Nuevamente los habitantes del barrio San Antonio elevan un grito de auxilio al Distrito, ya que se aproximan las lluvias y no quieren seguir sufriendo como todos los años por culpa de las inundaciones y con sus casas en riesgo de colapso.
Históricamente, muchas viviendas del sector han sido golpeadas por la erosión del canal Ricaurte y sus patios se han ido desmoronando, generando zozobra en los habitantes.
Actualmente hay censadas 25 casas en alto riesgo y la gente prevé lo peor desde que reconstruyeron el puente que une al 13 de Junio con Las Gaviotas, ya que le hicieron cinco esclusas (bocas) y el volumen de agua que circulará por ellas hacia San Antonio será mucho mayor y con más fuerza.
Lo peor es que del otro lado está el puente Caimán, sobre la avenida Pedro Romero de Olaya Herrera, que tiene inhabilitadas dos de las cuatro esclusas y cuando las corrientes llegan a ese punto se represan y regresan, generando graves inundaciones en el tramo de San Antonio. “Nos sentimos en un embudo”, dijo el presidente de la Junta de Acción Comunal, Juan Carlos Suaza.
“Aquí recientemente estuvo la Alcaldía con varias de sus dependencias, vino Valorización, Secretaría del Interior, Dadis, Corvivienda, Gestión del Riesgo, pero necesitamos que nos agilicen las soluciones porque se aproximan las lluvias y no queremos algo que lamentar”, sostuvo el líder comunal.
Entre las solicitudes principales que tienen los afectados, está que el caño sea canalizado o que el Distrito haga una reubicación de las familias en riesgo. Otra petición es que las dos bocas inhabilitadas del puente Caimán sean puestas en funcionamiento para que el agua circule de forma más fácil y no se generen tantas inundaciones.
“Hay casas agrietadas por dentro y con menos de 2 metros de distancia del caño. Solicitamos al Distrito una intervención lo más pronto posible. Este tramo mide 380 metros, queremos que sea canalizado. Además, el caño apenas tiene 9 metros de ancho, debería tener mínimo 20 metros”, finalizó Suaza.
