Cartagena, la vitrina mágica de Colombia ante el mundo, tiene una deuda histórica con el gremio cultural que durante años ha trabajado silenciosamente y sin apoyo. A pesar de ser una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, no se ha podido desarrollar un sistema integral cultural a gran escala que impacte positivamente en los diferentes sectores y beneficie directamente a las comunidades, especialmente a los cientos de actores culturales que labran sus caminos con las uñas para conservar artes y tradiciones. Lea: ¡Agéndese en el cumpleaños de Cartagena! Concierto gratis y actos culturales
Gustavo Cabarcas, gestor cultural de la Corporación Buen Vivir, participó ayer en el foro realizado en El Universal denominado “Cartagena 490 años” y habló de sus deseos para que ese patrimonio se convierta en itinerante, en un patrimonio vivo, con alternativas incluyentes y de participación ciudadana permanente, a razón del arte y la cultura, y que por supuesto sean ampliamente visibilizadas. Lea: Cartagena 490 años: un espacio para construir ciudad
Continuidad
Carbarcas, médico ortopedista de profesión y docente universitario, exhortó al Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) y a las próximas administraciones distritales a elaborar políticas públicas culturales que se materialicen y tengan continuidad.
Gustavo Cabarcas, gestor cultural
“Cartagena es cosmopolita, tiene cientos o miles de actores culturales, pero no existe un diagnóstico. No hay un inventario de áreas complementarias, no hay formalización de esos actores o procesos culturales. Si existiera una política pública, debería haber una sectorización de áreas de impacto para así decir que tendríamos unas áreas de ejecución cultural como, por ejemplo, Bogotá, donde hay distritos culturales; como en Cuenca (Ecuador), que también fue declarada Patrimonio Histórico y hay una propuesta permanente rotacional de arte; o como en Popayán, que es zona de tránsito de artistas de la zona andina y en sus sitios públicos tiene tarimas donde se presenta teatro callejero, música y obras, y en donde incluso se mantiene la operación sombrero para la generación de ingresos. Cartagena debería ser una ciudad con apuestas organizativas y políticas culturales reguladas. Se puede y se debería hacer”, expuso el experto. Lea: “Cartagena 490 años”, un foro para repensar la ciudad
Cabarcas recordó que en el pasado hubo propuestas de integración de la música africana de tambores con el rock o el hip hop, y en colegios como el INEM existían apuestas de danzas folclóricas comunitarias, pero desaparecieron hace más de 20 años.
Así mismo, rememoró que en el Parque Bolívar confluían varios sectores artísticos y rotaban cuatro o cinco grupos de danza folclórica que deleitaban al público local y visitante; sin embargo, estas actividades también dejaron de presentarse.
Estrategias
El gestor cultural planteó la posibilidad de que en la boleta de entrada al Castillo San Felipe se incluya la presencia permanente de grupos artísticos y no ocasionalmente como sucede en la actualidad. Lea: ¡En plastilina y Lego! Joven con autismo plasma a sus personajes favoritos
“Cartagena debe entrar en la onda del turismo de experiencia cultural que conllevan a espacios de seguridad. Aquí hay grupos trabajando en eso, por ejemplo en el mercado de Bazurto. Hay un turismo comunitario en La Candelaria, se trató de hacer ecoturismo en La Boquilla con el proyecto las Chambaculeras, también hay mucho arte en barrios como Las Palmeras, El Pozón, Manga o El Socorro. Sería muy interesante construir una ruta cultural en Nelson Mandela donde hay más de 30 actores culturales. Esta ciudad goza de una riqueza cultural innata, muy amplia y variada, es hora de desarrollar programas fundamentados en su historia y sus elementos culturales, a nivel mundial se ha demostrado que el sistema de economía gira basado en la cultura”, finalizó Gustavo Cabarcas.