Viviendo en carne propia la escasez de alimentos en su comunidad, el líder indígena del Cabildo Zenú de Membrillal, Leovigildo Castillo Suárez, junto con otros siete jóvenes fundaron la panadería social Sumaj Yuyai. (Lea: Conozca la historia de Hernando, el hombre que busca a su familia)
En 2018 empezó a funcionar esta fundación como una panadería, con el fin de brindarles alimentos a los niños y personas de su comunidad y a familias necesitadas en la ciudad. En sus inicios, estos jóvenes veían el proyecto como un sueño, pero se volvió realidad gracias a la ayuda y al esfuerzo de cada uno de ellos, que con los trabajos que hacían habitualmente, reunieron y compraron insumos y las máquinas que necesitaban para hacer pan. Ese no fue un trabajo de un día, sino de muchos meses ahorrando lo poco que ganaban con tal de cumplir este sueño y ayudar. (También le puede interesar: “Taui”, la fundación que brinda ayuda a los niños más vulnerables)
Castillo Suárez, además de ser líder de esta comunidad, también es médico ancestral y con el dinero de las consultas que hacía diariamente, ahorraba con el fin de sacar este proyecto adelante. Los demás jóvenes que hacen parte de esta iniciativa también aportaban con donaciones, al igual que personas allegadas a ellos que ayudan en esta labor.
La panadería Sumaj Yuyai cuenta con un espacio amplio dentro de la finca San Isidro de Membrillal, con maquinaria para hacer productos como panes, galletas, entre otros, siempre y cuando se tengan los ingredientes para su elaboración.
Ahora son más las personas que se han unido a esta iniciativa, que ya cuenta con unas 20 personas que ayudan en las labores de aseo, panadería, ventas, empaques, entre otras.
Este proyecto fue realizado con un fin y es el de ayudar. Con las ganancias de la fundación sin ánimo de lucro, ayudan a los niños del Cabildo Indígena Zenú de Membrillal. Les proporcionan internet para que estos hagan sus tareas. También cuentan con un computador y una impresora, con la que además sacan fotocopias, para ayudarles a los pequeños con sus labores académicas. Además de eso, hacen actividades para darles alimentos a las familias del cabildo. Con esta iniciativa se han beneficiado hasta el momento 215 niños, entregándoles almuerzos y refrigerios.
Cuando les sobran mercancías que no se pudieron vender en el día, hacen ollas comunitarias en diferentes barrios como Membrillal, La Sierrita, entre otros, regalando estos productos a personas de bajos recursos que los necesitan. Próximamente también ayudarán a adultos mayores.