Ayer se conmemoró un hecho histórico en el deporte cartagenero. Hace 49 años, en un campo de béisbol de Santa Marta en 1972, Bolívar perdía 3-2 con Atlántico en la última entrada del partido. De manera fulgurante, Abel Leal la sacó del estadio y empató un juego que terminó ganando el combinado bolivarense.
(Lea la historia: El batazo de Abel Leal que marcó al béisbol de Bolívar)
El hecho motivó a un plantón convocado por familiares y amigos que reclamaron una intervención urgente por parte del Distrito, ante la incertidumbre acrecentada con los meses.
“Hace cuatro meses y medio arremetieron contra la estatua. Sin cabeza y sin bate la dejaron y no ha habido dolientes en el Distrito. Hemos hecho mesas de trabajo con la directora del Ider, se comprometió con nosotros a intervenir, y hace 8 días nos llamó a su despacho y nos dijo que su entidad no tenía competencia en el tema, por eso estamos aquí”, expresó Evaristo González, hijo de Abel Leal.
Familiares, viejas glorias de la pelota caliente, amigos y ciudadanos se reunieron alrededor de la estatua descabezada para protestar ante la incertidumbre sobre qué entidad será la que restaure la escultura y defina su traslado a un sitio más seguro, otro de los clamores de sus parientes.
La obra fue contratada y entregada por la Secretaría de Infraestructura en 2019, en el gobierno de Pedrito Pereira en medio del furor de los Juegos Nacionales del Bicentenario. Por ende, algunas voces han señalado que la competencia debió ser heredada por el actual secretario, sin embargo, desde la entidad indicaron que el tema lo maneja el Ider.
El Ider indicó que: “Todas las entidades públicas tienen unas funciones definidas y no se pueden desligar de ellas. Es un principio legal de la administración pública”, y señaló, en sus términos, que no está en su manual de funciones ni es un objetivo misional la restauración de esculturas y monumentos, por eso nunca ha sido su responsabilidad. “Si la directora dedicara presupuesto a restaurar o mantener la escultura, puede ser investigada y sancionada”.
“La entidad controla los escenarios deportivos de la Villa Olímpica y la escultura está en espacio público que no administra dicha entidad. Eso genera impedimentos a su injerencia. La obra fue contratada y entregada por la Secretaría de Infraestructura en 2019, lo que hemos hecho es articular, con buena voluntad, la solución con las dependencias que sí tienen funciones misionales para intervenir con mesas de trabajo con el Ipcc, Apoyo Logístico, entre otros”.
Según la fuente, en esos espacios se definió que sea la Secretaría General la que definiera las competencias y revisión del caso, confirmando que ellos mismos tenían las funciones misionales, y estos delegaron la restauración a la Escuela Taller de Cartagena (Etcar).
“El caso está bajo competencia de la Secretaría General del Distrito a través de la Escuela Taller, entidad que informará oportunamente sobre los avances del proceso”, publicaron en sus redes sociales.
Desde la Secretaría General indicaron que el Distrito dispuso que la restauración la liderara el Ipcc y la Escuela Taller como ente autónomo, no la Secretaría General.
Desde Etcar señalaron que, por el momento, no se tiene ninguna información al respecto ni se ha oficializado nada ni se ha concertado con ninguna entidad. “Apenas nosotros tengamos algún dato, lo estaremos publicando”, acotaron además que no son responsables oficiales de la escultura, y si esos trabajos no han empezado es porque no hay nada al respecto.
El Universal contactó al Ipcc, en aras de precisar su injerencia o no en la restauración física y de la dignidad de la estatua homenaje a una de las glorias más especiales del deporte bolivarense, y agregaron que, según Alfonso Cabrera, jefe de División y Patrimonio del Ipcc, “no hay ninguna responsabilidad. No es competencia de nosotros. Sí se ha prestado un asesoramiento al Ider sobre la restauración y arreglo por el significado e importancia que tiene, pero no estamos involucrados”.
