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Por Ituango van: empresas con líos, sin experiencia y repitentes

Entre los interesados están desde firmas chinas hasta uno de los actuales contratistas. ¿Quiénes son?

Desoyendo los insistentes pedidos de la academia, organizaciones gremiales y hasta un dictamen de la firma Pöyry, EPM avanza en la licitación pública que podría cambiar a los constructores de Hidroituango. Para atender la magnitud de esta obra se necesita músculo financiero y conocer los hitos constructivos; por esto algunas de las diez firmas que separaron cupo en el proceso dejan dudas, o por lo menos preguntas.

Otra preocupación es que EPM tiene mucho afán para poner en operación las ocho unidades de generación del proyecto, y el cambio de empresa iría en contra de esa meta.

Dentro de ese grupo de interesados, que de querer meterse a la puja final deberán presentar su oferta antes del 23 de junio, hay compañías de todo tamaño, experiencia y reputación.

Por el lado de los contratistas actuales (Consorcio CCCI), la única empresa que compró los pliegos fue Coninsa. Tras esa decisión, los escenarios para esa corporación son dos: o presentar su oferta por cuenta propia a la licitación o hacerlo a través de un consorcio, al que podrían subirse Camargo Corrêa Infra y Conconcreto, los dos integrantes restantes de CCCI, y quienes conocen la obra como la palma de la mano.

Según pudo conocer EL COLOMBIANO, dentro de los análisis que hace Coninsa aparece la posibilidad misma de seguir en la obra, aunque también tienen en cuenta los riesgos financieros y técnicos que el proyecto mantiene, sobre todo en su zona sur. En este sector, los líos van desde qué hacer con los derrumbes ocurridos en la montaña en 2018, cómo reconstruir las conducciones y qué hacer con algunas oquedades, espacios vacíos que se abrieron por el paso de agua sin control por la caverna.

Además de Coninsa, también aparecen tres empresas que ya habían manifestado su interés en el proyecto desde el año pasado.

Tal como lo registró EL COLOMBIANO en septiembre de 2021, de un grupo de ocho empresas que en aquel entonces ya habían recorrido la obra por invitación de EPM, se animaron a comprar los pliegos Sinohydro (filial del grupo Powerchina International), Termotecnica Coindustrial S.A.S. y Mincivil S.A.

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El gigante chino

De este primer grupo, la de mayor tamaño es Sinohydro, un gigante Chino reconocido por participar en la construcción de la presa de las Tres Gargantas sobre el río Yangtsé, y en Latinoamérica en la construcción de dos termoeléctricas venezolanas, la hidroeléctrica El Tambolar, en Argentina, y la planta Coca Codo Sinclair, en Ecuador.

Aunque para quedarse con el contrato Sinohydro tendría a favor su envergadura y experiencia, la compañía también arrastra líos reputacionales, sobre todo por su papel en la construcción de Coca Codo Sinclair.

Con un costo de cerca de USD 2.245 millones y una capacidad de generación de 1.500 megavatios (casi una tercera parte del sistema eléctrico ecuatoriano), esa hidroeléctrica es señalada desde 2016 de tener fallas en sus distribuidores, por más de 7.000 fisuras que empezaron a parecer tras su inauguración en 2016.

Sobre esa situación, la Contraloría de Ecuador había emitido un informe en febrero de 2019 alertando del riesgo de un colapso en la casa de máquinas y calculando un perjuicio para el Estado por cerca de 10 millones de dólares.

Buscando un resarcimiento de esos daños, desde mayo del año pasado la Corporación Eléctrica de Ecuador (Celec EP) acudió incluso a un tribunal de arbitramento internacional para interponer una demanda contra el gigante chino.

Por demás está decir que Hidroituango no se puede dar el lujo de una construcción con fallas después de la contingencia de 2018. La aparición de fisuras no sería solo una preocupación económica en este caso.

Otros competidores

Junto a Sinohydro, otra empresa China que compró los derechos de participación fue Yellow River Co Ltd., que al interior del sector constructor regional es vista como poco conocida y carente de mayores referencias.

Dentro de las empresas que ya habían recorrido Hidroituango en 2021 también están Mincivil S.A. y Termotecnica Coindustrial S.A.S.

Por el lado de Mincivil, sobresale que ya se había presentado a la licitación abierta por EPM en 2012, como miembro del Consorcio OMS Ituango, compuesto también por las empresas Norberto Odebrecht S.A. y la constructora Solarte Solarte.

Aunque como miembro de ese consorcio la empresa no logró quedarse con las obras principales, posteriormente se presentó con otro consorcio (MISPE Ituango) al contrato para construir la vía más importante de la hidroeléctrica, con una extensión de 37 kilómetros, 9 túneles y 65 puentes, entre los municipios de Ituango y Briceño. Este último contrato tuvo un valor de $401.684 millones.

Por el lado de Termotecnica Coindustrial también registra experiencia en el sector hidroeléctrico, sobre todo por su papel en la ejecución del Plan de Expansión del Oriente Antioqueño, bajo el que se construyeron las hidroeléctricas de San Carlos, Calderas, Playas y Jaguas. Según reseña esa empresa en su web, también tiene experiencia en la construcción de vías y en concesiones viales y aeroportuarias.

En el caso de las empresas restantes, Schrader Camargo, Ingema y Civilec registran experiencia constructiva en el sector energético; Serviminas, experiencia constructiva en el sector minero; y 4 Towers, en ingeniería civil en general.

Preguntas pendientes

Aunque el plazo para presentar las ofertas definitivas será hasta junio, desde ya varias voces han cuestionado las condiciones que EPM plasmó en los pliegos.

José Fernando Villegas, director en Antioquia de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI), insistió que por más experiencia técnica que demuestren las empresas participantes, ya se ha documentado de forma exhaustiva que la mayor garantía para que la obra corra el menor riesgo posible es que se mantengan los constructores que ya están empapados de los problemas que surgieron desde el colapso de la Galería Auxiliar de Desviación, en abril de 2018.

Frente a los pliegos de condiciones, Villegas planteó que en la CCI tienen dudas sobre un método de evaluación de EPM donde se califica el desempeño de las empresas con las que ya ha contratado en el pasado y con base en los resultados podría efectuar descuentos en el puntaje final, lo que afectaría al consorcio CCCI.

A su juicio, este mecanismo podría poner en desigualdad de condiciones a unas empresas con otras.

Otras fuentes señalaron que a nivel financiero otro tema que preocupa es la ausencia de una póliza todo riesgo para las obras que faltan, cuya contratación quedaría en manos del constructor escogido por EPM, toda una rareza en este tipo de contrataciones. Hay que recordar que EPM autoaseguró Hidroituango, una figura que deja bastantes dudas hasta el momento.

De cara al inicio y el avance del proceso de licitación por Hidroituango, le explicamos algunas de las preguntas principales.

¿Cuáles son los riesgos con un nuevo contratista?

Dar pie a que aterrice un nuevo constructor va en contravía de todas las recomendaciones técnicas, incluida la que hizo en febrero pasado la consultora chilena Pöyry. Esta, en su informe sobre la estabilidad de las obras principales de la central, afirmó que EPM debía evitar la modificación de los actores principales del proyecto porque esto significaría nuevos retrasos y reduciría la trazabilidad en la recuperación de la obra. El gerente de EPM, Jorge Carrillo Cardoso, justificó en su momento que se necesitaba un nuevo proceso de contratación para la terminación del proyecto. “Creemos que podemos obtener mejores rendimientos y condiciones económicas”, dijo. Pöyry tuvo otro concepto en su informe técnico, en el cual dice que la gestión eficaz por parte de EPM de los contratos correspondientes constituye un requisito para evitar una inoportuna prolongación de la contingencia. “Según nuestra experiencia, las nuevas empresas necesitarán varios meses para comprender y verificar todos los retos y desafíos del proyecto, y al final pueden pedir una compensación encima de las expectativas de EPM o inclusive declinar su participación”, afirmó. El Centro de Pensamiento de la Universidad EIA conceptuó sobre la misma línea. El mes pasado dijo que el cambio de contratista era “temerario”, porque aumentaba el riesgo para la estabilidad del proyecto, con posibles consecuencias catastróficas por las situaciones de vulnerabilidad que afectan estructuras claves del proyecto por una prolongada operación no prevista del vertedero, la presa, el cuenco amortiguador, entre otras. La apertura de la licitación dio hasta para una réplica del presidente Iván Duque, quien dijo hace dos semanas en la asamblea de Proantioquia que ojalá la posibilidad de traer nuevos contratistas “no sea para justificar pleitos, peleas y discrepancias”. El primer mandatario afirmó que debe seguir primando la sensatez para que encender las seis unidades restantes “no se vaya a convertir en una ilusión”.

¿Cuándo y en qué forma aterrizaría un nuevo constructor?

Desde diciembre pasado, EPM y el consorcio CCCI (Camargo Correa, Coninsa Ramón H y Conconcreto) acordaron una nueva prórroga del contrato de construcción de Hidroituango por 11 meses, con los tres últimos para adelantar un empalme con un eventual nuevo constructor. Aunque no se puede determinar una cifra exacta del valor de esta prórroga, porque dependerá de los frentes de obra que se alcancen a ejecutar hasta el 30 de noviembre próximo, EPM tiene disponibles $600.000 millones para sufragar los costos de la ejecución de CCCI. Hay que apuntar algo: las últimas dos prórrogas en el proyecto fueron suscritas de forma conjunta entre EPM y los tres consorcios principales: el constructor (CCCI), la interventoría (Consorcio Ingetec-Sedic) y el asesor diseñador (Consorcio Generación Ituango). Sin embargo, en el proceso actual no se publicaron términos para que lleguen nuevos contratistas que asuman la interventoría o el diseño, por lo que solo está en juego la continuidad de uno de los tres consorcios que tienen a cargo la central: el constructor, contra quien el alcalde Daniel Quintero ha cargado de forma reiterada desde que asumió el gobierno. El eventual nuevo constructor tendrá tres meses de empalme, desde el 1 de septiembre, pero afrontará toda una contrarreloj para poder cumplir los compromisos. Tendrá que poner a funcionar seis de las ocho unidades restantes (las dos primeras se deben encender antes del 30 de noviembre): dos en 2023, tres en 2024 y una en 2025. La premura mayor radicará en las dos turbinas del próximo año porque el megaproyecto solo honrará su compromiso de energía en firme con cuatro turbinas operando antes de noviembre de 2023. Hasta que no estén las cuatro unidades no cumplirá en pleno con el cargo por confiabilidad.

¿Qué obras contempla la licitación que se abrió?

Según las especificaciones técnicas de construcción, anexadas en los apéndices de la oferta pública, son varios los alcances de la contratación. El primer aparte son las obras exteriores, relacionadas con excavaciones, tratamientos y obras de protección en taludes; adecuación de las obras de drenajes; mantenimiento y limpieza de las bermas y taludes como el vertedero, el espaldón de la presa y la parte alta del portal de desviaciones; obras de protección en la parte alta de la plazoleta de compuertas; la continuidad en los tratamientos de estabilización en la vía sustitutiva de la presa; y mantenimiento rutinario de las vías industriales del proyecto. Otro capítulo son las obras subterráneas, en las que hay varias posibilidades contempladas. Una de ellas es la alternativa de conectar los codos superiores de los pozos de presión de las conducciones 3 y 4 con el túnel de la descarga intermedia, mediante la construcción de una galería en la parte superior y de un pozo vertical con una altura aproximada de 60 metros y un diámetro de excavación de 6,5 metros. Es posible que dentro del alcance de los trabajos, el contratista deba realizar intervenciones en las galerías de la megacentral. También deberá ejecutar las obras requeridas para la recuperación de las obras subterráneas, tales como instalación de concretos, montaje de las unidades generadoras, construcción del edificio de servicios, la sala de control, acabados arquitectónicos, estabilización y recuperación de galerías de construcción y acceso. Adicionalmente deberá contemplar los trabajos en conjunto con los demás contratistas de montajes, redes, sistemas auxiliares y demás obras que se consideren requeridas en el complejo de cavernas. En el sitio de obras laboran más de 8.000 trabajadores en los frentes, mientras que la ejecución física supera el 87%.

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