Con cadenas amarradas a su cuerpo aseguradas con candados, dos trabajadores de planta de Corvivienda se instalaron en las afueras de la entidad para protestar porque en este 2020 no les han otorgado los beneficios económicos que habían gozado en años anteriores, logrados desde el 2015 tras acuerdos sindicales.
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Los dos empleados, con 15 y 20 años laborando en el ente distrital, aseguraron que llegaron a ese extremo porque necesitan esos auxilios para seguir amparando a sus familias, principalmente a sus hijos en materia de educación.
Agregaron que de los aproximadamente 25 compañeros de trabajo, 10 de planta están en la misma situación pero solo ellos dos se atrevieron a manifestarse.
José Pimentel y Nelcy Pérez fueron las dos personas que se tomaron la vocería del grupo para dar a conocer a la opinión pública y a las autoridades sus inconformidades.
“Estamos protestando por nuestros derechos de bienestar. Son beneficios adquiridos sindicalmente que nos han servido de mucho, especialmente para las matrículas universitarias de nuestros hijos”, señaló Pimentel, agregando que otros beneficios dejados de recibir son montura de gafas o el auxilio mortuorio.
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“En febrero hicimos la solicitud como de costumbre, anexamos los requisitos, las notas de nuestros hijos, la copia del volante de cobro, pero nunca nos dieron respuestas. Parece que no tienen voluntad de pagarnos esos compromisos adquiridos”, añadió el protestante.
Tras la manifestación y entablar una mesa de diálogo entre las partes, al parecer se definió que antes de finalizar esta semana se le daría solución a la querella. El Universal intentó comunicarse con el director de Corvivienda, pero no fue posible el diálogo para conocer su posición ante los hechos.