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Juan Daniel Oviedo, director del Dane, se destapa: sexualidad, trabajo y bullying

En entrevista con El Tiempo, el saliente director del Dane cuenta detalles de su vida y la pasión por su trabajo.

Nunca le sentí cariño a mi padre. Algo que me daba mucha rabia de él es que le sacaba en cara las cosas a mi mamá”, contó el saliente director del Dane, Juan Daniel Oviedo, en una entrevista sobre su vida y su futuro con la revista Bocas de El Tiempo.

Oviedo es un bogotano de 45 años, economista de la Universidad del Rosario con maestrías en Economía Matemática y Econometría; estudios cuantitativos y un doctorado en economía de la Universidad de Toulouse en Francia.

El economista confirmó que alcanzó a considerar la propuesta de quedarse en el cargo en el gobierno de Petro, pero al final decidió dar un paso al costado. Reveló que sueña con probarse en otro cargo público y le suena la Alcaldía de Bogotá. Lea: Juan Daniel Oviedo no seguirá en el Dane en gobierno de Petro

Oviedo reveló que toda la vida le ha dolido el bullying pese a que hoy la gente lo admira y respeta. “Eso me tiene asombrado. Porque toda mi vida me ha dolido mucho el bullying. En el colegio lo enfrenté encerrándome en el estudio. Dije: bueno, si no tengo la oportunidad de ser sociable, voy a estudiar y a prepararme para salir adelante. En el trabajo, pues ha sido trabajando. ¿Qué más podía hacer? Yo no iba a salir a decir: como no les gusta la forma en que hablo, busquen otro director del Dane. La única opción era trabajar. Y al final la gente empezó a decir: el man está haciendo la tarea”, dijo.

Creo que mi mamá no me perdona eso. Que yo sea gay. Es una de sus frustraciones”.

Juan Daniel Oviedo.

El director del Dane también se refirió a su orientación sexual. “(...) Yo me le destapé a mi mamá cuando estaba en un buen momento de mi relación con Benoit. Ella había ido a visitarme en Navidad. Primero le dije que era un buen amigo, pero después le expliqué: esto es así y así. Fue trágico. Se quería devolver. Creo que mi mamá no me perdona eso. Que yo sea gay. Es una de sus frustraciones. Porque ningún novio le ha parecido bueno. Tal vez ella siempre ha soñado con tener un nieto o una nieta mía. También puede ser que, si quiso tanto a mi papá –y uno no puede juzgarla por eso– quiera una descendencia de ese amor”.

Y sobre sus planes a futuro expresó “No puedo irme de una para allá (Florencia, Italia). Necesito una descompresión primero, y voy a hacerla en Mompox. Yo sabía que esto acá iba a cambiar. Por eso cuando llegué de Ginebra, en junio, cogí la camioneta y me fui a Mompox a buscar casa. Ya tengo todo preparado. También he venido ahorrando de mi sueldo para irme a Florencia. A vivir raspando, pero estoy listo. O si se presenta la oportunidad de pensar en otras formas de aportar al servicio público del país”.

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