En el barrio Los Calamares, entre las manzanas 12 y 13, de la segunda etapa; y la 64 de la quinta, hay un pequeño parque que desde su construcción ha servido como un punto de reunión para los residentes. El lugar no lleva nombre formal y solo es conocido como “El parquecito”.
Construido alrededor de hace 4 años, es un espacio abierto dotado con columpios, subibaja y bancas. Cada mañana, religiosamente, un puñado de los moradores cercanos acude aquí a hacer uso del sitio, puesto que es la zona recreativa más apta del barrio. Entre las 6 y 7 de la mañana es normal ver a muchos vecinos congregados antes de dirigirse a sus actividades diarias.
Victor Mendoza
EL HECHO
Hace poco más de dos meses un grupo de vecinos está en función de pintar las ya desgastadas paredes del parque. A simple vista es evidente cómo el paso del tiempo ha afectado al distintivo amarillo que captaba la atención del que pasara por allí. Este hecho es producto de las condiciones climáticas, pero también del trato recibido por algunos residentes.
Sin embargo, también están aquellos con la voluntad de darle un rostro resplandeciente a este recinto de todos. Victor Mendoza, uno de los líderes comunales, ha estado a la cabeza en este proceso. Él mismo se encargó de convocar al grupo, para que el parque volviera a parecerse como fue en un inicio.
“Esto nació de un grupo que en las mañanas estamos caminando o haciendo ejercicio, y nos dimos este trabajo, porque las paredes se estaban deteriorando”, comentó Mendoza.
Por otra parte, no ha habido intervención de entidades ni empresas estatales, esta ha sido una labor cien por ciento de los allegados, a base de generosas donaciones.
“Muchas personas han obsequiado medio galón de pintura o nos han dado 20.000 pesos”, añadió Victor.
PLANES A FUTURO
Victor Mendoza dio a conocer que, el 26 del presente mes. Hubo una actividad para los niños del sector, quienes pintaron los murales interiores, fue una estrategia de recreación, pero también para que los niños desarrollaran el sentido de pertenencia, como principales usuarios del recinto.
Ahora mismo es una actividad diaria ver a Victor y a sus compañeros pintando con esmero, para que el parque más que parecer una vieja obra, luzca como un lugar fresco y acogedor.