Los efectos secundarios más frecuentes de las vacunas contra el COVID-19 son ampliamente conocidos: dolor en el brazo en el que se aplica la dosis, fiebre, fatiga y dolores musculares. Sin embargo, poco se sabe sobre los cambios que la aplicación de estas dosis pueden provocar en el ciclo menstrual.
Según un artículo publicado en el British Medical Journal, mujeres habrían notado cambios en su periodo tras recibir una dosis de la vacuna contra el COVID-19, entre esos el aumento en la duración del ciclo menstrual por lo menos un día más de lo habitual. Según investigadores, el cambio no es significativo desde el punto de vista clínico, aunque hace falta estudiar más a fondo el tema para definir si la vacuna puede influir en otros aspectos del ciclo asociados con dolor, cambios de humor, las características del sangrado, entre otros.
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En una encuesta realizada por El Universal, preguntando a las mujeres si habían sentido alteraciones en su ciclo menstrual luego de la vacuna, la mayoría respondió afirmativamente.
Reciba noticias de El Universal desde Google News Es el caso de la hija de 13 años de la lectora Mariana García, quien asegura que a la menor se le alteró su ciclo y ahora le llega dos veces al mes.
Por otra parte, la lectora Rosmary Rodríguez dijo que también se habría visto afectada por la vacuna y que su proceso de ovulación cambió, a tal punto que días después de haberse vacunado quedó embarazada.
El médico Fabián Enrique Ruiz Polo asegura que sí hay cambios menstruales tras la inoculación de la vacuna contra el COVID-19. Por eso, poco después de las primeras aplicaciones comenzaron a surgir historias de mujeres que experimentaban cambios en sus ciclos menstruales después de recibir la vacuna.
“La conexión entre estas y las alteraciones en el ciclo menstrual puede ser el resultado de la respuesta inmune, en lugar de un componente específico de la vacuna”, explicó.
Ruiz Polo también agregó que el ciclo menstrual puede verse afectado por la activación inmunitaria en respuesta a diversos estímulos, incluida la infección viral.
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“Por lo general, los ciclos volvieron a la normalidad en uno o dos meses después, o los efectos fueron de forma temporal, por lo que se asegura que los cambios que se han encontrado no son clínicamente significativos y tampoco indicativos de que vayan a causar problemas físicos a largo plazo o para la salud reproductiva”, manifestó.
El médico concluyó que aún no existen investigaciones que den respaldo completo a los efectos de la vacuna sobre el ciclo menstrual como para afirmar que los cambios en el periodo sean un efecto secundario de la aplicación de la dosis.
“Se necesitan mejores enfoques para comparar las tasas de variación menstrual en poblaciones vacunadas y no vacunadas”, expresó.
Ruiz Polo indicó que ante cualquier cambio en el periodo o algún sangrado inesperado, es importante informar al médico. “Quizá haya pacientes que por mala información suspenden medicamentos que están tomando, como anticonceptivos orales o tratamientos reguladores de ciclo”, dijo.
El informar sobre los cambios proporcionará datos más completos para facilitar la investigación de cualquier vínculo entre la vacuna y los cambios menstruales.
“Los especialistas deben informar e insistir en que los efectos secundarios son leves, reversibles y no deben disuadir a las mujeres de vacunarse”, finalizó.
