Con los vientos del mes que termina, muchas familias se congregan en los sectores de La Tenaza y del cuartel de las Bóvedas para volar cometas. Las figuras de colores planeando sobre el cielo azul están guardadas en el registro de la infancia de muchos cartageneros. Los niños juegan a ser Benjamin Franklin, mientras sus padres se sientan sobre el césped con raspados de cola con leche.
Sin embargo, la Escuela Taller de Cartagena, administradora de las fortificaciones de la ciudad, aconseja disfrutar la experiencia en las zonas verdes y no sobre las murallas, que por su altura y desniveles, representan un riesgo de caídas. El que debe alcanzar el firmamento es el barrilete y no quien lo maneja, por lo que no es necesario hacerlo sobre el baluarte que tiene una altura de once metros.
Los niños deben estar acompañados de adultos responsables, los cuales deben estar atentos a que los sobrevuelos se realicen lejos del cableado eléctrico o la carretera.
Además, en momentos pandémicos, se deben mantener las medidas de bioseguridad para evitar la propagación del COVID – 19, como el uso obligatorio del tapabocas, la desinfección de manos y el distanciamiento físico.
La entidad considera que “con la acogida de estas sencillas recomendaciones, cartageneros y visitantes podrán disfrutar del patrimonio fortificado de Cartagena de Indias de manera segura”.
