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Análisis: ¿Se avecina una guerra por el agua en la Luna?

Con el futuro sombrío y conflictivo del agua en la Tierra, y tras el hallazgo del líquido en el Polo Sur de la Luna, las potencias mundiales se frotan las manos.

En la historia de la humanidad, muchas veces los frutos de la naturaleza o sus transformaciones químicas han sido los detonantes de un conflicto. El hombre ha matado por la sal, por la pimienta, por el whisky, por la amapola y por el petróleo. Con la evolución y la vanguardia de la modernidad, estos instintos caninos, en un sentido hobbesiano, no han dejado de existir. (Lea: Histórico: la NASA utilizaría Inteligencia Artificial para cazar ovnis)

No solo los creyentes en las teorías de conspiración, sino también estudiosos de la sociedad y de su futuro, vaticinan que las grandes guerras del futuro serán por el agua. El preciado líquido, clave para la vida tal como la conocemos, escasea en importantes regiones de la Tierra, por lo que, según la Unesco, es el desafío más urgente para los gobiernos en cuanto a desarrollo socioeconómico y humano en general. Una gasolina prémium para conflictos geopolíticos.

Para 2015, cerca de una quinta parte (1,200 millones) de la población mundial de 6 mil millones de personas, hoy son casi 8 mil, habitaba en áreas que enfrentan escasez de agua, y otro cuarto de la población mundial (1,600 millones) enfrenta recortes en el suministro de agua debido a que carecen de la infraestructura necesaria para tomar agua de los ríos y otros cuerpos.

La escasez de agua es un fenómeno natural, pero también un problema impulsado desde la revolución industrial que hoy tiene al planeta afrontando un calentamiento global.

Por consiguiente, fue catalogado como histórica la confirmación de que sí hay agua en la Luna, tras el choque de trozos de rocas espaciales con el satélite, que podrían llegar a las 300 mil millones de toneladas cúbicas, por parte de la misión Chang’e-5 de la Agencia Espacial China.

“Tal hallazgo no solo podría ser utilizado como fuente de energía sino también para abastecer de agua a futuras bases lunares sin necesidad de cargarla desde la Tierra en costosas misiones de abastecimiento”, expone Jo Adetunji, editora de The Conversation.

Y añade: “Conociendo lo agreste que es la superficie de los cuerpos planetarios que no poseen atmósfera, como Mercurio, la Luna o el asteroide Vesta, sería lógico que carezcan de agua; sin embargo, este hallazgo chino de agua lunar en esférulas de vidrio tras el impacto con meteoritos, luego de analizar muestras de regolito retornadas por la misión china Chang’e-5, es un hito científico”.

Quien se va para Barranquilla...

Bien dice el refrán que “quien se va para Barranquilla, pierde su silla”. La misma lógica le puede pasar a China, debido a que no siempre el que golpea primero, pega dos veces. Si bien es cierto que fueron los descubridores del agua lunar, países igual de potentes preparan la colonización de la Luna y de sus recursos.

Desde 2009, Rusia y Estados Unidos, que en el espacio sí son aliados, utilizan el instrumento ruso Lunar Exploration Neutron Detector (LEND) que fue diseñado para la misión interplanetaria Lunar Reconnaissance Orbiter 2009 (LRO) con la que la NASA exploró en detalle las futuras zonas de alunizaje en el Polo Sur lunar. Los datos recabados han sido un gran insumo para su programa Artemis.

“Los resultados obtenidos por las sondas empleadas hasta la fecha apuntan a la existencia de depósitos de agua helada en aquellos cráteres y regiones permanentemente apantalladas de la luz solar”, revela Adetunji.

Por lo que, según expertos, se viene una competencia internacional y extraorbital por controlar el agua en la Luna, pese a que hasta la fecha no hay la tecnología para su extracción, potabilización y utilización. Europa se prepara para enviar una misión robótica a la Luna llamada Prospect, en el 2026, para realizar una investigación al respecto.

“China no puede apropiarse del agua”

La pirotecnia de una eventual guerra por el agua aún no estalla; sin embargo, ya comienza a llegar la pólvora para su uso. Bill Nelson, administrador de la NASA, afirmó en una entrevista reciente que es necesario neutralizar los planes de China para apoderarse del agua lunar, pues esto pondría en una situación de riesgo a la carrera espacial de Estados Unidos y sus aliados.

“Quieren ser la principal potencia mundial para 2045 y tienen un patrón de reclamaciones territoriales, como lo hicieron con las Islas Spratly, en el mar de China Meridional. Por lo que es necesario preservar las reservar hídricas lunares, pues son un recurso invaluable al proporcionar oxígeno para respirar e hidrógeno para el combustible de cohetes”, expuso.

Análisis: ¿Se avecina una guerra por el agua en la Luna?

Bill Nelson.

“En cuanto a la propia carrera espacial, Nelson es optimista sobre la posición de Estados Unidos. Aunque China ha anunciado planes para enviar astronautas a la Luna en 2030, Nelson considera que Estados Unidos llegará primero con su programa Artemis, planeando aterrizar en el Polo Sur lunar, donde se piensa que se encuentran las reservas de agua”, sostiene Raúl Barrón, periodista científico de Computer Hoy.

Además, informa Barrón, Nelson resaltó la importancia de los acuerdos internacionales, como los acuerdos Artemis, de los que ya forma parte España, para evitar conflictos y reclamaciones territoriales en la Luna. Estos acuerdos buscan garantizar que los recursos lunares sean preservados para el beneficio de la comunidad internacional, en lugar de ser reclamados por una sola nación o entidad privada. Ojo con Elon Musk.

El origen del agua lunar

El agua en la Luna, a través de los años, rayaba en la teoría, tras acercamientos científicos de Estados Unidos y Rusia. Según el reciente hallazgo chino, el origen de esta agua se remontaría a la formación de la Luna, hace 4 mil millones de años, cuando fue separada de la Tierra por el impacto con otro planeta, que nunca se evaporó por los embates del Sol.

La sonda Chang’e 5 aterrizó cerca del monte Rümker de la Luna y trajo muestras de su superficie que contenían vidrios de impacto, pequeños granos de diferentes colores que probablemente se formaron a altas temperaturas tras el choque de meteoritos y que luego se enfriaron en las microscópicos cristales.

Estos vidrios contienen pequeñas porciones de agua. Cada cristal tendría unas 2.000 partes por millón, o de unos 2.000 gramos por cada tonelada de suelo. Esto sumado llegaría a las 300 mil millones de toneladas del líquido en la Luna.

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