Desde este sábado, cerca de 1.900 miembros de comunidades indígenas iniciaron su salida de manera progresiva del Parque Nacional en Bogotá, tras un acuerdo al que llegaron con el Gobierno Nacional y el Distrito.
Los traslados a un refugio temporal ofrecido por el Distrito empezaron a primera hora del sábado pero estuvieron interrumpidos por las fuertes lluvias durante el día. Sobre las 7 de la noche cerca de 400 personas, con la asistencia de las autoridades gubernamentales e indígenas, retornaron la salida del parque.
Los miembros de las 15 comunidades y sus pertenencias fueron trasladados por buses, camiones y volquetas con destino principal a UPI La Florida, en el noroccidente de la ciudad.
Según afirmaron los líderes indígenas, las demás personas esperan abandonar el Parque Nacional de manera escalonada en la medida que el Distrito cumpla con las garantías de alimentación y servicios de salud, educación y atención a la primera infancia. Pues casi la mitad de la población (900) son menores de edad, según la Personería de Bogotá.
Ocho meses después del asentamiento, la situación fue resuelta gracias a un acuerdo con el que el Gobierno espera garantizar de manera segura y digna el retorno de las comunidades a sus territorios de origen especialmente en Risaralda, Chocó y Cauca.
Reciba noticias de El Universal desde Google News El regreso voluntario a los territorios estará garantizado con apoyo económico para financiar proyectos productivos y alternativas de vivienda para las comunidades.
También se acordó que las familias que decidan quedarse en Bogotá tendrán apoyo para su reorganización y acompañamiento psicosocial, con el fin de restablecer sus condiciones sociales y económicas.
