La pandemia no ha impedido que los estafadores sigan haciendo de las suyas en Cartagena. Recientemente circuló una cadena falsa a través de Whatsapp en la que se ofrecían permisos para transitar libremente por la ciudad, en cualquier horario e incluso en días de toque de queda, solo con el lleno de unos requisitos básicos para registrarse en la APP Cuidémonos, y el pago de aproximadamente 60 mil pesos.
En el formulario, las víctimas debían colocar que trabajaban en la empresa de nombre José Gregorio Muñoz Ospino, recibir un código QR, enviarlo al estafador para ser habilitado y así de fácil obtener el supuesto permiso que lo acreditaba como asesor comercial, mensajero o domiciliario.
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Pero el nombre de la empresa resultó ser el de una persona natural que hace casi un mes solicitó de manera reglamentaria el permiso a la Alcaldía para movilizarse por las vías en el ejercicio de sus funciones laborales.
José Gregorio Muñoz es un abogado cartagenero, cuyo nombre quedó en entredicho ante la opinión pública luego de ser usado por los estafadores en los mensajes que se regaron en redes sociales. Él obtuvo el permiso de la Alcaldía de forma legal, el cual le sirvió varias veces en las últimas semanas al ser requerido por las autoridades en diversos sectores, pero el hombre no se explica como su usuario se filtró y se usó para otros fines.
El abogado habló con El Universal para que su buen nombre fuese restaurado y pidió a la justicia actuar pronto para encontrar a los responsables, ya que a raíz de lo sucedido no ha podido transitar libremente para cumplir con sus funciones.
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“Mandé la solicitud y me la aprobaron, todo iba normal, incluso las autoridades me hicieron requerimientos y yo les mostraba el permiso, pero no sé cómo los delincuentes accedieron a ese perfil. Varios amigos me fueron reenviando las cadenas de Whatsapp preguntándome por qué estaba haciendo eso, y yo no tenía idea de lo que pasaba. La última vez que entré habían más de 35 personas inscritas con mi usuario. Yo en ningún momento me inscribí como empresa sino como persona natural”, explicó el jurisconsulto.
El confuso episodio no solo afectó el buen nombre de Muñoz Ospino sino que además provocó la suspensión de su permiso y por ahora, mientras le solucionan el percance y le otorgan una nueva autorización, debe salir solo cuando le corresponda su cédula.
“Ya tramité una denuncia penal por delito informático”, finalizó el afectado.