Deambulando por las calles, durmiendo en cualquier esquina, bajo un puente o sobre cartones; comiendo cualquier cosa que encuentren o pidiendo limosnas.
Así viven más de 800 habitantes de la calle en Cartagena y es justo eso lo que desde la Secretaría de Participación quieren cambiar.
Por eso, desde esta dependencia del Distrito celebran que el Concejo Distrital aprobara el proyecto de acuerdo que busca crear una “Política pública social del habitante de la calle”, con la cual se busca mejorar las condiciones de vida de estas personas, dándoles un trato digno, basado en el enfoque de sus derechos con acciones de inclusión social, facilitándoles así el acceso a los servicios sociales y el desarrollo de sus potencialidades, algo que se venía buscando desde hace algunos años.
Pero, ¿qué viene ahora?, ¿cuál es el paso a seguir?, ¿cuándo se comenzará a implementar? Armando Córdoba, secretario de Participación y Desarrollo Social, explicó en qué consiste esta política pública.
“Con esta herramienta podremos gestionar mayores recursos y orientar estrategias importantes para garantizar la calidad de vida de esta población. Los albergues, la atención en salud, la atención psicosocial, son componentes fundamentales de esta política pública”, señaló Córdoba.
El secretario manifestó que son cuatro los principales enfoques que fundamentan esta apuesta: enfoque de derechos, enfoque para el desarrollo humano, enfoque diferencial y el enfoque territorial. “Con estos enfoques las instituciones de orden distrital convendrán a ejercer sus funciones y enfocarán su oferta institucional en esta política pública, para desarrollar programas, acciones y prestar la atención requerida para el restablecimiento de derechos de los habitantes de la calle y fomentar su inclusión social”, explicó Córdoba. Añadió que, “con esta aprobación, ahora el paso a seguir es que el alcalde William Dau la sancione como un acuerdo distrital y de inmediato comenzamos con la fase de implementación”.
Cabe resaltar que con esta política lo que buscan es un escenario de mayor estructuración y adecuación de atención integral para el habitante de la calle, algo que han venido trabajando en esta administración, solo que ahora “se tendrá un marco definido y se garantizará que exista estabilidad en la inversión. Por ejemplo, se puede garantizar la calidad de vida de estas personas, así como buscar otro sitio donde se puedan atender, pues en estos momentos solo contamos con un albergue”.
Córdoba explicó que serán seis las líneas de acción con esta población: atención integral en salud, desarrollo humano integral, movilización ciudadana y redes de apoyo social, responsabilidad social empresarial, formación para el trabajo y la generación de ingresos y convivencia ciudadana.
“En el primer enfoque, que es el de desarrollo humano integral, la idea es que se realice cada año un censo de población de habitantes de la calle, se gestionen desde el ámbito público la contabilización de esta población. Además, que se articule el sector público y privado en la formulación y aplicación de un plan de gestión social para el reconocimiento del fenómeno de la habitabilidad en calle en el ámbito institucional”, aseguró el secretario.
El segundo enfoque es el de la atención integral en salud con el cual podrán afiliar a todas estas personas al sistema de seguridad social en salud, carnetizarlos mediante una tarjeta especial de salud y formular un protocolo de atención y prevención para ellos y, a su vez, formular un plan de promoción y atención de derechos sexuales y reproductivos.
“Con el tercer enfoque, el de convivencia y movilización ciudadana con redes de apoyo social, se creará un observatorio del fenómeno de la habitabilidad de calle y su socialización de resultados y seguimiento a la comunidad, y se formulará la metodología de atención a la población en situación de calle estructuralmente y se elaborará un manual de convivencia para resolución de problemas de convivencia entre los habitantes de la calle y la comunidad en general”, aseveró.
Después de realizar lo anterior, se planea ejecutar el cuarto enfoque, que es la formación para el trabajo, donde los beneficiados podrán generar ingresos y tener una responsabilidad social, y si quieren pueden retornar a sus hogares.