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Ingrid fue asesinada por su hijo, piden ayuda para llevar su cuerpo a Venezuela

El joven se entregó en la Fiscalía. Asegura que todo habría sido bajo efectos de las drogas y que no recuerda lo ocurrido.

Conmovedor y trágico, así se puede describir la calamidad de una familia venezolana en la ciudad de Cali. Los habitantes de un sector imploran ayuda para el traslado del féretro de una mujer oriunda de Venezuela, que habría sido asesinada por su propio hijo.

La mujer había llegado desde Venezuela a Cali solo por 15 días para acomodar a unos parientes, pero pospuso tanto su ida, que duró tres años. Con el tiempo, Íngrid Coromoto Gómez Ezquiel y tres hijos decidieron que podían vivir de producir y vender empanadas, un negocio que les era rentable en su país.

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“Nos iba bien porque mucha gente nos ha querido”, dice Luis Palma, el viudo de la mujer. Asegura que un año atrás, uno de sus hijos, de 31 años, decidió aventurar a Perú, donde perdió la vida en la pandemia de la covid-19 y no pudieron repatriar el cadáver. Ahora teme que ocurra lo mismo con Íngrid.

Hace menos de un año, en dos meses, Íngrid Coromoto, de 49 años, perdió a sus padres por enfermedades.

La pareja trabajaba por conseguir el sustento en Cali, les quedaban dos hijos y una nieta. Manuel era uno de esos dos hijos, Luis lo describe como un muchacho cariñoso, inteligente y con conocimientos de inglés. Sin embargo, últimamente había caído en las drogas.

Ingrid fue asesinada por su hijo, piden ayuda para llevar su cuerpo a Venezuela

Luis Palma, esposo de Íngrid.

“Él estaba internado y nos llamó para decirnos que tenía un cólico. Mi esposa lo fue a buscar porque ella era todo con sus muchachos y más cuando al hijo en Perú lo mató la covid”, contó Luis.

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En la mañana del jueves, el joven, de 26 años, le dijo a Íngrid que iba a buscar un medicamento, y aunque Luis quiso prevenir que el muchacho saliera, no pudo hacer nada. La mamá le dio el permiso, con el compromiso de regresar pronto.

Como el joven no regresó, tanto Luis como Íngrid salieron a las 11:40 de la noche a buscarlo y como era de esperarse, lo encontraron bajo efectos, al parecer, con una dosis de cocaína.

Se lo trajeron hasta la casa en un taxi. Al regresar, Manuel tomó agua y aparentemente estaba tranquilo cuando se fue a dormir. Luis cuenta que aprovechó que su esposa y su hijo estaban dormidos para ir a comprar los ingredientes de las empanadas. Y justo cuando venía de regreso lo llamaron para decirle que se apurara porque algo grave estaba pasando en su casa.

La mujer sufrió una herida de arma cortante que le quitó la vida en su propia casa. Horas después, el hijo se presentó en la Fiscalía en el centro de Cali, aseguró que no sabía porqué su mamá estaba muerta.

Precisamente esa misma noche le dijo a su papá luego del crimen: “’Apá, qué hago yo aquí’, me decía. ‘Tengo hambre y frío. Dile a mi mamá que venga’”, contó Luis a los medios.

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Luis dice que no se puede ir de Cali sin saber qué pasará con su hijo que ahora está preso. “Mi muchacho no es malo, pero lo atacó ese demonio de la droga. Yo no lo voy a dejar solo”.

El padre de familia ahora busca los recursos para trasladar el féretro de su esposa Íngrid a Venezuela. Le ponen más de una condición porque ella mide más de 1,92 metros. Debe conseguir unos seis millones de pesos para el viaje. Para eso espera llamadas en el celular 321 8087097.

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