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“La Casa Ronald nos recibe como si fuéramos de la familia”

La Casa Ronald McDonald es una fundación sin ánimo de lucro totalmente gratuita para familias de escasos recursos que no tienen dónde alojarse mientras sus niños están en tratamiento en la Casa del Niño.

Heidi Álvarez salió de Mompox en octubre de 2015, con su hijo Mattyas Pupo, quien entonces tenía 2 años. El pequeño tenía dificultades para caminar y episodios de fiebre alta. Le recomendaron ir a Cartagena al Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja (Casa del Niño), pero ella nunca imaginó la noticia que recibiría sobre la salud de Mattyas y tampoco que fueran a durar tanto tiempo para regresar a su casa en Mompox.

El menor fue diagnosticado con un tumor cancerígeno en un pie. Por eso comenzó un tratamiento con quimioterapia y finalmente fue operado. Pero Heidi no solo vivía el dolor de la enfermedad de su niño, sino la preocupación por no contar con los recursos para cubrir los gastos de traslado, hospedaje, alimentación, entre otros, que generaba la hospitalización.

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En la Casa del Niño le hablaron de la Fundación Casa Ronald McDonald, cerca al hospital pediátrico, donde se presta un servicio de exclusividad con el centro de salud para beneficiar a la población más vulnerable que llega de diferentes partes del país o que viven en Cartagena, pero muy distantes de la Casa del Niño.

Apoyo entre familias

Sin embargo, Heidi no quería apartarse de su hijo un solo segundo y en la sala de atención del hospital pediátrico conoció a Carmen Chamorro, mamá del niño Matías Salcedo.

“Yo siempre la veía a ella llorar y llorar, a los pocos días yo estaba viviendo el mismo drama, el mismo dolor de que le dijeran a uno que su hijo tiene cáncer”, dijo Heidi.

Así surgió una amistad entre ambas madres. “Ella fue la primera en hablarme de la Fundación Casa Ronald y compartimos muchas cosas. Por eso hoy día somos más que amigas, como hermanas”, relató Heidi.

Pero la angustia de Heidi por la enfermedad de su hijo no ha terminado. El cáncer de Mattyas es muy agresivo e hizo metástasis en el abdomen. Entró a cirugía nuevamente y siguió con las quimio. En febrero del año en curso le hicieron unos exámenes y le diagnosticaron un tumor cerebral. En este momento está con quimio y hay que esperar los resultados de otros análisis para saber cómo está el menor.

Casa Ronald McDonald

Esta iniciativa nació en Estados Unidos hace 44 años cuando a un jugador de fútbol americano se le enfermó su hijo de leucemia. Comenzó el proceso de hospitalización, pero al no tener más recursos buscó cómo solucionar la situación.

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Vio que muchas personas estaban en su misma situación y decidió hacer algo por esas familias. Tocó puertas y McDonald lo recibió. Construyeron la casa, empezó a crecer en EE. UU. y luego en gran parte del mundo. Actualmente están en 67 países.

En Colombia, la primera Casa Ronald se construyó en Cartagena y empezó a funcionar en marzo del 2015, pero fue hasta mayo que recibió a la primera familia. Es una fundación sin ánimo de lucro que lleva cuatro años ofreciendo un hogar lejos del hogar, totalmente gratuito, para familias de escasos recursos que no tienen dónde alojarse mientras sus niños están en tratamiento en la Casa del Niño. Este centro hospitalario es el que decide qué familia o paciente se hospeda en la casa.

A nivel mundial se manejan tres programas: casas Ronald con alojamiento (una en Bogotá y la de Cartagena); casas Ronald dentro de hospitales sin alojamiento, de las cuales hay cinco salas, en el hospital General en Medellín, en el Hospital Militar en Bogotá (2) y en el Simón Bolívar (2).

“Tenemos capacidad para 72 personas alojadas y si hay bebés, pues otros 5 o 6 que duerman en corral. Desde que inició la casa en Cartagena a mayo de 2019 se han alojado 4.120 familias. Hay 18 habitaciones, cocinas, comedores, zonas de juego, oratorios, zona de lavandería. Han llegado venezolanos directamente de ese país, son atendidos y se regresan y hay un grupo numeroso radicado acá”, sostuvo la directora de la Casa Ronald en Cartagena, Liliana Forero.

“Esta casa, es mi casa”

La mayoría de beneficiarios llegan de los municipios de Bolívar, Mompox y Magangué, pero también provienen de Córdoba y Sucre. De esos tres departamentos son de los que más se reciben. Pero también de toda la Costa Caribe y algunos del interior del país.

“La enfermedad que más recibimos es cáncer, si embargo, recibimos familiares de niños de todos los diagnósticos. Muchas personas no le hacen el tratamiento a los niños porque no tienen dónde alojarse, entonces aquí lo pueden hacer”, manifestó Forero.

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“Es otra casa pero es una casa donde encuentras amor, tranquilidad, la paz que necesitas para superar un proceso tan duro como este: el diagnóstico de cáncer en un hijo. Dios en cada lugar me ha dado tantos ángeles que sin conocerme me han ayudado para que mi camino sea más llevadero, para que vaya a la victoria con mi hijo. Y para mí la casa Ronald es mi casa”, dijo la mamá de Mattyas.

Este niño con su familia son los que más han durado en la casa: casi los cuatros años que lleva funcionando. El pequeño llegó en noviembre de 2015 y en diciembre de 2018 terminó las quimioterapias, además de las operaciones. Salió de la casa, pero no duró más de dos meses por fuera. Ahora está en la Casa del Niño tratándose el tumor cerebral.

“De la hospitalidad y gratuidad de la Casa Ronald McDonald se han beneficiado muchas familias de pacientes que reciben atención médica en los programas de alta complejidad que se desarrollan en la Casa del Niño: cirugía cardiovascular, neurocirugía pediátrica, hemato-oncología, nefrología pediátrica, gastroenterología pediátrica, ortopedia infantil, y en general todas aquellas familias que durante la hospitalización de sus niños han requerido de un sitio donde hospedarse”, destacó el director general de la Casa del Niño, Luis Alberto Percy.

Llevan nueves meses

Hay una familia venezolana que viajó desde Zulia. Llegó el 28 de agosto de 2018 a Mahates, Bolívar. Uno de los niños, el de 3 años, ya venía enfermo. En Venezuela les dijeron que tenía neumonía.

En el centro de salud de Mahates le hicieron unos exámenes y los médicos recomendaron que lo llevaran a la Casa del Niño porque el menor padecía una enfermedad, pero no les dijeron cuál. Llegaron a Cartagena el primero de septiembre, le hicieron los exámenes y la doctora les dijo que el niño tenía leucemia.

“Yo estaba embarazada y eso fue algo fatal para mí, porque fue sorpresivo, al niño lo pasaron a UCI para empezar las quimioterapias porque tenía 2.000 células muertas. Del hospital nos enviaron para la Casa Ronald, que la sentimos como de uno. Nos han brindado el alojamiento que necesitábamos porque prácticamente no teníamos nada”, narró Jhoalis Carolina Mota Urdaneta.

Toda su familia está en la casa: su esposo y sus tres hijos, de 10, 3 años (ya sano), y el bebé de 5 meses. También la abuela de los niños.

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“Siempre estoy en las buenas y en las malas con él. Yo lo ayudo a jugar para distraerlo, porque a veces una pastilla lo ponía inquieto”, dijo un pariente del pequeño.

Jhoalis no niega que al principio la situación fue dura, “pero hemos tenido paciencia y como el niño ya está sano, gracias a Dios, terminó todas sus quimio bien, ahora está con medicamentos. Estaremos aquí hasta cuando los médicos digan que ya es prudente irnos y regresar al pueblo. Duró prácticamente 10 meses con las quimio”.

Y finalizó dando una voz de esperanza: “Puedo decirles a quienes estén pasando por esto, que es algo fuerte pero para Dios no hay nada imposible y aquí hay muchas mamitas apoyándonos y sabemos que todas las enfermedades tienen cura. Así que no duden en alojarse en la casa Ronald para estar cerca de sus pequeños y así ayudarles a que se olviden un poco de lo que padecen, serán recibidos como si fueran de la familia, porque todos son bienvenidos”.

Voluntariado
El sostenimiento de la casa está alrededor de los 13 millones de pesos mensuales, entre servicios, mantenimiento y personal. Manejan voluntariado, reciben donaciones en dinero y en artículos. Han tenido voluntarios de colegios y con personas que llegan de intercambio. Ahora desean tener voluntarios que puedan dictar clases a los niños de cualquier asignatura para que no se desliguen del todo de su proceso de aprendizaje y que lleguen con algún conocimiento extra cuando se reincorporen a sus clases.

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