Casi unos 300 domiciliarios de la aplicación Rappi -rappitenderos- en Cartagena se desconectaron este fin de semana como protesta a lo que consideran como abusos de la empresa de domicilios.
Según un grupo de rappitenderos que acudió este sábado 13 de noviembre a las instalaciones del periódico El Universal para exponer las razones de la protesta, en la última semana se implementaron cambios en la aplicación que redujeron las ganancias de los domiciliarios hasta en más del 50%.
Los manifestantes dicen no sentirse escuchados por los coordinadores de la app, a los que aseguran haber trasladado las inquietudes, por lo que decidieron dejar de prestar el servicio durante el viernes, el sábado y el domingo, considerados de alta demanda por la aplicación para domicilios.
“Nosotros hemos hablado con Rappi a través de Google Meet, en videoconferencia, y decimos lo que sucede. Lo que nos responden es que no es posible porque en Rappi no pasan esas cosas. No nos escuchan”, explica Carlos Esalas, uno de los voceros del grupo de rappitenderos.
Según el grupo, la protesta se debe a varios asuntos que resumieron en seis puntos que perjudican su trabajo como miembros de Rappi. Estos puntos son:
1. Las tarifas. Carlos Esalas dice que desde el martes 9 de noviembre dejaron de cobrarse en la aplicación, sin ninguna explicación, los recargos por complejidad, que consisten en un valor adicional a la tarifa base del servicio y que variaba de acuerdo a las distancias o el tamaño del pedido. También dicen que en muchas ocasiones no reciben el pago por las propinas y en otras el dinero que reciben es muy inferior al que entrega el cliente.
“Ellos están modificando la aplicación en la que el pedido tiene una tarifa base de 600 pesos, cuando siempre nos han dicho que la tarifa mínima es de 1950 pesos, que nunca debía caer un pedido así porque aunque sea muy cerca va a tener recargo de 400, de 500 o 1000 pesos, entonces nunca debería haber un pedido de 1800. Pero estamos viendo lo que sucede con los pedidos fusionados, que son unos paquetes en 2800, no estamos llegando ni a los 1950 de la tarifa base por pedido así. Además sin la propina y sin el recargo por complejidad”, comenta Esalas, que revela que pasó de ganarse entre 450 mil pesos semanales a solo 50 mil en la última semana por esos cambios.
“Lo de las tarifas a nosotros nos afecta porque fue un cambio drástico. Lo que te hacías en un día de 8 horas ahora te lo tienes que hacer en 18. Prácticamente nos estamos viendo obligados a permanecer en Rappi todo el tiempo para poder hacer lo que hacíamos antes. Antes con un pedido podías hacer 8 mil pesos, ahora para hacer eso tienes que hacer tres pedidos y eso es desgaste de la moto y desgaste físico”, sustenta por su parte el rappitendero Elías Kerguelen.
2. Obligados a trabajar permanentemente. Los rappitenderos dicen que el concepto con el que arrancó el negocio de Rappi era el de poder ser dueños de su tiempo. Es decir, el domiciliario disponía de las horas en las que podía ofrecer sus servicios. Aseguran que una medida que la app llama autoaceptación les cambió la dinámica y ahora deben estar disponibles todo el tiempo. Explican que si no activan la autoaceptación la app les impone un castigo en el que reciben menos peticiones y si la activan les toca afrontar muchos pedidos que no les resulta rentable.
“Si yo la tengo activa me van a enviar pedidos malos, irregulares y buenos. Pero los pedidos malos son muy malos, ¿qué es un pedido malo?, un paquete de dos pedidos en 2800 pesos en 5 kilómetros. Esos kilómetros están calculados desde un restaurante hacia un cliente y luego hacia el otro cliente y es algo totalmente injusto, sobre todo se lo aplican a los compañeros nuevos. Eso no justifica el gasto de gasolina, etc. Y los clientes no están pagando tan poquito, no nos están pagando el monto que nos refleja la aplicación. No se justifica la cantidad de esfuerzo que hacemos por un pedido tan mal pago.”, aseguran.
Además, dicen que el esquema de trabajo cambió y ahora deben seleccionar un horario para salir con una semana de anticipación. “Hay unas horas que hay que pelearlas entre todos. Con eso limitan el número de rappitenderos. Si no te conectas en el momento exacto te liberan todas las horas que tienes reservadas en el día, o sea que no puedes tener una emergencia porque ellos te bloquean y eso baja las reservas completadas y te afecta en el estado”.
El estado es un sistema de calificación con el que se confiere un grado de confiabilidad al rappitendero. Los estados son Alerta, Bronce, Plata y Diamante y no cumplir con un número de horas trabajadas o recibir malas calificaciones de los clientes los lleva a bajar de estado. En Bronce o Alerta, explican, terminan recibiendo pocos pedidos.
3. No los tratan como empleados. Aunque dicen que en la empresa tienen un seguro, aseguran que el trato que reciben es como si no fueran empleados. “Hay compañeros que se accidentan y ellos siempre dicen que tenemos un seguro, pero apelan a la burocracia. Dicen tienes que traerme este papel y esta otra cosa, tienes que esperar que respondan acá. Y entonces el que está enfermo no resuelve nunca y tiene que buscar de otra manera. O sea no estamos asegurados por la empresa en la que estamos trabajando. El modelo es que no somos empleados sino socios y solo somos socios mientras tenemos un pedido en la maleta, si solo estamos conectados no somos nada”, apuntan.
4. Las distancias. Con el sistema por el que aceptan los pedidos de manera automática, dicen que los que prestan el servicio en bicicleta son los más perjudicados debido a que suelen delegarles recorridos de hasta 20 kilómetros y al reclamar con el servicio de soportes reciben un bloqueo de la cuenta como castigo.
“Rappi siempre nos ha dicho que las bicicletas recorren máximo cinco kilómetros. Pero a las bicicletas les salen pedidos desde Manga o desde el Carulla de Castillogrande para Barcelona, son 20 kilómetros, ¿cómo una bicicleta va a recorrer 20 kilómetros? Esas distancias no las están respetando para nada. No se tiene en cuenta que el de la bicicleta hace más esfuerzo que el de la moto y el del carro porque está usando su fuerza. Y a ellos les pagan menos”.
“Cuando alguien consulta con soporte porque le pusieron un pedido demasiado largo para una bicicleta, proceden a liberar, algo que los perjudica. La liberación por soporte lleva a un bloqueo que va de 15 minutos hasta 15 mil años. Es una burla eso de 15 mil años”.
5. Bloqueos injustos. Los rappitenderos dicen que la app les bloquea las cuentas en ocasiones sin explicarles los motivos y aseguran que cuando hay una queja les declaran culpables sin preguntarles qué sucedió. En algunos casos, además del bloqueo de la cuenta les cobran el monto del pedido.
“Si al restaurante se le olvidó entregar una gaseosa, que es algo que pasa, y el cliente dice que el pedido estuvo malo, me bloquean a mí y me lo cobran y Rappi no me pregunta ni qué pasó. No tiene nada de confianza, para ellos nosotros somos los culpables siempre”.
6. Ausencia de oficinas en Cartagena. Dicen que antes de la pandemia sí tenían en la ciudad una oficina en la que podían diligenciar directamente cualquier inconveniente. Desde hacer la devoluciones de pedidos que el cliente declinó hasta resolver rápidamente inquietudes por bloqueos injustos o pagar deudas. Con la pandemia la oficina cerró y ahora, dicen, tienen que coordinar todo desde Bogotá y el proceso se les hace complicado.
HABLA RAPPI
El Universal consultó con Rappi las inquietudes de los rappitenderos y la empresa respondió a través de su departamento de Comunicaciones para Región Andina.
En un comunicado, la empresa de domicilios puntualizó lo siguiente:
“● Con el fin de que los repartidores independientes cuenten con espacios aptos para responder a sus inquietudes, Rappi diseñó canales de atención que siempre están disponibles como: Grupos focales semanales cuyo objetivo es recibir retroalimentación de la aplicación “Soy Rappi” por parte de los repartidores independientes, y atender las inquietudes que éstos puedan tener frente al funcionamiento de la misma; chats en vivo; un blog; y centros de atención al repartidor independiente que complementan el sistema de atención disponible al interior de la aplicación “Soy Rappi”.
● Con relación al valor del servicio de domicilio, este es determinado por el algoritmo de la Plataforma Rappi a partir de diferentes variables. Dentro de dichas variables se incluyen las siguientes: i) tipo de orden y complejidad de la misma; ii) distancia que se debe recorrer; iii) demanda de órdenes; iv) oferta de repartidores independientes conectados a la aplicación “Soy Rappi” en la zona; v) hora del día y día de la semana; vi) vertical al interior de la Plataforma Rappi a través de la cual el usuario/consumidor realiza la orden; vii) condiciones climáticas, entre otras. Se aclara que el repartidor independiente puede visualizar el valor del domicilio de la gestión encomendada por el usuario/consumidor en el momento en el que visualiza la orden en la aplicación “Soy Rappi”, entendiéndose que, de manera libre y voluntaria, puede escoger aceptarla o no.
● Respecto a la propina: El repartidor independiente recibe el cien por ciento (100%) de la propina pagada por el usuario/consumidor, entendiéndose que Rappi no recibe ningún porcentaje de la misma.
● Con relación al seguro de accidentes: Los repartidores independientes cuentan con un seguro de accidente que los cubre desde el momento que aceptan la orden asignada y hasta 30 minutos después de haberla finalizado. Este tiene un cubrimiento de muerte accidental, invalidez por accidente, incapacidad total y permanente por accidentes, gastos de curación y daños a terceros.
● Respecto a la aceptación de órdenes: Los repartidores independientes tienen acceso a un botón para encender y apagar la opción de auto-aceptar las órdenes al interior de la aplicación “Soy Rappi”, entendiéndose que éstos toman la decisión de encender o apagar la opción de auto-aceptación de órdenes.
● Con relación a los Términos y Condiciones de uso de la aplicación “Soy Rappi”: Los repartidores independientes aceptan de manera libre y voluntaria los términos y condiciones de uso de la aplicación “Soy Rappi” cada vez que ingresan a la misma”.