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Marte: ¿Plata y tiempo perdidos? Científicos recomiendan ir primero a Venus

Metales se derretirían en su superficie al ser el planeta más caliente del sistema solar; sin embargo, muchos investigadores señalan que es un destino más viable.

Para homenajear al amor, la belleza y la fertilidad, los antiguos romanos nombraron como Venus a la diosa griega Afrodita. Así mismo fue llamado el segundo planeta del sistema solar en orden de cercanía con el Sol y el más caliente de todos, aunque Mercurio esté más próximo al astro rey. (Lea: ¿Los cráteres en la Luna los provocó el asteroide que mató a los dinosaurios?)

¿A qué se debe? Al igual que Mercurio carece de satélites naturales; sin embargo, su atmósfera está principalmente compuesta por gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el nitrógeno, atrapando mucho más calor solar. Desde la Tierra es el punto más brillante después de la Luna en el cielo nocturno, pues puede ser visto en noches con nubes despejadas.

El planeta rocoso es conocido como el “gemelo malvado” de la Tierra por sus semejanzas en tamaño, masa y composición, aunque completamente diferentes en temperatura y atmósfera. En promedio, en Venus hay 463 °C que podrían derretir el plomo; además, carece de agua líquida, por lo que es impensable vivir en él. Entonces, ¿por qué científicos abogan por mandar una misión hacia este planeta antes que a Marte?

Venus antes que Marte

Hallazgos científicos comprobaron que en la superficie de Venus hay gas fosfano que en nuestro planeta es producido por microbios. En la misma línea de positivismo, la NASA estableció hace unos años que ese mundo pudo tener océanos y reunir las condiciones mínimas de habitabilidad

Pese a las ya mencionadas condiciones desfavorables de Venus, científicos recomiendan reinventar el enfoque de la exploración espacial ultra concentrada en Marte, como lo proyectan las misiones de la NASA, SpaceX de Elon Musk y otras agencias, y entender que el primero es un destino más propicio que el planeta marciano.

Eso señaló el Congreso Astronáutico Internacional (IAC), recientemente celebrado en París, donde hubo consenso en que visitar Venus es un peldaño inicial para llegar bien preparados al planeta Rojo, como es denominado Marte.

Los expertos dieron una serie de ventajas de Venus sobre Marte, planeta que, al igual que a la Luna, se espera llegar en los próximos diez años.

La primera es que Venus está más cerca de la Tierra, por lo que una misión a este planeta permitiría regresar en un año, mientras que un viaje a Marte de ida y vuelta se tardaría tres años.

“Es un ‘trampolín’ hacia Marte: Si bien Venus se encuentra en una dirección diferente, realizar una honda alrededor de este planeta reduciría el tiempo de viaje y el combustible necesario para llegar al planeta rojo. A ese método se lo conoce como ‘asistencia por gravedad’”, precisó Noam Izenberg, profesor de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos.

Los miembros del team Venus sugieren que las misiones podrían desplegar exploradores todoterreno, globos teleoperados y drones para observar los volcanes de Venus que están en modo activo, y así analizar el vestigio del agua y las formas de vida antigua en ese agreste entorno. Eso sí, las tripulaciones deberían quedarse en las naves espaciales pues sería un suicidio bajar al planeta.

“Estaríamos aprendiendo cómo trabaja la gente en el espacio profundo, sin comprometerte con una misión completa a Marte. No se trata solamente de salir al medio de la nada, sino que estarías visitando otro planeta por primera vez. Necesitamos entender cómo podemos salir de la cuna y entrar en el Universo”, expuso Izenberg.

Una de las preguntas cruciales para la comunidad científica es la de entender cómo y por qué un planeta tan similar a la Tierra en tamaño, masa y distancia del Sol, terminó con condiciones de superficie infernales, como indicó el medio TN.

Sin embargo, la recomendación ya ficha detractores como Andrew Coates, investigador del Laboratorio de Ciencias Espaciales UCL Mullard, quien cree que los riesgos de semejante periplo son excesivos. “No es un lugar especialmente bonito al que ir. Su ambiente es infernal y los retos térmicos para una misión tripulada son importantes. Eso por no mencionar los problemas derivados de la radiación solar a esa distancia de nuestra estrella del día”, aseveró.

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