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Lo que piensa la Iglesia católica del gobierno Petro y del proyecto del Dique

El padre cartagenero Rafael Castillo habla de varios temas coyunturales y de su experiencia como director del Secretariado Nacional de la Pastoral Social.

Fue a finales del 2010 cuando al padre Rafael Castillo le encomendaron suspender el trabajo que hacía, con las comunidades de los Montes de María, para ir a coordinar la entrega de ayudas humanitarias a los damnificados que dejaron las lluvias en las comunidades que están junto al canal del Dique.

El sacerdote cartagenero cuenta que encontró un panorama desolador. Muchas familias lo habían perdido todo en un abrir y cerrar de ojos tras los desbordamientos del cuerpo de agua. El dolor y las lágrimas estaban a flor de piel. “El nivel de vida de las personas quedó por debajo del nivel de las aguas”, reconoce con vehemencia el religioso.

Tras su gran labor durante la emergencia, el padre Castillo fue designado por la Iglesia católica para hacer parte del Programa de Desarrollo y Paz del Canal del Dique y la Zona Costera. Sus labores fueron muchas en esas comunidades, conociendo a fondo sus necesidades, aspiraciones y sueños.

Luego de doce años en la zona, encontró un nuevo rumbo. En enero de 2022 fue escogido para dirigir el Secretariado Nacional de la Pastoral Social de la Iglesia católica, misión que desde entonces asume desde Bogotá. “Fui escogido casi unánimemente por la Asamblea de los señores Obispos en febrero de 2022 y me han confiado esa responsabilidad, que es grande, porque en Colombia hay 78 jurisdicciones eclesiásticas y mi tarea es acompañar y fortalecer esas jurisdicciones en la evangelización de lo social y lo público. El secretariado de la Pastoral Social es una entidad reconocida que se valora y se reconoce su aporte en el trabajo humanitario, la paz, la reconciliación, derechos humanos y desarrollo sostenible”, explica.

La adjudicación del megaproyecto del canal del Dique está suspendida.
El Dique, necesario

El padre Castillo lleva enraizadas en su corazón a las gentes del canal del Dique y no olvida sus necesidades. Por eso tiene una postura clara frente al megaproyecto que busca que se hagan distintos trabajos en ese cuerpo agua para evitar inundaciones, mejorar la navegabilidad y que también repercutiría para oxigenar la bahía de Cartagena.

La adjudicación de la APP del canal del Dique está suspendida, pero Castillo señala que son obras necesarias para beneficiar a las comunidades y evitar emergencias tan lamentables como la del 2010.

“El proyecto del Dique lo acogimos, acompañamos y hemos hecho parte del comité que está allí. Creemos que en esta coyuntura actual hay tres desafíos que se deben asumir frente al proyecto. El primero es reafirmar la voluntad política de ejecutar, pues es un proyecto que no da espera y no depende de un gobierno porque es un compromiso de Estado, por el mayor bien de un territorio. Uno no puede esperar que eso vuelva a suceder y hoy los niveles del Dique son preocupantes. Dios permita que no suceda nada, pero si vuelve a pasar lo de hace doce años, estaremos hablando de un pecado grave de omisión, de un no reconocimiento de la vida digna a la que tienen derecho las comunidades de ese territorio. Sería lamentable que los gobiernos de Santos, Uribe y ahora Petro sigan con un prudente retardo, que es pecado de omisión frente a las comunidades del Dique”, expone.

Así mismo, habló de otros dos desafíos: “El segundo desafío es que la institucionalidad local, departamental y nacional y los empresarios y comunidad, logremos ponernos de acuerdo. Quiero mandar un mensaje central: la moderación en las demandas como la magnanimidad en el ejercicio del poder en estos momentos no son signos de debilidad. Los que están protestando, oponiéndose y poniendo palos en la rueda al megaproyecto tienen que revisarse, pero también el Gobierno tiene que acelerar las cosas porque este es un megaproyecto que tienen un impacto social y ambiental. Obviamente que hay una línea de negocios, pero el mayor impacto va a estar sobre la gente, y sobre el ecosistema natural y ambiental tanto del Dique como de la bahía de Cartagena. Mucha gente ha estudiado este proyecto, de Cartagena y otras partes. En este momento lo que se necesita es un acuerdo que permita avanzar”.

Respecto al tercer desafío, explicó que se necesita crear espacios de diálogo y de confianza, sobre la base de la verdad. “El canal del Dique no necesita buenas opiniones, necesita buenas noticias. Que allí sucedieron cosas, pues sí. Que tenemos que resolverlas, pues claro. Pero hablemos con todas las personas, con todos los actores. Ellos quieren su participación en el proyecto y tienen una palabra que decir, es el conocimiento de las comunidades que tiene que ser valorado y reconocido. No puede haber más dilaciones ante un proyecto que es una necesidad, una obligación, porque de este dependen tanto la calidad de vida y social de las comunidades del Dique como el futuro esperanzador para nosotros de la bahía de Cartagena”.

Relación con gobierno Petro

Castillo recuerda que en 2017, cuando el papa Francisco estuvo en Cartagena, dejó un mensaje claro: “Den el primer paso”. Indica que esto, en la política colombiana, con un reciente cambio de gobierno y con su primer presidente de izquierda (Gustavo Petro), lo han tenido muy en cuenta.

“Como Iglesia tenemos claro lo que nos dijo el papa. No somos ni gobiernistas ni antigobiernistas, porque tenemos el evangelio en nuestras manos. Independiente del gobierno de turno, nuestra misión es anunciar desde el evangelio y desde el magisterio de la Iglesia la construcción de una sociedad más humana y digna, donde todos seamos posibles, porque creemos que el compromiso con el evangelio tiene implicaciones sociales y políticas. Creemos que nuestra tarea es ser buenos cristianos y buenos ciudadanos. Por eso tenemos un norte claro, que es contribuir como Iglesia y con otras iglesias a que tengamos un acuerdo como nación y pueblo que nos permita vivir juntos.

Ese acuerdos nos piden abrir un horizonte hacia la reconciliación y la paz. Colombia debe ser una nación reconciliada y en paz. La reconciliación es la paz en las relaciones y venimos de una historia de estigmatización y confrontaciones. Nos cuesta construir consensos a favor de todos. Hay muchas soberbias y egos, y eso no ayuda ni edifica”, indicó.

Respecto a su relación con el presidente Petro y su equipo, indicó: “Petro y Francia Márquez nos han dicho: ‘contamos con ustedes’. Han dicho justicia social, ambiental y paz integral o total, y en la base un diálogo social vinculante. (...) Eso está bien y creemos que en ese camino hacia la paz hay que escuchar a todos, con la certeza de que para ganar siempre habrá que sacrificar y eso vale para todos. Aquí lo mejor que nos puede pasar es sentarnos a hablar en una mesa de iguales, haciendo de la confianza un valor social que acerque orillas y construya puentes que se pueden andar en varias direcciones y que una vez sentados nadie se levante. Ayudará mucho si se tiene la red de intención de conciencia y si hay claridades, y si esas claridades se puede monitorear su cumplimiento”, dijo.

Y agregó: “Que guerrillas, paramilitares o desmovilizados cumplan, y que tengamos más certezas que mamadera de gallo, pero que también el Gobierno cumpla, y que las reformas internas que se tengan que dar, se den, y que se den bien. Creemos que en este momento estamos en expectativas; es un momento de realismo y esperanza para la Iglesia. Vemos que hay vientos favorables y posibilidades, y el gobierno está hablando con todos. Está hablando de consejos de seguridad humana, de la Colombia profunda, tomando decisiones frente a la Fuerza Pública y los nombramientos que ha hecho son esperanzadores. Pero aquí la verdad no se dice, sino que se hace. Hay muchas expectativas frente al gobierno Petro que quizá pueden superar su mandato, y nuestro temor es que cuando las expectativas son falsas, los juicios son erróneos y el resultado es la tristeza. Por eso hay que procurar que este gobierno, en el realismo y la esperanza, tenga expectativas adecuadas. Que los juicios de la sociedad civil y la Nación sean sensatos y que haya un camino de esperanza”.

Por último, señaló: “Este es un gobierno de transición y sería bueno que este señor -Petro- generara buenas condiciones para seguir avanzando, superar la estigmatizaciones y divisiones, pero necesitamos que tenga la capacidad de unir a la Nación y nosotros como Iglesia creo que podemos aportar”.

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