidatos de esta tendencia llegaron divididos, el profesor Antanas Mockus, quien representaba a Alianza Verde, que se creó con dirigentes que eran del PDI y Gustavo Petro, en su primera salida como candidato presidencial.

El caldeado ambiente político del país permitió al PDI en 2014 tener un repunte, en la elección presidencial la exalcaldesa de Bogotá Clara López sacó 2 millones de votos, lo que le permitió sellar su alianza para apoyar en la segunda vuelta a Juan Manuel Santos, quien logró recoger a la izquierda con la bandera de lograr la paz.

En 2018 la polarización del país permitió que la izquierda se fortaleciera con la candidatura de Gustavo Petro. Sin embargo, varios de los referentes de la izquierda y del centro-izquierda no quisieron ir con Petro, como por ejemplo el senador Jorge Robledo y el excandidato presidencial Sergio Fajardo. Aún así, Petro bajo el paraguas de la izquierda y una porción del centro, tuvo 8 millones de votos en la segunda vuelta presidencial que perdió con Iván Duque.

Lo sucedido en ese momento marcó otra vez que la izquierda colombiana estaba dividida, al punto de que hubiesen sectores irreconciliables como Jorge Robledo con Petro y Fajardo con una tendencia de izquierda de la Alianza Verde con Petro.

EL HOY

La consolidación de Petro como el principal referente de la izquierda colombiana, y el apoyo de ese sector en su nueva carrera presidencial, llevó a que hace un mes el Partido Comunista y la Unión Patriótica, le dieran el primer aval, ya como precandidato.

Una situación similar se dio al interior del Polo Democrático Alternativo. La mayoría de sus tendencias ven en Petro el mejor candidato para el partido en el 2022. Eso suscitó que el senador Jorge Robledo, quien al interior del PDI se identifica con el Moir, que tiene una de las tres cuartas partes de la dirigencia anunció que se quiere retirar y por eso pidió escindir el partido.

Para el analista Andrés Fandiño, “la decisión de Robledo de salirse del Polo es más una estrategia política. Pienso que Robledo está buscando una independencia de poder escoger en qué consulta se mide y cómo se mide con miras a las elecciones del 2022. Esto fraccionará a la izquierda, una izquierda que ya viene flaqueando y que de tiempo atrás no está generando unos consensos, así pasó cuando Petro se fue con Santos en el 2014”.

Estima el analista que el objetivo del senador del Moir es “buscar un centro, unos espacios que le sean más beneficios para la candidatura presidencial y no quererse enfrentar a Petro en una consulta. El Polo terminará con Petro y su gran mayoría no entendería por qué no terminarían allá”.

El también analista y columnista John Mario González considera que si bien la izquierda en Colombia está en el mejor momento quizás de su historia, es un desastre desde el punto de vista de los dirigentes que la pueden orientar. “A pesar de que con todas sus vertientes y falta de claridad programática han logrado sintonizarse con la opinión y electorado, no creo que, mientras Maduro esté en el poder y sea una amenaza para Colombia, el país se atreva a elegir a uno de sus miembros más radicales como presidente de Colombia”.

Para el analista, en el 2022 electoralmente la izquierda tienen mucho opciones legislativas más no en la presidencial, “tanto el Polo como el Moir, Colombia Humana-Unión Patriótica tienen importantes posibilidades en las legislativas de 2022. El Moir tendrá que ir en una coalición si no quiere ahogarse en su representación parlamentaria. Pero muy seguramente terminará el Moir haciendo coalición con fuerzas alternativas o la Alianza Verde”

En esa misma línea de pensamiento se ubica el analista Fandiño, quien considera que la izquierda no tendrá opción de ganar las presidenciales del 2022. “Creo que la izquierda no va a ganar en el 2022, como tampoco es probable que gane la derecha, estarán en un centro y todo el mundo va a tratar con miras al 2022 limpiarse la mayor parte que pueda de los partidos políticos, están agonizando los partidos”.

John Mario González sostiene también que Petro tiene otra vez “importantes posibilidades de convertirse en el candidato más votado de la izquierda, aunque, insisto, dudo de que pueda ser el próximo Presidente. Y en el caso de Robledo lo veo más como un interesante agitador, que será precandidato, pero que no tiene ni la visión ni el arraigo político para pasar de una precandidatura. Se convertirá seguramente en un acompañante importante de un candidato del Verde o de una coalición de fuerzas cercana a un candidato de centroizquierda”.

El mismo González, dice frente a las Farc: “las veo presas de sus propios fantasmas y pecados, sin liderazgos y sin programas. Les quedan 4 años más en el Congreso de 2022 a 2026 y podrá elegir a unos parlamentarios, pero ni siquiera los veo de buena comparsa para aspirantes de izquierda con reales posibilidades. Es que cargan un lastre reputacional. Pueden terminar animando una aspiración de Petro, pero llegarían por la puerta de atrás y de la mano de Iván Cepeda. Las Farc se puede terminar diluyendo apenas expiren los beneficios electorales del acuerdo de paz”.

La aspiración presidencial para el 2022 ya empezó a calentar el ambiente. En el caso de Jorge Robledo, quien espera consolidar su aspiración presidencial deberá esperar al menos un par de meses más mientras que las directivas del PDI dicen si aprueban la escisión, mientras que Gustavo Petro desde su orilla sigue fortaleciendo el discurso de la extrema izquierda que le gusta a la mayoría de la base del Polo.

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