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Los niños de El Pozón que aprenden a nadar para salvar vidas

Cada martes y jueves niños del sector Isla de León, en El Pozón, salen de sus casas rumbo a la playa, donde de la mano de expertos, están aprendiendo a nadar.

Isla de León es uno de los tantos sectores vulnerables que tiene el barrio El Pozón en Cartagena, donde en medio de las calles polvorientas y las casas de madera, niños y adultos buscan salir adelante. Está ubicado entre el caño Limón y el canal Calicanto, que desemboca en la ciénaga de La Virgen. Esos son los dos cuerpos de agua con los que naturalmente ha crecido la comunidad, ya que la playa se encuentra a más de 45 minutos de distancia.

Video: Los niños de El Pozón que están aprendiendo a nadar

Es por esto que muchos niños y niñas nunca han tenido la oportunidad de conocer el mar, y mucho menos, de acceder a clases de natación, aunque esta es una realidad que ya está cambiando.

El pasado 11 de abril, 31 niños y niñas de este sector, que hacen parte de la Fundación Sonrisas de León, ingresaron al proyecto “Saber Nadar”, el cual es desarrollado por la Fundación Mariana Novoa y la Fundación Edu en alianza con la Academia Burbujas, que brinda la formación a los niños.

Niños recibiendo sus clases de natación. // Julio Castaño - El Universal
Niños recibiendo sus clases de natación. // Julio Castaño - El Universal

Es así que desde entonces, cada martes y jueves los niños se preparan para ir a sus clases en las playas de Castillogrande, donde aprenden las técnicas y habilidades necesarias para defenderse en el agua. La formación dura tres meses.

“Adquirir estas habilidades de manos de profesionales salva vidas, no solo en el momento de estar en el mar sino incluso viéndolo desde la pobreza, de cómo un niño a través del deporte puede hacer de esto su herramienta de transformación”, dice Roos Morales, director de la Fundación Sonrisas de León.

La Fundación Sonrisas de León hace presencia en este sector desde hace siete años, en los cuales ha apoyado a la comunidad en temas de salud, educación y sobre todo en nutrición, lo que ha permitido aportar a la seguridad alimentaria de más de 200 niños de la zona que viven en condiciones de pobreza. Es así, que una vez los niños terminan sus prácticas y regresan a Isla de León, son recibidos con un almuerzo para que se alimenten bien antes de ir al colegio, al cual asisten en la jornada de la tarde.

Fundación Sonrisas de León. // Óscar Díaz - El Universal
Fundación Sonrisas de León. // Óscar Díaz - El Universal

En este sentido, Roos es consciente del bien que les hace a ellos ser parte de un proyecto como “Saber Nadar”, teniendo en cuenta que esta en una herramienta que les puede ayudar a cambiar su realidad.

“Esto les ha ayudado mucho en su disciplina, en la formación de su carácter, habilidades y en la parte académica. El deporte transforma vidas desde el ser y yo siento que lo estamos logrando”, asegura.

Andrés Camilo Pérez es uno de esos niños, que gracias a sus prácticas se ha motivado con este deporte. “Todo me gusta y quiero seguir adelante y ganar las competencias”, cuenta el menor de 12 años.

Contra el ahogamiento infantil
Ana Paola Murillo, gestora social del proyecto Saber Nadar, explica que esta iniciativa además de propiciar el aprendizaje en los niños busca evitar los accidentes en el agua.

“Saber Nadar es un proyecto a través del cual se apoya a un niño o una niña a que aprenda a nadar en un espacio adecuado y seguro, además evita el ahogamiento infantil que es uno de los propósitos del proyecto, evitar que más niños cierren sus ojos antes de tiempo”, explica.

Las clases se realizan los martes y jueves. // Julio Castaño - El Universal
Las clases se realizan los martes y jueves. // Julio Castaño - El Universal

Ana señala que el ahogamiento es un evento rápido y silencioso, por eso es importante que los niños cuenten con estas habilidades y sean conscientes de la importancia que esto tiene para sus vidas.

“En estas prácticas que me ha ido bien. He aprendido sapitos, habilidades y muchas cosas. Esto me sirve porque en alguna ocasión alguien puede ahogarse y uno puede estar presente y salvarlo”, dice Eleazar David Mendoza, un niño de 12 años que también hace parte de este grupo.

La formación dura tres meses. // Julio Castaño - El Universal
La formación dura tres meses. // Julio Castaño - El Universal

Para Ana, estos meses de aprendizaje han sido de mucho valor para cada uno de los niños, que en este tiempo han tenido la oportunidad de ir al mar todas las semanas, compartir entre ellos y con sus instructores.

“Ha sido un proceso muy lindo, es sacarlos a ellos del entorno en el que viven, muchos de ellos viven en condiciones muy vulnerables y es crecer junto con ellos, mostrarles que hay una realidad distinta a la que viven normalmente en su casa, mostrarles el mundo, decirles que tienen sueños y los pueden cumplir”, dice.

Los niños están aprendiendo a nadar en las playas de Castillogrande. // Julio Castaño - El Universal
Los niños están aprendiendo a nadar en las playas de Castillogrande. // Julio Castaño - El Universal

Es así que a pocas semanas de finalizar los tres meses de formación, los 31 niños de Isla de León ya han logrado transformar en alguna medida su realidad, han aprendido cosas nuevas y hoy saben relacionarse mejor con el agua, con su entorno y con quienes los rodean, algo que podrán transmitir dondequiera que vayan.

¡También puedes ayudar!
Las fundaciones aliadas invitaron a toda la ciudadanía a sumarse a la segunda temporada del proyecto “Saber Nadar” en la que más niños de Isla de León podrán formarse en estas habilidades.

“Queremos invitarlos a que se unan, se vinculen a nuestra segunda temporada y donen implementos deportivos como uniformes, zapatos para natación, bloqueadores o aquellas personas que quieran apoyarnos con las meriendas o hasta con el transporte de nuestros niños también son bienvenidos. Todos podemos aportar a esta causa y qué bonito que más ciudadanos se sumen a Saber Nadar y sigamos formando niños y salvándolos de la pobreza”, indicó Roos Morales, director de la Fundación Sonrisas de León.

Roos insiste en la importancia que tiene este proyecto para los niños y en todas las oportunidades que representa, con el fin de que puedan seguir adelante y así tener la vida que sueñan y se merecen.

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