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Una familia de El Pozón en Cartagena vive con 2 mil pesos al día

Reciente encuesta del Dane revela que el 72,2% de los cartageneros comen una o dos veces al día, como consecuencia de la pandemia. El Universal encontró un hogar de seis personas que se provee con escasos recursos.

Comerse un pedazo de salchichón o comprar un huevo es un verdadero lujo para la familia de Maribel Pájaro. Si tienen para el aceite y el arroz quizá no les alcance para los huevos, si tienen para el café y el azúcar no pueden completar lo del arroz.

En la casa donde viven en el sector Nuevo Horizonte de El Pozón, en compañía de cinco personas más, solo dos personas aportan para subsistir tras el paso de la pandemia: un hermano y su esposo. Entre ambos, el día que más obtienen recursos completan $7.000 y ella es la que se encarga de distribuirlos para las mayores necesidades.

Ayer al mediodía aún no sabían qué comer y de su venta de paletas aún no vendían alguna.

“La verdad es que se hace la voluntad de Dios, con $2 mil o $3 mil al día. Un kilo de arroz cuesta $2.700, compramos 500 pesos de aceite y no tiene ni 2 cc de espesor de lo que se despacha, entre $200 de tomate y $200 de cebollita se llevan más de tres mil pesos. Ya uno no puede comer huevo porque aquí lo venden a $500, el que más barato lo vende es a $400 y esta es la liga que más se acomoda para las personas”, relató Pájaro.

Ellos reflejan una de las realidades de las más de mil familias de Cartagena que vive en extrema pobreza y que solo tienen para comer una o dos veces al día. Estos últimos datos aumentaron en el último trimestre (abril-junio) según la Encuesta Pulso Social del Dane. Solo el 27,8% de los hogares aseguró haber ingerido tres comidas al día en los últimos siete días, mientras que antes de la pandemia y el confinamiento el porcentaje era del 67,5%. Es decir, la pandemia llevó a que casi un 40% de los hogares redujera a dos las comidas diarias.

“Aquí al lado hay una muchacha que es madre soltera y tiene tres niños, uno se lo llevó el padrino por necesidad, a veces tenía $500 o $1.000 y compraba un plátano. Si ella le sale barrer, ganarse algo, ella lo hace, y así consigue el sustento”, continuó Maribel.

“Rendir” el dinero

Si para una familia clase media la decisión del mercado quincenal o mensual está en las preferencias de vegetales o proteínas, en estas familias el día a día es una constante angustia.

“Si consigues para comprarte un pan, no consigues para el café, si consigues el café y el pan no tienes azúcar, y así hay que ir dándose cuenta. Por ejemplo, si compro azúcar, tengo que dejar para mañana y tratar de exprimir eso para que me dure e ir resolviendo, y diario ir comprando de cada cosa para que me quede para el día siguiente medio ayudarme a solventar”, indicó.

Piden sisbenizarlos

Esta no es solo la realidad de Maribel y su familia, sino la de cerca de 24 familias que viven en el sector Nuevo Horizonte. Para ella, la situación es más sencilla de sobrellevar porque son adultos, pero para los niños no.

“El gobierno no nos colabora con nada, a finales de junio pasó un torbellino y hubo varias casas afectadas que se les cayeron las tejas pero de eso tampoco hemos recibido respuesta. No nos han sisbenizado, yo aparezco con puntaje alto y no sé por qué. Por mi edad ya no me reciben casi para trabajar y además tengo la enfermedad de polio diagnosticada por la EPS”, detalló Maribel.

El hermano de la mujer vende chances, su esposo hace oficios varios y es músico; su otro hermano tiene un accidente cerebrovascular y está en terapias; y la otra joven que acogió en su hogar, se quedó sin empleo hace varios meses y tiene una hija.

“Antes de la pandemia yo salía, me ganaba un día de aseo, me ganaba un día en la playa a hacer trencitas, pero ahora ya no puedes llegar allá porque no te dejan entrar, si les tocas el cabello no quiere porque se enfermarán y ya me cansé de hacerme pruebas COVID-19 nada más para ganarme 10 mil pesos haciendo unas trenzas, gastando más en los pasajes y expuesta a una enfermedad”, puntualizó.

Hablan de pobreza

Precisamente este fin de semana hubo un conversatorio en la ciudad para discutir el impacto de la Ley 2038 de 2020, por la cual se crea un fondo para superar la pobreza extrema en Cartagena en el 2033.

Ese día el senador Fernando Nicolás Araújo destacó cifras relevantes para la ciudad, por ejemplo, que hoy Cartagena, producto de la pandemia, la informalidad y otros aspectos, pasó de 35 mil personas viviendo en pobreza extrema a 99 mil personas viviendo en esta condición.

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