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La mujer transgénero que es ejemplo de resocialización en un cárcel

Karrel Zafiro Bustos Castro, de 30 años, cumple su condena de 12 años y 2 meses por el delito de hurto agravado calificado.

Zafiro en la cárcel de mujeres El Buen Pastor de Bogotá es sinónimo de compromiso y responsabilidad. Es la primer mujer transgénero recluida en una cárcel para mujeres y hoy es conocida por sus compañeras como una mujer empoderada y un caso exitoso de resocialización en el centro penitenciario.

Karrel Zafiro Bustos Castro, de 30 años, cumple su condena de 12 años y 2 meses por el delito de hurto agravado calificado. Tras cuatro años y 9 meses de estar en el penal ha marcado la diferencia y hoy es reconocida por ser la monitora de deportes. Es la encargada de organizar partidos de fútbol, baloncesto y voleibol.

Aparte de ello, se convirtió en una mujer que defiende los derechos de la comunidad LGTBI en las cárceles, porque según ella, es una población doblemente vulnerada por tener una orientación sexual diferente.

Cuenta que cuando era un niño de siete años, llamado Andrés, por primera vez se dio cuenta que le había gustado un niño, pero no se lo dijo a nadie. Tras pasar los años y al llegar a su adolescencia pensó que era bisexual pero no fue así. “Con el tiempo me fui descubriendo y dije: lo que a mí me gustan son los hombres. A mi familia no les decía nada. Comencé a conocer la rumba gay y reafirmé que me gustaban los hombres”, dijo Zafiro quien después descubrió que era transgénero.

Decidió operarse, haciéndose aumento de mamas, aumento de glúteos y comenzó a consumir hormonas. Luego de ello, decidió realizar todos los trámites legales para cambiar su nombre y sexo en su documento de identidad y lo logró, amparada en el Decreto 1227 de 2015, que permite corregir el componente sexo en el Registro del Estado Civil. “Un gran triunfo para las organizaciones LGBTI”, afirma Zafiro.

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Llegar a la cárcel de mujeres no fue fácil para ella, pues era la primera vez que un juez enviaba a una mujer transgénero a El Buen Pastor donde la comenzaron a mirar como ‘bicho raro’. Tuvo que firmar un acta que dice que Zafiro es una mujer transgénero y que está en un proceso de hormonización.

Hoy, se encuentra en el patio cuatro de este centro de reclusión, y estando privada de la libertad se ha capacitado en derechos humanos, ha realizado estudios con el SENA, ha pasado por el grupo de talleres y hace parte del Comité de Deportes. Aunque no tiene pareja, se siente realizada como mujer.

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